Guatemala — Durante la madrugada de este 16 de noviembre de 2022 despegó la cápsula Orión, de la misión espacial Artemis 1.
El objetivo de esta misión no tripulada es poner a prueba las capacidades del cohete SLS y de la nave Orión antes de un viaje tripulado previsto a la Luna y proyectado para 2024.
Luego, de varios retrasos se concretó el despegue, los responsables de la misión aseguraron que se solventaron definitivamente una serie de problemas derivados del paso del huracán Nicole por Cabo Cañaveral la semana pasada, que obligó a retrasar el intento de lanzamiento anterior.
Sin embargo, el programa en el que participó Guatemala comenzó desde hace tiempo atrás a través del trabajo del primer Laboratorio de Ingeniería Aeroespacial de Guatemala (LIA-UVG), detalla un artículo publicado en la página de la Universidad del Valle.
Es así como cinco estudiantes y dos catedráticos del Departamento de Ingeniería Mecánica de UVG con el apoyo del LIA-UVG y dirigido por el doctor Luis Zea comenzaron su participación en el proyecto Genómica de la Radiación en el Espacio Profundo (DSRG, por sus siglas en inglés), desde 2019.
Piezas claves
Los estudiantes diseñaron la estrategia para manufacturar dos piezas para el Laboratorio Peristáltico para Ciencia Automatizada con Multigeneraciones (PLASM, por sus sigla en inglés).
Este es un hardware o dispositivo especial desarrollado en BioServe Space Technologies para el Departamento de Ciencias Biológicas y Físicas, de la NASA.
El PLASM contiene células de levadura y viajará junto a otros tres experimentos biológicos en la cápsula Orión. Durante su órbita de 40 días alrededor de la Luna, el PLASM expondrá las células a la radiación. Al regreso, se estudiará el efecto de la radiación sobre el ADN de estas.
El ADN de la levadura se asemeja un 70% al ADN de los humanos. Por ello, el experimento ofrecerá respuestas para la exploración humana en la Luna, y en un futuro en el planeta Marte.
Un viaje hasta la luna
Los espectadores observaron cómo el cohete lunar no tripulado Artemis I despegó de la plataforma de lanzamiento 39B en el Centro Espacial Kennedy de la NASA.
Cincuenta años después de la última misión Apolo, este vuelo de prueba no tripulado, que sobrevolará la Luna sin aterrizar en su superficie, busca confirmar si el vehículo es seguro para una futura tripulación.
La misión durará 25 días con amerizaje en el Pacífico proyectado para el 11 de diciembre.
El plan es que la cápsula Orion, impulsada por dos propulsores y cuatro potentes motores debajo de la sección principal, los cuales se separarán apenas unos minutos más tarde, logre encaminarse a la Luna, a la que tardará varios días en llegar.
Allí se colocará en una órbita distante, aventurándose incluso a posicionarse hasta 64 mil km detrás de la Luna, más lejos que lo efectuado por cualquier otra nave espacial tripulada a la fecha.
Luego la cápsula iniciará su retorno a la Tierra. Su escudo térmico, el más grande jamás construido, tendrá que soportar una temperatura equivalente a la de la mitad de la superficie del Sol cuando atraviese la atmósfera.