Lacalle Pou, Lasso y Abdo: cómo marchan los bastiones de centro derecha en Sudamérica

Los gobiernos buscan todavía consolidar la recuperación tras la pandemia, mientras deberán ser pragmáticos en la integración regional ante triunfo de Lula

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Montevideo — La coyuntura política regional es bastante distinta a cuando asumieron Luis Lacalle Pou en Uruguay, Guillermo Lasso en Ecuador, o Mario Abdo en Paraguay. Los presidentes vieron en el correr de sus mandatos como en los países vecinos triunfaron dirigentes de izquierda, desde el regreso de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, las victorias de Gustavo Petro en Colombia y de Gabriel Boric en Chile, o de Pedro Castillo en Perú.

¿Cómo marchan los gobiernos de los tres presidentes de Sudamérica que representan la centro derecha? ¿Cuál será su estrategia de integración regional ante el triunfo de Lula y otros presidentes de distinto signo político?

En los hechos, si bien los tres atraviesan distintos momentos de su administración, los tiempos de pandemia impusieron la necesidad de concentrar las políticas internas en la recuperación económica. A distinto ritmo, también, buscaron avanzar en algunas reformas, aunque las concreciones todavía parecen parecen pendientes, y la seguridad pública se ha vuelto un desafío.

Y en materia regional, según analistas consultados por Bloomberg Línea, tanto Lacalle Pou como Lasso y Abdo apostarán al pragmatismo para surfear la nueva marea de izquierda en América Latina.

¿Más pragmatismo y menos ideología en la región?

Según Nicolás Saldías, analista para América Latina y el Caribe en The Economista Intelligence Unit, un conjunto de factores lleva a pensar en un escenario de mayor pragmatismo en el vínculo entre los presidentes de centro derecha con los jefes de Estado de izquierda.

Entre los motivos para argumentarlo, enumeró que tanto Lacalle Pou como Lasso y Abdo se posicionan como menos combativos con la izquierda en términos de discurso que otros jefes de Estado volcados más al extremo como podía ser Jair Bolsonaro en Brasil o un eventual triunfo de José Antonio Kast en Chile. Al mismo tiempo, señaló que los actuales gobiernos de izquierda también son más pragmáticos que sus antecesores de igual signo político, pero además no tienen un frente común como pudo ser antes la creación de Unasur.

“Los nuevos gobiernos de izquierda en la región no tienen la misma ideología antiimperialista y socialista como vimos en Venezuela. Los desafíos políticos son tan grandes en sus propios países post pandemia que estos gobiernos no tienen el lujo de tener una política exterior híper-ideologizada”, explicó el analista. Además añadió que ni Uruguay, ni Ecuador ni Paraguay tienen un peso regional tan alto como para generar cimbronazos.

El politólogo argentino Andrés Malamud dijo a Bloomberg Línea que no percibe mayores cambios en el vínculo de los tres presidentes con sus pares la región. “Las políticas exteriores de los países democráticos dependen de los intereses, que son estables, y no de las ideologías, que pueden variar”, señaló.

Por su parte, Ignacio Bartesaghi, director del Instituto de Negocios Internacionales de la Universidad Católica del Uruguay, dijo que “en los tres casos son presidentes pragmáticos que no necesariamente (a nivel regional) han entrado en la lógica de derechas o de izquierdas”. Por eso, para el analista, la “expectativa” es que los tres puedan dialogar y mantener una buena relación con el presidente electo de Brasil y otros pares de la región.

“Lasso, Abdo y Lacalle Pou tienen la capacidad para dialogar con Lula sin problemas y uno espera que Lula evite fomentar esas lógicas que algunos presidentes le están pidiendo, de izquierdas o de derechas, que me parece no tienen ningún sentido”, dijo Bartesaghi. “Creo que las coaliciones de Lula, la conformación del Congreso, y las restricciones que va a tener Brasil, lo van a llevar a ser un poquito más cauto en ese sentido. Y no dejarse llevar por lo que le pueda pedir Fernández, Andrés Manuel López Obrador, o Maduro. Hay que ver cómo reacciona Lula”, añadió.

