Gilinski vs. GEA: un año del pulso entre gigantes por el control empresarial

La entrada del banquero como accionista ha tenido momentos de tranquilidad, pero también de alta fricción. Hoy los puentes entre las partes son poco transitados

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Bogotá — En el último año Colombia fue testigo del ascenso al poder de un líder de izquierda, de la apreciación del dólar por encima de los $4.000 y de los $5.000, la llegada de una selección colombiana de fútbol a la final de un mundial, y de cómo se permeó el enroque empresarial del GEA que por 4 décadas pareció invulnerable.

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OPA por Nutresa

Todo empezó el 10 de noviembre de 2021 cuando ya había caído la noche. La Superfinanciera reportó que había recibido una solicitud para lanzar una OPA por las acciones del Grupo Nutresa.

Un inversionista, para ese entonces aún sin nombre, quería comprar entre el 25% y el 50% de la empresa de alimentos y estaba ofreciendo US$7,1 por cada acción.

Aún sin tener el nombre del inversionista misterioso se creyó que podría ser una jugada del GEA para recomprar acciones en el mercado dado que los precios no reflejaban la realidad financiera y operativa de la compañía.

Entrada la noche el país supo que se trataba de Nugil y que esa no era otra cosa que una empresa de Jaime Gilinski y que nada tenía que ver con una recompra de acciones sino de una OPA hostil que lanzaba el banquero para entrar como accionista.

Momentos de confusión

En su momento, ni los mismos administradores del GEA entendían qué estaba sucediendo. Al igual que el resto del mercado financiero, la OPA por Nutresa los tomó por sorpresa.

Con los títulos de la empresa de alimentos suspendidos en BVC, la alternativa fue estudiar cómo proteger la propiedad con las otras dos empresas del Grupo Empresarial Antioqueño: Grupo Sura y Grupo Argos.

Mientras el mercado especulaba con la estrategia para conservar la empresa, el Grupo Sura alistaba un comunicado en el que anunciaba que iniciaría los trámites para conseguir un socio estratégico que no quisiera el control de la compañía.

Al final no hubo OPA competidora, ni caballero blanco, ni píldora envenenada ni tampoco socio estratégico. Con el anuncio de Sura llegó la segunda oferta de Gilinski, ahora por Sura.

Bloqueo en 2 de 3

Con la OPA por Sura el turno fue para Grupo Argos que también salió a buscar un potencial socio, el cual al día de hoy no ha conseguido.

Con las ofertas lanzadas, Gilinski logró entrar como accionista en 2 de las 3 joyas del GEA y la especulación del mercado fue sobre cuál era el objetivo final del banquero caleño.

Para muchos, la arremetida contra las joyas del GEA fue una venganza tardía por diferencias del pasado que dejaron a Gilinski por fuera de lo que hoy se conoce como Grupo Bancolombia, empresa que se creyó y aún se cree, es el verdadero objetivo del dueño del GNB Sudameris.

Pulso en las juntas

Si bien con las OPA Gilinski logró consolidarse como el mayor accionista del Grupo Sura y el segundo del Grupo Nutresa, el poder se ve reflejado en cómo queda conformada la Junta Directiva de cada empresa.

Ahí Gilinski ha tenido pequeñas victorias, pero no ha logrado dar un golpe sobre la mesa para quedarse con la mayoría directiva. En Nutresa, por más que lanzó 3 ofertas, una declarada desierta, solamente logró 2 puestos, y en Sura, donde hizo 3 intentos, logró 3 puestos directivos.

Sin embargo, el GEA no se ha quedado cruzado de brazos y aunque ha tenido que soportar a Gilinski y sus delegados en la Junta, ha movido sus fichas de forma tal que los representantes del GEA sigan en ventaja.

Modificó temas como el periodo requerido para convocar asambleas extraordinarias, lo redujo a 5 días, y, además, elevó el número de votos favorables requeridos para aprobar decisiones en la Junta. Todo ello ha permitido que Gilinski siga merodeando al rey con torres, alfiles y peones, pero sin poder dar aún el tan esperado mate.

¿Un año perdido?

Sura, Argos y Nutresa son compañías que hasta antes del 10 de noviembre de 2021 encabezaban titulares de prensa por su expansión y planes de negocio.

