Bloomberg — Antes de la última semana, Sam Bankman-Fried, cofundador y CEO de FTX y gran donante para la política, tenía a algunos diputados y reguladores persuadidos de que él era uno de los escasos responsables del desenfrenado sector de las criptodivisas. Ahora, no pueden correr lo suficientemente rápido para alejarse de él.
El hundimiento de su emporio de valores digitales, que ha entrado en bancarrota y es objeto de investigación de los organismos reguladores estadounidenses, está cuestionando una legislación que Bankman-Fried había promovido como una manera de proporcionar una mayor transparencia en la regulación del mundo de las criptodivisas. Esto deja un hueco de autoridad en el sector, mientras las autoridades estudian nuevas leyes y normas, entre las que se incluyen algunas que Bankman-Fried ayudó a elaborar.
Este emprendedor que tiene 30 años de edad se mostraba como uno de los chicos buenos de las criptomonedas. Que su empresa tuviera demasiados enredos ha despertado la desconfianza de los responsables de la formulación de políticas respecto a la integridad de todo el sector, aseguran tres personas al corriente de las deliberaciones internas que no quieren ser nombradas.
La quiebra de FTX es " demoledora” para los demás integrantes del sector de las criptomonedas, afirmó Matthew Homer, inversionista de capital de riesgo y antiguo jefe de la división de innovación del Departamento de Servicios Financieros de Nueva York. “Si creíamos que estábamos en un criptoinvierno, ya parece que nos encontramos en un invierno nuclear”, aseguró.
Una máquina de gastar
El estallido ha llevado a señalar con el dedo y preguntas difíciles sobre por qué Washington no había establecido reglas para evitar exactamente el tipo de situación que se desarrolla en FTX. El presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva a principios de este año exigiendo que las agencias se centren en el tema de una manera más coordinada, pero hasta ahora sus esfuerzos han producido pocos resultados tangibles.
Bankman-Fried acumuló una tremenda influencia política en un corto período de tiempo, convirtiéndose en una presencia habitual en las audiencias del Congreso, celebrando reuniones frecuentes con los reguladores e invirtiendo decenas de millones de dólares en campañas políticas.
Emergió como el sexto jugador más grande en el gasto político de EE.UU. en los dos años previos a las elecciones intermedias del 8 de noviembre, donando un total de US$39,4 millones, casi todo a los demócratas, según muestran los registros de la Comisión Federal de Elecciones. Uno de sus principales colaboradores, Ryan Salame, donó US$23,6 millones, en su mayoría a republicanos.
Juntos, representaron alrededor de las tres cuartas partes de los US$84,1 millones en gastos de criptocampaña durante el ciclo electoral hasta el tercer trimestre.
Un representante de FTX no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
La influencia de los ejecutivos casi se ha evaporado después del colapso de FTX, que dejó a la empresa enfrentando pérdidas de miles de millones de dólares y causó efectos dominó en todo el ecosistema cripto. Todavía se desconoce en gran medida hasta qué punto esas pérdidas dañarán a los inversores.
“Es realmente preocupante ver que los inversores minoristas se están viendo realmente afectados por estas pérdidas, y también es cierto que, a pesar del bombo y platillo, escucharon mucho sobre lo descentralizados que están estos mercados y lo innovadores y diferentes que son, pero resulta que están muy concentrados, muy interconectados y se está viendo un efecto dominó”, dijo la vicepresidenta de la Fed, Lael Brainard, en un evento el lunes en la oficina de Bloomberg en Washington.
Los senadores Debbie Stabenow y John Boozman, los principales demócratas y republicanos en el Comité de Agricultura del Senado, dijeron que los eventos recientes subrayan la necesidad urgente de nuevas leyes para regular la industria de las criptomonedas. En declaraciones la semana pasada, ambos reforzaron su compromiso de promover un proyecto de ley que copatrocinaron para dar a la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos más poder para supervisar la clase de activos.
