Bloomberg Línea — Estados Unidos y la Unión Europea anunciaron este martes más detalles de su plan para movilizar de forma colectiva inversiones por unos US$500.000 millones en “infraestructura sostenible, transparente y de calidad” en países de ingresos bajos y medianos de todo el mundo para 2027 al margen de la Cumbre del G20 en Indonesia.
En el marco de la Asociación para la Infraestructura y la Inversión Global (PGII, por sus siglas en inglés), Estados Unidos ha acordado movilizar alrededor de US$200.000 millones en subvenciones, fondos de aplazamiento e inversiones del sector privado durante los próximos cinco años, mientras que la UE proporcionará alrededor de US$300.000 millones.
La iniciativa PGII, que se lanzó formalmente en la Cumbre del G7 en junio, también prevé miles de millones de dólares proporcionados por bancos multilaterales de desarrollo, instituciones financieras y fondos soberanos.
Una de las inversiones anunciadas es el desarrollo de un proyecto de paneles solares en Honduras. Para ello, el Banco de Exportación e Importación de los Estados Unidos (EXIM) está otorgando una garantía de préstamo de US$52 millones a JP Morgan, quien está financiando la compra de US$31 millones de equipos estadounidenses por parte del Banco Atlántida para el proyecto de energía solar de 53,4 megavatios (MW) en Honduras.
La transacción es el proyecto solar más grande que EXIM ha financiado en las Américas, informó la Casa Blanca. El proyecto utilizará equipos fabricados en Estados Unidos de First Solar Nextracker, Shoals Technologies Group y Cambria County Association for the Blind and Handicapped.
En su participación, el presidente Joe Biden dijo que el PGII ayudaría a “entregar resultados reales para las personas de todo el mundo. Hoy, los líderes del G20 destacaron la importancia de invertir juntos e invertir más fuerte para satisfacer la enorme necesidad de una mejor infraestructura en los países de ingresos bajos y medianos de todo el mundo, y damos la bienvenida a todos los que comparten esta visión para que se unan a nuestros esfuerzos”.
Las reacciones desde Honduras
A través de redes sociales, el presidente ejecutivo de Banco Atlántida, Guillermo Bueso, dijo que “es un honor” continuar trabajando con el EXIM y JP Morgan “para estructurar esta transacción. Nuestro compromiso con el desarrollo del país para afrontar los desafíos que vienen es firme”.
El banquero agregó que “este proyecto es una muestra clara de confianza en Honduras, su potencial de crecimiento y Banco Atlántida como facilitador de una iniciativa de esta envergadura”.
También el canciller de la República, Enrique Reina, saludó a través de su cuenta de Twitter la inversión en los campos de energía e infraestructura, manifestada por el presidente Biden, en el marco del foro internacional G20.
“Saludamos anuncio del presidente Biden en el marco del G20 en Bali, Indonesia, de inversión en infraestructura de energía solar en Honduras por US$52 millones por medio del Banco de Exportación-Importación de los EE.UU.”, dijo.
Inversiones anunciadas en otros países
Además, Biden anunció otra inversión de la Corporación de Financiación para el Desarrollo de EE.UU. (DFC, en inglés) de unos US$15 millones en infraestructuras de salud en la India, incluido el apoyo para la expansión de una cadena de clínicas oftalmológicas para realizar cirugías correctivas para personas desatendidas y una empresa social con sede en la India que fabrica productos de higiene de mujeres seguros y asequibles para mujeres desatendidas en áreas no metropolitanas.
Por último, el presidente estadounidense anunció que la DFC invertirá US$30 millones de capital en TechMet Limited para el desarrollo de una plataforma minera de minerales críticos de níquel y cobalto en Brasil, reforzando la resiliencia de la cadena de suministro para la transición de energía renovable.
La mina brasileña de TechMet produce níquel de origen sostenible a través de un proceso de extracción que es menos intensivo en agua y carbono que los métodos tradicionales. Se estima que este níquel está cerca del cuartil más bajo de intensidad de carbono para la producción global de níquel.