Según el especialista en negocios internacionales, la afinidad ideológica entre los gobiernos “no garantiza” mayor nivel de cooperación. “No garantiza nada porque ya hemos tenido durante bastante tiempo en la región corrientes de izquierda que no han favorecido la integración, sino que la ha politizado y la ha afectado”, sostuvo.

En tanto, según Saldías, una situación que los gobiernos “pro-mercados” pueden utilizar “es aprovechar el aumento de impuestos y regulaciones en los países con gobiernos de izquierda para atraer inversiones”.

¿Cómo marcha la política interna?

Si bien Lasso, Lacalle Pou y Abdo atraviesan distintos momentos cronológicos y políticos de sus gobiernos, las agendas internas de cada uno representan desafíos que van desde temas políticos, hasta cuestiones de seguridad y asuntos económicos.

Lasso en la puerta de un referéndum clave

Guillermo Lasso puede enfrentar en febrero de 2023 un referéndum constitucional, una prueba que será un termómetro para la popularidad de su gestión a poco más de un año de asumir. El presidente propuso en setiembre un conjunto de cambios constitucionales sobre temas vinculados a seguridad, política y medio ambiente. Entre sus primeras consecuencias, este proceso hacia las urnas puede poner en juego el repunte de los bonos ecuatorianos, como informó Bloomberg.

La desaprobación de la gestión de Lasso alcanzó el 82%, según los últimos sondeos de opinión pública, señaló en setiembre El Universo.

Lasso ya enfrentó duras protestas en junio de este año por parte de grupos indígenas que reclamaban subsidios al combustible. El gobierno debió también la semana pasada decretar el estado de excepción y toque de queda en la ciudad de Guayaquil y en Esmeraldas ante una ola de violencia que tuvo como saldo al menos unos cinco policías asesinados.

En Ecuador, el ingreso familiar promedio se mantuvo sin variaciones desde enero, pero sí ha aumentado el precio de la canasta básica, como informó Bloomberg Línea este miércoles. De todos modos, según las proyecciones del Fondo Monetario Intencional, Ecuador terminará este año con una inflación de 3,8% y el 2023 en 1,8%, lo que lo posiciona como el país con menor inflación de la región. El país andino adoptó en el año 2000 el dólar como moneda oficial y ya no emitió más moneda propia.

Lacalle Pou, entre sus reformas y la seguridad

Lacalle Pou sorteó con éxito en marzo de 2022 un referéndum que buscaba derogar 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración, el buque insignia de su gestión que promovió cambios en seguridad, la enseñanza, una regla fiscal, normas laborales y en el mercado de combustibles. Ahora el presidente uruguayo busca avanzar en una reforma de la seguridad social y en otra educativa, aunque otros cambios propuestos en el mercado secundario de combustibles vienen más atrasados.

Según una encuesta de la consultora Equipos publicada en octubre, el 49% de los uruguayos aprueba la gestión de Lacalle Pou, un 32% la desaprueba, al tiempo que el 19% ni aprueba ni desaprueba.

En materia económica, el gobierno uruguayo prevé un crecimiento de 4,8% en 2022 y de 3,0% para 2023. Por otro lado, enfrenta una inflación que orilla el 9%, por encima de las metas del Banco Central de ubicarla entre 3% y 6%. El gobierno ha remarcado su compromiso de recuperar el nivel del salario real antes del fin del mandato, aunque los analistas señalan que esto genera inconsistencias con el plan de bajar la inflación. A su vez el mercado laboral tuvo un estancamiento en los últimos meses.

En la prometida agenda de inserción internacional, Lacalle Pou tendrá una parada clave en el rol que juegue Lula en el Mercosur, aunque el presidente uruguayo ha prometido continuar con las gestiones por un TLC con China y solicitar la adhesión de Uruguay al acuerdo Transpacífico (CPTPP).

