Buenos Aires — El “Plan Massa” cumple este viernes sus primeros 100 días. Con luces y sombras, la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía alcanzó para descomprimir la tensión cambiaria y alejar fantasmas de un salto abrupto del tipo de cambio. Pero pese a la señal fiscal que ensayó en su primera conferencia como titular de la cartera de Hacienda, en la que se comprometió a no solicitar más Adelantos Transitorios al Banco Central (BCRA) en el año, y a que hace semanas subrayó que bajar la inflación es principal desafío que tiene el Gobierno, la emisión monetaria lejos está de detenerse.
En los últimos días, distintas consultoras y economistas privados vienen advirtiendo que la autoridad monetaria habría vuelto a darle rienda suelta a la “maquinita” para sostener la curva de deuda en pesos. Dicha presunción se desprende del cruce de datos oficiales, los volúmenes operados y algunas ordenes de compra de títulos en pesos que llamaron la atención del mercado.
Así, el Central estaría replicando la misma estrategia que llevó adelante entre junio y julio, meses en los que se calcula que emitió unos $1,2 billones para hacer frente al sell-off de los títulos de deuda en moneda local.
Según estimaciones de la consultora 1816, el BCRA volvió a intervenir en la curva en pesos el 12 de octubre pasado. Desde entonces, calculan que compró bonos y letras en moneda local por unos $172.000 millones. El último informe de LCG también se refiere a ello: presume que la compra de títulos públicos en octubre le demandó a la entidad que preside Miguel Pesce $176.000 millones.
Adrián Yarde Buller, economista jefe de Facimex Valores, arribó a cifras similares. Proyectó que entre el 12 de octubre y el 3 de noviembre, el BCRA emitió $188.000 millones para comprar bonos en pesos. De ese total, detalló, 44% corresponderían a compras de Boncer, 38% a Lecer, 10% a Duales, 5% a Ledes y 2% a dólar linked.
Leonardo Svirsky, de Bull Market Brokers, también se refirió a esta dinámica. Calcula que “hasta el 31 de octubre había comprado alrededor de $155.000 millones en letras y bonos CER de largo plazo”, y agregó que en estas dos últimas semanas “siguió comprando” aunque no precisó a qué ritmo.
Por su parte, Alejandro Giacoia, economista de Econviews, estimó que en octubre el Central debió emitir $250.000 millones para compras de bonos. En noviembre, agregó, esta dinámica de intervención se habría mantenido, pero marcó que “con los datos que tenemos hasta ahora no se ve”.
Inflación, bola de Leliq y otros efectos a los que le teme el mercado
Si bien los montos son muy inferiores a los que se observaron a mediados de este año, esta nueva ronda de compras de títulos del Tesoro por parte del Banco Central vuelve a disparar alarmas dentro del mercado. Según recordó Svirsky, esta operatoria no deja de implicar un incremento de la emisión monetaria. “Son pesos que se ponen en la calle y lo más peligroso ahí es el impacto inflacionario”, dijo. “Es monstruoso como el BCRA sigue comprando bonos CER”, agregó.
Giacoia, en cambio, hace hincapié en el efecto que esta emisión tendrá en el stock de deuda remunerada del BCRA, que se encamina a superar el umbral de $9 billones en los próximos días. Pero el problema de fondo, añadió, es que “la demanda de dinero está por el piso”, ya que “la gente se saca los pesos de encima tan rápido como puede”.
Sin embargo, consultado respecto al efecto inflacionario de esta expansión monetaria, el economista dijo: “Nosotros creemos que la inflación del año que viene va a ser más alta que la de este año no por un hecho disruptivo puntual sino porque la inercia es muy fuerte y el gobierno no tiene forma de cortarla”.
Desde 1816, en tanto, apuntan al profundo problema que podría presentarse en 2023 si el mercado continúa reacio a invertir en bonos en pesos con vencimiento más allá de diciembre de 2023. Según marcaron en un informe, “no pareciera haber nadie (por fuera del propio Gobierno) dispuesto a adquirir papeles con vencimiento en el próximo mandato, lo cual es un gran drama pensando en lo que queda de la administración de Alberto Fernández”.
“Para que no haya una gran crisis en 2023 es fundamental que el sector privado encuentre instrumentos en pesos con los que se sienta ‘cómodo’ para pasar la transición, sean bonos o depósitos/Leliq”, consideraron. Pero para que estos instrumentos aparezcan, añadieron, se necesita un mínimo de coordinación o cooperación entre oficialismo y oposición. Pero que eso ocurra, dijeron, “luce difícil” en estos momentos dadas las internas dentro del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio.
Más factores de emisión
El otro factor que fue monetariamente expansivo en octubre fue el pago de intereses de los pasivos remunerados del BCRA. Durante el décimo mes del año, los intereses por las Leliq y pases llegaron a $438.964 millones y desde la asunción de Sergio Massa, el 3 de agosto, el déficit cuasifiscal ya superó los $1,2 billones.
En el acumulado del año, en tanto, los intereses acumulados por la deuda del Central superan los $2,3 billones y en el mercado prevén que alcanzarán la zona de $3,5 billones en 2022, unos 4 puntos del PIB. Esta espiralización del déficit cuasifiscal (subiría 153% interanual) se explica, en buena medida, por el crecimiento del stock de deuda del BCRA y por las continuas subas de tasa de política monetaria que debió convalidar la entidad para intentar poner un freno a la inflación.
Por otra parte, también fue muy significativa la expansión monetaria que debió realizar la entidad que preside Pesce para sumar reservas en septiembre. Es que el éxito del Programa de Incremento Exportador, que implicó reconocer a los exportadores de soja un valor de $200 por cada dólar, fue posible gracias a la fuerte emisión monetaria que realizó el Central.
Durante septiembre, el complejo sojero liquidó US$8.123 millones, lo que le permitió al BCRA comprar US$4.968 millones para sus reservas y alejar fantasmas sobre un salto abrupto del tipo de cambio. Pero para hacerse de esas divisas, el Central debió emitir cerca de $1,2 billones, cifra que equivale a 1,4 puntos del PIB o al 27% de la base monetaria de finales de agosto.
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