El crédito directo crece en Ecuador, ¿pero por qué no es tan buena noticia?

La facilidad con la que las casas comerciales dan préstamos para comprar bienes o servicios a personas de menos ingresos puede ser un arma de doble filo

Por

QUITO — Una buena y una mala noticia. La buena es que en Ecuador cada vez más personas acceden a crédito (37% de la población económicamente activa), lo que se traduce en mayor inclusión financiera; pero la mala es que ese crédito podría estarse entregando en condiciones poco adecuadas. Las cifras del Barómetro de Acceso al Crédito en Ecuador dan luces de ello.

Según este documento elaborado por la Universidad Andina Simón Bolívar y Equifax -que analizó más de 20 millones de datos de los últimos cinco años de todo el sistema crediticio (bancos, cooperativas y sector comercial)-, el 6% del monto de crédito fue colocado por las casas comerciales, que son establecimientos que ofrecen crédito directo para que las personas puedan adquirir bienes y servicios.

Sin embargo, quienes más acceden a este tipo de préstamo son precisamente quienes ganan hasta US$800 mensuales, mientras que los bancos y las cooperativas concentran sus operaciones en quienes tienen ingresos superiores a los US$1.000.

¿Cuál es el problema con el crédito comercial?

Para Fidel Durán, gerente general de Banco Solidario, lo primero que cabe preguntarse es por qué y cómo las casas comerciales se han convertido en un agente de inclusión financiera, considerando que sus tasas de interés son más elevadas que las de los bancos y que, además, no existe un control sobre ellas.

Solo por ejemplificar, el techo máximo de la tasa de interés de los créditos de consumo en los bancos y cooperativas es de 16,8%, de acuerdo con la Junta de Regulación Financiera, mientras que las casas comerciales no tienen un límite y son, además, las que registran mayor número de operaciones de crédito. En el primer semestre de 2022 fueron 993.262 operaciones en comparación con las 726.401 de las cooperativas y las 692.156 de los bancos.

¿Qué quiere decir entonces que las casas comerciales concentren la mayoría de operaciones pero apenas 6% del monto? Que quienes se están endeudando bajo este sistema son las personas con menores ingresos, pues las condiciones de las casas comerciales son bastante más laxas que las de los bancos y el perfil de los clientes que aceptan es menos riguroso.

En este esquema, Durán identifica un problema que podría empezar a darse y es que “una persona que recibe un crédito mayor del que puede pagar, y no paga, luego ya no es sujeto de crédito”, lo que se traduce a la larga en exclusión financiera. Por ello, advierte que “puede ser que estemos sobre endeudando a la población”.

Esto porque el beneficiario del crédito termina pagando por un bien el doble o más de lo que costaría sin intereses. Por ejemplo, una refrigeradora cuyo costo de contado o con tarjeta de crédito en un almacén es de US$500,96, con crédito directo (30 cuotas de US$40,22) terminaría costando US$1.206,60, 2,4 veces más.

Asimismo, un televisor marca LG de 43′', pagando normalmente costaría US$492,03, mientras que con crédito directo, pagando 30 cuotas de US$41,64, costaría US$1.249,20, es decir, 2,5 veces más.

Aún no hay datos de morosidad

Y aunque no existen datos sobre el nivel de morosidad en casas comerciales, el perfil de quienes acceden a sus créditos podría dar luces sobre lo que explica Durán, pues el 76,22% de las personas que tienen préstamos con casas comerciales se concentran entre los 20 y 50 años, en contraste con los bancos privados y las cooperativas, donde la mayor concentración está entre los 30 y 60 años.

“Esto permite inferir que el potencial primer paso para acceder a un crédito en Ecuador se produciría en las casas comerciales, como consecuencia de que el monto promedio es inferior al que mantienen instituciones financieras”, apunta el estudio.

Otros datos relevantes

Existen otras conclusiones interesantes del análisis, como las siguientes:

Población. Más de un tercio de la población con empleo y disponible para trabajar mantiene una operación de crédito vigente en el Ecuador. En el 2018 esa cifra se ubicó en 36,52%, mientras que 2019 fue 38,98%. Para el 2020, descendió al 31,82% por efectos de la pandemia, pero durante el 2021 subió al 36,86%, marcando una recuperación.

Operaciones. Con relación a la cantidad de operaciones crediticias realizadas, el promedio anual es de 4,5 millones. El pico más alto se registró en el año 2019, con un total de 4,9 millones, mientras que el año 2020, afectado por la crisis sanitaria, reportó el menor número con 3,8 millones de operaciones.

Promedio de créditos. A junio de 2022, el monto promedio de los créditos se ubicó sobre los US$4.700, cifra cercana a todo lo registrado en el año 2021. Además, debido a situaciones estacionales como el Black Friday, Navidad, fin de año, etc., podría esperarse que el monto final crezca.

Acceso por género. Existe una mayor concentración del crédito en los hombres, con una tasa promedio de 51,86% versus el 48,14% en mujeres entre los años 2018 y 2021. Al primer semestre de 2022, la tendencia se mantiene. La banca privada es el sector que entrega más créditos a mujeres