Además de los aspectos económicos, la seguridad es una de las principales preocupaciones de los uruguayos según las encuestas de opinión pública. Entre enero y junio hubo en Uruguay 188 homicidios, un 39% más que en igual período del año anterior, según datos divulgados el martes 12 por el Ministerio del Interior. En tanto, las rapiñas –robos con uso de violencia– continuaron en caída y hubo un repunte leve de los hurtos.

Abdo, la polémica con su vice, y la inflación sobre el fin del mandato

El gobierno de Abdo, en tanto, enfrentó en agosto la acusación de corrupción de su vicepresidente Hugo Velázquez Moyano por parte del Departamento de Estado de Estados Unidos. La oficina señaló “su participación en actos de corrupción significativos, incluido el soborno de un funcionario público y la interferencia en procesos públicos”. El número dos de Abdo dijo en un primer momento que renunciaría, pero luego se aferró a su cargo.

Paraguay tendrá elecciones en 2023 y el Partido Colorado de Abdo, históricamente gobernante en ese país, es el favorito. La disputa se posiciona en la interna de esa colectividad entre delfines de Abdo, Arnoldo Weins, y del expresidente Horacio Cartes, Santiago Peña.

En materia económica, la inflación se ubica en niveles por encima de las expectativas y uno de los temas que generó mayor descontento en la población es el alza en los precios de los combustibles. La inflación se ubicó en abril en 11,8% y alcanzó su máximo de 14 años, como reportó Bloomberg, aunque se desaceleró en meses siguientes y en octubre fue de 8,1% en la medición interanual.

Lula y el Mercosur: el TLC entre China y Uruguay

Para Uruguay, una de las mayores incógnitas es la posición que tomará Lula da Silva sobre el Tratado de Libre Comercio que Lacalle Pou impulsa con China, sin la participación de los socios del bloque. El antecedente es que, durante sus primeros dos mandatos, el brasileño se mostró en líneas generales en favor de las negociaciones del Mercosur como bloque, en detrimento de acuerdos bilaterales.

El economista Marcelo Sibille, gerente de Consultoría Económica de KPMG Uruguay, dijo que “en el plano estricto de la política comercial el gobierno uruguayo pierde una baza en lo que guarda relación con la intención de negociar TLC con terceros países”.

“Con la llegada de Lula, cuya vocación es mucho más integracionista a nivel regional, seguramente será más difícil para Uruguay contar con el aval de Brasil para lograr algún tipo de acuerdo comercial con terceros países pasando por alto al Mercosur”, señaló.

El presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay, Alfredo Antía, dijo a Bloomberg Línea que la expectativa “es que las cosas continúen del mismo modo”. El empresario señaló que Lula enfrenta presión interna de abrir Brasil al mundo y bajar los aranceles para la creciente exportación de alimentos de su país, por lo que eso va en línea con los intereses de Uruguay.

Antía se mostró optimista sobre la postura que pueda tomar Lula ante el acuerdo entre China y Uruguay. “La maduración de los tiempos lleva a pensar que esta necesidad de apertura será útil a lo largo del tiempo para los demás países del Mercosur”, dijo.

Tiempos de cambios

El senador del Partido Nacional, Gustavo Penadés, señaló que son tiempos “de cambios” que “necesitan de una política exterior uruguaya con gran madurez y serenidad”.

El gobierno de Lacalle Pou espera tener “las mejores relaciones diplomáticas” con la administración de Lula da Silva en una apuesta por el “dinamismo” del Mercosur.

“Es innegable que hay una serie de gobiernos que tienen un signo político distinto al nuestro. Ahora, lo que pasa es que nosotros tenemos una concepción del manejo diplomático distinto de lo que tenía el Frente Amplio. Nosotros no gobernamos por familias ideológicas. Lo hacemos defendiendo los intereses nacionales y en ese sentido estamos obligados a tener muy buena relación con Argentina, con Brasil. Hay que apostar a Chile y hay que apostar a Colombia”, dijo el referente de la bancada oficialista.