Bloomberg — La construcción de la infraestructura de la Copa del Mundo en Catar se ha visto empañada en el mundo real por las temperaturas extremas y la muerte de trabajadores inmigrantes. Sin embargo, en el metaverso, una réplica digital del estadio Lusail de Doha no tiene nada de eso, y la propiedad virtual puede ser sorteada como premio para un afortunado aficionado al fútbol.
Este universo virtual de la FIFA forma parte de la tendencia de la organización futbolística a adoptar la nueva palabra tecnológica de moda. En 2010, algunos partidos se retransmitieron en 3D. En 2018 ofreció una experiencia de realidad virtual. Ahora es el metaverso.
Mientras algunos aficionados pueden volar a Catar y desembolsar por una entrada para animar junto a otras 80.000 personas durante un partido, los seguidores inclinados al metaverso pueden dirigirse a un aeropuerto virtual, esperar varias horas mientras “vuelan” a Doha, visitar una versión digital del estadio y entrar en las tiendas cercanas de la aldea de la Copa Mundial de la FIFA para comprar artículos digitales, como bufandas y banderas, que luego pueden utilizar para adornar sus casas virtuales y expresar su espíritu de equipo. Este viaje digital fue creado por Upland, una plataforma metaverso con sede en Mountain View, California, que se ha asociado con la FIFA para ofrecer una experiencia metaversa basada en blockchain durante el torneo.
Upland no es el único socio de la FIFA que ofrece entornos digitales inmersivos con temática futbolística relacionados con el Mundial, que comienza el 20 de noviembre y es el evento deportivo más visto en todo el mundo. Roblox Corp. también ha creado un mundo tecnicolor en el que los aficionados pueden jugar a una mezcla de fútbol y bolos. “Las generaciones más jóvenes, sobre todo, se alejan de las redes sociales y juegan mucho en esos entornos tridimensionales”, afirma Dirk Lueth, cofundador y co-CEO de Upland. Empresas y organizaciones como la FIFA se han dado cuenta de que “si queremos atraer a ese público, también tenemos que estar en ese espacio”, añadió Lueth.
El metaverso de Upland está mapeado en el mundo real, lo que significa que incorpora varios simulacros de vida de carne y hueso. Volar por el metamundo cuesta dinero y tiempo, aunque menos que en la vida real: unos US$5 por vuelo y una quinta parte del tiempo de viaje normal. Los usuarios también pueden comprar y revender propiedades virtuales asociadas a edificios del mundo real.
Para la Copa del Mundo, los aficionados del metaverso pueden coleccionar e intercambiar equipamiento digital y acumular puntos, que pueden darles la oportunidad de ganar o conseguir otras rarezas, como videoclips de goles y otros momentos clave del partido. Un usuario también ganará la dirección digital del estadio de Lusail, sobre el que Upland construyó una réplica del estadio. Los usuarios no pueden entrar en el estadio, pero pueden verlo desde el exterior y recorrer las tiendas digitales cercanas a su base.
“Un aficionado normal no va a comprar una entrada para el partido”, explica Lindsay Aamodt, responsable de marketing de Upland. “Pero pueden vivir una experiencia representativa en el metaverso”.
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