Bloomberg — Tras su reelección como gobernador de Florida, Ron DeSantis se ve ante un posible enfrentamiento con Donald Trump por la nominación a la presidencia del partido republicano en los comicios de 2024.
Trump ya ha convertido a DeSantis en su contendiente principal en la campaña, hablando en mítines de encuestas que lo muestran con ventaja en la intención de voto de los republicanos. Aquellos que conocen a DeSantis dicen que cree que aprovechará el momento cuando crea que este llegue y no evitará competir con Trump.
“Nunca tendrá una mejor oportunidad de ganar la Casa Blanca y no creo que tenga miedo al presidente”, dijo Fred Piccolo, un consultor político republicano que trabajó como director de comunicaciones para DeSantis en 2021. “No está en su naturaleza”.
DeSantis, de 44 años, ha eludido la pregunta de una posible campaña presidencial en 2024, sobre todo en un debate el mes pasado con su ahora derrotado rival por la gobernación, Charlie Crist, a quien venció con el 60% de los votos el martes.
Trump, de quien se espera que anuncie su propia candidatura el 15 de noviembre, ha incrementado sus ataques contra DeSantis y amenazando con divulgar información perjudicial si se presenta.
DeSantis no mencionó a Trump en su discurso de victoria el martes por la noche, pero sonó como si estuviera haciendo campaña para la Casa Blanca.
“Los líderes no siguen, lideran. Mientras nuestro país languidece debido a un liderazgo fallido en Washington, Florida está en el camino correcto”, dijo DeSantis. “Espero con interés el camino por delante”.
DeSantis ya cuenta con el respaldo financiero de un electorado republicano clave: una amplia franja de donantes de Wall Street y personas adineradas, algunas de las cuales han dejado claro que no están ansiosas por un regreso de Trump en 2024. Muchos ven en DeSantis a un candidato que es tan conservador, antifiscal y antirreglamentario como Trump, pero sin el bagaje de éste.
Récord de recaudación de fondos
Estos donantes ayudaron a impulsar la recaudación de fondos récord de DeSantis en este ciclo. Los US$164 millones que DeSantis ha recaudado desde enero de 2021, no sólo son más que cualquier gobernador en la historia de los Estados Unidos, sino que supera las donaciones de Trump hasta el tercer trimestre por US$3 millones.
Alrededor del 60% del botín de DeSantis proviene de donantes que dieron US$50.000 o más, incluyendo al menos 10 multimillonarios que se benefician de las leyes de Florida que permiten donaciones ilimitadas. Trump, en cambio, depende en gran medida de una red de donantes de poco dinero, una señal de que su apoyo de base es mayor que el de DeSantis.
El cortejo de DeSantis a los donantes ricos, crucial para su éxito en una contienda presidencial, comenzó a principios de su primer mandato.
En un evento de recaudación de fondos en Palm Beach para la Fundación Everglades, en febrero de 2019, el financiero multimillonario Paul Tudor Jones alabó a DeSantis por responder a “nuestras oraciones” al asegurar los fondos para la conservación apenas unos días después de asumir el cargo.
“Es un nuevo amanecer en Florida”, dijo DeSantis . Muchos, como Jones y el fundador de Interactive Brokers Group, Thomas Peterffy, pasarían a extender grandes cheques al gobernador.
El multimillonario Ken Griffin, fundador y director general del fondo de cobertura Citadel, que ha contribuido con US$10,8 millones a DeSantis desde 2018, explicó en su día ponerse del lado del gobernador frente a Trump: “Creo que es hora de que Estados Unidos siga adelante”, dijo Griffin en una entrevista en el Club Económico de Chicago en octubre de 2021. “Los cuatro años bajo el presidente Trump fueron tan inútilmente divisivos que no fue constructivo para nuestro país”.
En un evento el lunes por la noche, Griffin no mencionó a DeSantis por su nombre, pero habló de cómo sus hijos fueron adoctrinados en la “ideología woke” en las escuelas de Chicago. Dijo que su hijo fue reprendido por decirle a un estudiante asiático que era bueno en matemáticas. “Y verlos transformarse en la escuela aquí en Miami es probablemente el mejor regalo que Miami le ha dado a mi familia”, dijo Griffin.
Primeras elecciones no favorables
Hace apenas cuatro años, DeSantis era un miembro de la Cámara de Representantes que tenía las de perder en la carrera primaria para gobernador - hasta que fue respaldado por Trump. Pasó a ganar su primer mandato por apenas un 0,4%. La opinión de Trump sobre DeSantis pareció agriarse cuando el gobernador se convirtió en un potencial rival para la candidatura de 2024.
En las últimas semanas de la campaña para gobernador, DeSantis enmarcó una multitud de propuestas en torno a la represión de los intentos “woke” de inyectar la raza, el género y la orientación sexual en el currículo escolar.
“Nunca, jamás, nos rendiremos a la turba woke en el estado de Florida”, dijo.
En los últimos días de la carrera, un vídeo de 96 segundos publicado por su campaña hablaba de cómo “Dios hizo un luchador” -Ron DeSantis- para salvar Florida, y sugiere, por extensión, salvar a Estados Unidos, alimentando aún más las conversaciones sobre una posible campaña presidencial.