Fuerza motora
Lograr ese objetivo no será fácil. El proyecto de ley ya enfrentaba la oposición de la comunidad de finanzas descentralizadas, o DeFi, un rincón del mercado cripto que permite a los participantes eliminar al intermediario de las transacciones financieras. Los partidarios de DeFi habían dicho que el proyecto de ley estaba sesgado hacia intercambios centralizados como FTX.
Es poco probable que el hecho de que Bankman-Fried, conocido como SBF, estuviera tan estrechamente asociado con el esfuerzo ayude a que avance la legislación.
“SBF fue la fuerza impulsora detrás de este proyecto de ley, y no creo que los legisladores quieran seguir adelante con lo que fue una creación suya cuando resultó ser el instigador de la crisis actual que tenemos”, dijo Kristin Smith, directora ejecutiva de Blockchain Association, un grupo comercial de criptomonedas.
El comité todavía esperaba votar sobre el proyecto de ley en algún momento antes de fin de año, dijo un cabildero cripto que se mostró escéptico de que eso sucediera. Pero los legisladores de ambas cámaras están tratando de comprender los detalles completos del colapso de FTX y cómo prevenir un evento similar, según el cabildero, que no estaba autorizado a discutir el asunto y pidió no ser identificado. Obligar a los miembros del comité a votar sobre lo que ahora es un proyecto de ley controvertido los pone en una posición difícil, agregó la persona.
Apresurarse para aprobar la legislación también “corre el riesgo de sentar una base deficiente para la supervisión futura”, dijo Mark Hays, analista principal de políticas de Americans for Financial Reform and Demand Progress (Americanos por la Reforma Financiera Quieren Progreso).
Un portavoz de Boozman señaló la declaración del senador sobre la situación de FTX. La oficina de Stabenow no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Batalla en el campo
Las consecuencias de FTX le están dando municiones al presidente de la Comisión de Bolsa y Valores, Gary Gensler, y a sus aliados en Washington para argumentar que su agencia debería ser el principal organismo de control del criptomercado, incluso cuando los críticos cuestionan si los reguladores podrían haber tomado medidas antes de la explosión de FTX.
“Hago un llamado al Congreso para que no apruebe una legislación que debilite la supervisión de los mercados de valores y que no haga algo disfrazado de estar a favor de las criptomonedas o a favor de la innovación que socave las protecciones de los inversores”, dijo Gensler la semana pasada en un evento de la Asociación de Mercados Saludables, a pocas cuadras del Senado.
La legislación que está siendo considerada por el Congreso no pasa la prueba, dijo.
Aunque la CFTC (por sus siglas en inglés, Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos) ha sido vista durante mucho tiempo como el regulador preferido por la industria de la criptografía, FTX también había intentado incursionar en la SEC por sus siglas en inglés, Comisión de Bolsa y Valores). La firma estaba explorando formas de interactuar con la SEC y obtener una ventaja de ser el primero en actuar en la industria al registrar potencialmente su plataforma con la agencia, dijo una persona familiarizada con el asunto en septiembre. La SEC se negó a comentar.
La CFTC, sin embargo, ha sido percibida como la ruta menos rigurosa en comparación con el riguroso régimen de divulgación de la SEC. El presidente de la CFTC, Rostin Behnam, ha cuestionado esa caracterización, a menudo señalando que la agencia fue una de las primeras en tomar medidas enérgicas contra el criptofraude.
Behnam dijo el lunes en una conferencia en Chicago que la agencia no tiene herramientas de vigilancia o monitoreo del mercado cuando se trata de criptomonedas, razón por la cual se necesita el proyecto de ley Stabenow-Boozman.
“Tenemos que confiar en las implosiones o en las personas que vienen a nosotros y nos dicen que están viendo fraude o manipulación en el mercado”, dijo Behnam. “Vamos a continuar monitoreando las entidades que podamos y, aparte de eso, continuaré abogando por una nueva autoridad”.
Con la asistencia de Isis Almeida, Katherine Doherty, Margaret Collins y Bill Allison.
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