Bogotá — Cada día surgen nuevos avances tecnológicos que nos hacen entender que la digitalización en el mundo es algo inminente y es que, a raíz de la pandemia, logramos identificar la importancia de esta transformación análoga a una más digital, incluso en los aspectos más cotidianos de la vida.
Síguenos en las redes sociales de Bloomberg Línea Colombia: Twitter, Facebook e Instagram
Esta transformación digital ataca a los diferentes sectores de la economía y un claro ejemplo de esto es la revolución que se están viviendo en las entidades bancarias, desde aplicaciones de los bancos tradicionales, hasta la aparición de los neobancos, los cuales, por su concepto digitalizado, son mucho más atractivos para las nuevas generaciones.
¿Qué es un neobanco?
Un neobanco es una compañía bancaria que opera de una manera totalmente digital, es decir, sus usuarios pueden realizar todas sus transacciones, solicitudes de certificados, préstamos y demás a través del celular y al alcance de un clic, sin la necesidad de desplazarse a las oficinas o sucursales.
Además, cuentan con la tecnología que les permite día a día innovar y crear productos más llamativos y eficientes para el usuario, como el ahorro de costos y agilidad en los procesos, abrir una cuenta y solicitar una tarjeta desde la comodidad de la casa o poder hablar con un asesor a través de la aplicación.
A diferencia de los bancos tradicionales, estos cuentan con una cartera de productos más reducida, lo que les permite poder enfocarse mucho más en la calidad y la eficiencia del servicio que les prestan a sus usuarios.
En Colombia LuloBank, que cumple con todas las características, comenzó operaciones en junio del presente año.
“Trabajamos duro para crear un banco fácil de usar, pensado desde cero para cambiar la experiencia de los usuarios con la banca. Queremos resolver los principales dolores y los costos que hoy afectan a millones de colombianos. Apostamos por la innovación y la transformación de Colombia con el uso de las tecnologías de última generación. Somos un banco que nunca parará de crear nuevas ideas de la mano de nuestros usuarios” afirmó Santiago Covelli, CEO de Lulo Bank.
Los neobancos y la generación Z
Los neobancos se abren camino entre la sociedad a grandes pasos, sobre todo entre las personas de la generación Z, y es que estos nativos digitales sienten más confianza y afinidad con este tipo de productos, ya que según una encuesta realizada por Mambu América Latina a 1.250 jóvenes, entre 18 y 35 años, en países como México, Brasil, Colombia, Perú, Chile y Argentina, el 22% afirmó que su entidad bancaria es un neobanco.
Además, también afirman que al preguntarle a un joven de la generación Z por sus productos financieros, acude a su smartphone para dar una respuesta.
En este mismo estudio expresaron las razones por las cuales prefieren a los neobancos. El 45% expresó que la facilidad a la hora de hacer el registro era uno de los principales motivos, mientras que el 36% lo hace porque se interesa por los beneficios atractivos que estos ofrecen y, por último, un 27% lo escoge porque se acopla más a sus necesidades y preferencias.
Por otra parte, cabe destacar que el índice de satisfacción de los jóvenes de la generación Z que cuentan con un neobanco es bastante alto, tal y como lo afirma Mambu América Latina en su estudio, el 52% se encuentra satisfecho, mientras que el 22% asegura estar extremadamente satisfecho.
“Hoy en día, los jóvenes a la hora de elegir un banco lo primero que buscan es la transparencia y que seamos claros con nuestra oferta. Por eso, la importancia y la clave del éxito de los neobancos se basa en contar con productos dinámicos que evolucionen día a día y respondan a las necesidades de todos nuestros usuarios,” comentó Santiago Covelli.
A final de cuenta, es beneficioso, tanto para los consumidores como para la banca que aparezcan los neobancos, pues se presentan como una nueva alternativa para que las personas, especialmente para los jóvenes de la generación Z, puedan tener una mayor cercanía con sus finanzas y que se traduzca en una mayor inclusión financiera.