La expansión de Cementos Argos en Estados Unidos, la creación de nuevas líneas de negocio en Nutresa o la adquisición de compañías como ING en el sur del continente con Sura solían ser los temas que rodeaban a estas compañías.

Pese a ello, el último año esos títulos de prensa han sido reemplazados por si Gilinski logrará el control, si una nueva OPA se lanzará sobre Bancolombia, o si el GEA por fin presentará a su socio estratégico.

De acuerdo con el director regional del equipo de finanzas corporativas de Fitch Ratings, Joseph Bormann, “las empresas están siendo puestas en una posición que no es favorable para la administración porque no se pueden tomar las decisiones que realmente pueden potenciarlas en la actividad en la que se desarrollan. Yo diría que pierden un año de oportunidades para crecer, pero siguen siendo grandes empresas. Perder un año para crecer no es un problema catastrófico, es sólo un problema que debería ser resuelto”, dijo.

Prueba de que las disputas societarias entre los administradores y los Gilinski no han afectado la imagen de las compañías es que Bormann asegura que “la disputa entre accionistas no ha tenido impactos en las calificaciones porque la estructura de capital no ha cambiado, siguen siendo estructuras muy fuertes y no vemos impactos en sus calificaciones y por ello todas tienen un outlook estable”.

Precios de acciones

Cuando Gilinski dejó ver su deseo por Grupo Nutresa, la acción de la compañía de alimentos apenas se negociaba en la BVC en $21.740. La primera OPA impulsó el precio, la segunda, cuando ofertó US$10.48 contribuyó en ello y la tercera, aunque fallida, también jalonó los precios.

Hoy en día en el mercado de renta variable los títulos de Nutresa se consiguen en $51.990, más del doble de lo que estaban hace un año.

En Sura pasó algo similar, los títulos al cierre de la rueda previa a la primera OPA por Nutresa valían unos $21.200, y al cierre de la jornada de ayer su cotización fue de $41.680.

El interés de Gilinski por las dos empresas ha contribuido a su valorización en el mercado accionario, pero también sirvió para que las empresas perdieran protagonismo en bolsa.

Por un lado, los volúmenes de negociación sobre los activos del GEA bajaron radicalmente, y del otro, dejaron de ser referentes del comportamiento del mercado. Si bien por capitalización bursátil Nutresa es hoy la segunda empresa de la BVC, superada únicamente por Ecopetrol, ya no hace parte de la canasta del Colcap, lo que demuestra su papel secundario en la actualidad.

¿Calientan los abogados?

Las disputas de la década de los 90 entre Gilinski y el GEA se resolvieron tras un largo litigio de más de 10 años en el que no hubo un claro ganador.

El regreso de Gilinski a los negocios del GEA amenaza constantemente con tener un desenlace similar. El Grupo Sura se quejó en su momento por supuestas irregularidades en el visto bueno de la SuperSalud a la OPA por Grupo Sura.

Al ser una adquisición con la cual más del 10% de EPS Sura cambiaba de control, dicha entidad debía autorizar, lo cual dice el GEA tuvo vicios que deberían conducir a la invalidez de la oferta.

Lo mismo pasa del otro lado, aunque las acciones de Sura y Nutresa se cotizaban hace un año a menos de la mitad de lo que están hoy, los administradores del GEA han votado por no vender en ninguna de las 3 OPA.

Eso a juicio de algunos abogados que han sido consultados a lo largo de este año, y que por cercanía al proceso han preferido estar en el anonimato, podría suponer una falta en su deber fiduciario, pues la ley les ordena hacer lo que sea mejor para la compañía sin importar los intereses de quién estén representando.

Los episodios más recientes tienen que ver con la inhabilidad decretada por la SuperSociedades sobre dos directivos del Grupo Sura para decidir en la OPA que lanzó el fondo árabe IHC sobre Nutresa.

De un lado aseguran que ello dejaría a Gilinski con la decisión en sus manos pues tendría 3 votos contra 2 del GEA, del otro, se asegura que los estatutos sociales exigen que el quórum para aprobar decisiones sea de mínimo 4 votos y que ello no puede cambiar hacia abajo por mandato legal.

Lo cierto es que en próximos días terminará la octava OPA de esta historia que luce lejos de tener un capítulo final en el corto plazo.