Bloomberg — Moscú ha ordenado a sus soldados que se retiren de la ciudad de Kherson en Ucrania, la primera gran ciudad ocupada durante la invasión, lo que supone un golpe muy significativo para el presidente de Rusia.
Mientras las fuerzas ucranianas continúan con su contraataque en la zona limítrofe con la ocupada Crimea, Sergei Shoigu, el ministro de Defensa de Rusia, ha ordenado este miércoles a los soldados que se marchen de la orilla oeste del río Dniéper y se desplacen a la otra orilla.
“Comprendo que se trata de una situación muy complicada”, dijo Sergei Surovikin, el general a cargo de las tropas rusas, al plantear la decisión a Shoigu. “Pero se salvarán las vidas de nuestros soldados y la operatividad de combate del destacamento, pues es inútil mantenerlo en la ribera derecha en una área reducida”.
Este repliegue constituye otra gran pérdida para Moscú, luego de que este verano boreal las tropas ucranianas recuperaran grandes extensiones de territorio alrededor de Kharkiv hacia el este.
La primera capital regional en ser tomada por las tropas rusas fue Kherson y estaba entre los territorios que Rusia pretendía anexionar en los referendos ilegales realizados en septiembre. El presidente ruso afirmó en ese momento que las regiones serían de Rusia para siempre.
Pero las fuerzas ucranianas cortaron metódicamente las líneas de suministro a la guarnición de Rusia en la ciudad del sur, apretando la soga con avances constantes sobre el terreno. En las últimas semanas, los funcionarios de ocupación rusos comenzaron a evacuar a los civiles y trasladaron su administración a la orilla oriental del río Dniéper, más lejos de la línea del frente.
Rusia también comenzó a retirar tropas, aparentemente con la esperanza de evitar las retiradas caóticas vistas en derrotas anteriores, cuando las fuerzas de Moscú dejaron atrás grandes cantidades de equipos y municiones.
Ucrania inició una contraofensiva masiva en el verano boreal, recuperando casi toda la región de Kharkiv y algunos lugares en Luhansk al este.
Putin respondió intensificando su ofensiva de nueve meses, movilizando al menos a 300.000 reservistas, anexando cuatro regiones y desatando una andanada de ataques contra objetivos civiles. A partir del 10 de octubre, Rusia ha apuntado cientos de misiles y drones a la infraestructura energética crítica en toda Ucrania, dañando alrededor del 40% de las instalaciones energéticas del país, dijo el presidente Zelenskiy.
Mientras tanto, Ucrania busca recuperar todas sus tierras ocupadas por Rusia, incluida Crimea y parte del este de Donbás, que Moscú ha ocupado desde 2014, así como el territorio que tomó desde el 24 de febrero.
La captura de la ciudad de Kherson aún no lleva a Ucrania a una posición en la que pueda amenazar a Crimea, debido a las líneas defensivas rusas fortificadas, según un funcionario occidental.
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