El historial de DeSantis muestra que podría ser un candidato formidable contra Trump, con una ética de trabajo y un apetito voraz por los detalles en los documentos informativos que contrasta fuertemente con el estilo libre de Trump. Al mismo tiempo, la gente que lo conoce dice que puede parecer brusco y malhumorado, con poca paciencia para las relaciones que requiere un político y que Trump domina.
Pero ha utilizado una legislatura republicana que se pliega a su voluntad para imponer políticas que resuenan con los republicanos a nivel nacional, levantando las restricciones de Covid-19 en las escuelas y las empresas mucho antes que la mayoría de los estados y atacando los mandatos de mascarillas y las vacunas en ocasiones de forma más agresiva que Trump.
También ha adoptado posturas en cuestiones culturales y sociales que son anatema para muchos demócratas, como la restricción del aborto y la represión de la enseñanza sobre la raza y el género en las escuelas, incluso a través de un proyecto de ley que los críticos ridiculizaron como “Don’t Say Gay” (No digan gay). Fue a por Walt Disney Co. por apoyar los derechos de los transexuales. DeSantis dice que más empresas podrían enfrentarse a su ira en un segundo mandato.
El gobernador es la principal opción para la nominación republicana después de Trump, con más del 30% de apoyo, según una compilación de FiveThirtyEight sobre sondeos recientes.
“Si Trump no se presentara, DeSantis entraría en la carrera como el favorito”, dijo el estratega del GOP Alex Conant, un ex empleado del senador Marco Rubio, un republicano de Florida.
Muchos donantes “ven al gobernador como un reinicio y una alternativa”, dijo Nick Iarossi, un cabildero de Florida y recaudador de fondos de DeSantis desde hace mucho tiempo. “Ha asumido literalmente todos estos temas, y mucha gente desea que su gobernador haga eso”.
Derecho en Harvard
Nacido en Florida, DeSantis se crió en el suburbio de Denedin, en Tampa, hijo de un instalador de cajas de clasificación de televisión Nielsen y de una enfermera. Fue capitán del equipo universitario de béisbol de la Universidad de Yale antes de ingresar en la Facultad de Derecho de Harvard y, finalmente, en la Marina de los Estados Unidos, donde fue desplegado en Irak en 2007 como abogado para asesorar a los equipos SEAL en misiones de combate.
Elegido a la Cámara de Representantes de EE.UU. en 2012, DeSantis defendió las causas republicanas conservadoras y ayudó a fundar el conservador Freedom Caucus. También fue allí donde DeSantis llamó la atención de Trump, defendiéndolo agresivamente contra la investigación de Robert Mueller sobre Rusia.
DeSantis llevó esa combatividad a Tallahassee, a pesar de su estrecha victoria en 2018. Sus partidarios esperan un segundo mandato muy parecido al primero, como ordenar más vuelos de migrantes o utilizar su nueva policía electoral para perseguir supuestas infracciones de los votantes. Los demócratas califican esto de estratagemas baratas que en realidad no mejoran el sistema de inmigración ni aumentan la seguridad electoral y traicionan una vena cruel en DeSantis que, según ellos, está dispuesto a sacrificar a personas vulnerables para obtener beneficios políticos.
DeSantis tampoco ha rehuido enfrentarse a los tradicionales aliados empresariales de su partido, incluso castigando a los bancos que tratan de restringir las inversiones en petróleo y gas, como ha hecho Texas.
“Creo que no va a retroceder en su postura, que es que las corporaciones y las personas no pueden recibir golpes bajos en Florida”, dijo el cabildero de Tallahassee Brian Ballard, que ha sido un recaudador de fondos no remunerado para DeSantis durante años.
DeSantis ha trabajado incansablemente para impulsar su prominencia nacional, viajando por el país para recaudar dinero y respaldar a los candidatos republicanos, lo que sólo aumenta su atractivo. “Es un líder al que le gusta ayudar a otros como él”, dijo David Clark, ex subjefe de personal de DeSantis.
Es conocido por levantarse a las 4 de la mañana para leer sobre el día con una obsesión por los hechos y los datos. Piccolo, el ex director de comunicaciones, recuerda haber entregado informes diarios de 200 páginas sobre la pandemia, a primera hora de la mañana, y a las pocas horas DeSantis citaba los resultados detallados en las reuniones.
Las personas que han trabajado para él dicen que DeSantis confía poco en ayudantes o consultores para la orientación, y uno de sus principales asesores es su esposa, la ex reportera y presentadora de televisión de Jacksonville Casey DeSantis. Pero una cosa está clara, dijo un ex ayudante que se negó a ser citado hablando sobre el gobernador: Tiene una ambición sin límites y es un creyente en aprovechar el momento cuando la oportunidad está ahí. Y parece estar seguro, dijo la persona, de que este es su momento para presentarse a la presidencia.
--Con la ayuda de Amanda Gordon, Felipe Marques, Bill Allison y Mark Niquette.
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