Desde que asumió el cargo de CEO total de Twitter, el magnate estadounidense - sudafricano Elon Musk dialoga permanentemente con la tuitósfera acerca de cuál es el mejor rumbo que se le puede dar a la red social del pajarito. Permanentemente, defiende su postura de cobrar US$8 la insignia de verificación, responde a críticas y lee y contesta recomendaciones acerca de cómo optimizar el funcionamiento.
Desde el pasado 27 de octubre, cuando se anunció la compra de la red social, ha tenido una alta actividad en su cuenta de Twitter, que tiene más de 113 millones de seguidores. Ha interactuado más de 140 veces, de los cuales ha trinado al menos 29 veces, ha hecho RT en 13 ocaciones y ha tenido 90 respuestas (reply), es decir que le contesta a los que le escriben. Con el que más ha interactuado y le ha respondido es a Shibetoshi Nakamoto (@billymk2k), creador de la cripto Dogecoin. Además, ha interactuado con etiquetas como #FalconHeavy, refiríendose al cohete que tiene su compañía; #FreeSpeech y #SoBrave.
En esta última semana, Musk ya se cruzó con figuras públicas como la legisladora estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez o el escritor (también norteamericano) Stephen King. Pero, además, agradeció comentarios de tuiteros, prometió analizar la incorporación de cambios propuestos por usuarios, ironizó y se burló de algunos cuestionamientos y subió encuestas para conocer preferencias y lograr clamor en su postura.
A continuación, Bloomberg Línea sintetizó la frenética interacción de Elon Musk en Twitter en su primera semana como ejecutivo principal de la compañía.
La insignia azul: el primer punto de conflicto de la era Musk
Se venía mencionando que Twitter podría llegar a cobrar US$20 a quienes quieran tener el tilde azul que verifica identidad, pero finalmente fue el propio Musk quien confirmó que el costo será de US$8. Esta decisión generó todo tipo de críticas y Musk salió al choque de muchas de ellas: en algunos casos con memes, en otros con surcamos, pero también con respuestas en prosa.
“¿US$20 al mes para mantener mi tilde azul? Deberían pagarme”, se quejó Stephen King, cuando todavía se rumoreaba que ese iba a ser el monto. Musk le contestó horas más tarde: “Tenemos que pagar las cuentas de alguna manera! Twitter no puede depender completamente de los anunciantes. ¿Qué tal $8?”
Algo menos amable fue con Ocasio-Cortez. La política del Partido Demócrata había escrito: “Me río de un multimillonario que intenta seriamente venderle a la gente la idea de que la libertad de expresión es en realidad un plan de suscripción de US$8 al mes”. Y Musk le contestó: “Agradecemos sus comentarios, ahora pague US$8″.
El empresario fue un paso más allá y tuiteó la imagen de una prenda de vestir que lleva el nombre de Ocasio-Cortez y que cuesta US$58.
Más allá de estos y otros intercambios con personalidades famosas por este aspecto, Elon Musk detalló en otro tuit los motivos por los que decidió cobrar la verificación, con una metáfora medieval: “El actual sistema de señores y campesinos de Twitter para saber quién tiene o no una marca de verificación azul es una mierda. ¡Poder para el pueblo! Azul por US$8″.
En un tono similar, Musk retuiteó un mensaje de un usuario que había señalado: “La élite con derecho no está enfadada porque tiene que US$8 al mes. Esta enojada porque cualquiera puede pagar US$8 al mes”.
Además, el multimillonario también posteó memes burlándose de quienes critican el cobro del tilde azul.
Consejos de usuarios
Elon Musk respondió, en algunos casos interesado y en otros, irónico, a algunos de los comentarios que hicieron usuarios de la plataforma, en todo de recomendación.
“Idea: permítanos rastrear fácilmente los análisis de un determinado hashtag a lo largo del tiempo. La gente está pagando una tonelada de dinero a sitios de terceros por análisis de Twitter como este”, le solicitó alguien. Y Musk contestó, lacónico: “Suena como una buena idea”.
Por otro lado, respondió “algunas buenas ideas aquí”, al hilo de un usuario que planteó que cómo podría funcionar una gamificación de Twitter Blue (el servicio de suscripción para tener el tilde de verificado.
También Musk respondió “creo que sí” al tuit de una usuaria que había pedido que las personas que paguen la suscripción mensual puedan acceder a revistas científicas.
Manipulación, odio y pluralidad
También le contestó al jefe de Seguridad e Integridad de Twitter, Yoel Roth, quien había escrito: “Nos mantenemos atentos a los intentos de manipular las conversaciones sobre las elecciones intermedias de Estados Unidos. de 2022″. Al ver este mensaje, Musk acotó: “Hablé con líderes de la sociedad civil (...) sobre cómo Twitter continuará combatiendo el odio y el acoso y haciendo cumplir sus políticas de integridad electoral”.
No obstante, el columnista político Benny Johnson criticó que Roth forme parte del equipo de seguridad de Twitter (ya que en el pasado Roth había tildado de nazis a seguidores de Trump) y le aconsejó a Musk que la Junta de Seguridad de Twitter tenga una o dos personas que se definan políticamente como “conservadoras” para ser plural. Y Musk respondió: “Totalmente de acuerdo en que la junta de seguridad de Twitter debería tener gente de todos los puntos de vista”.
Burlas a la política
Cuando un usuario marcó que la cuenta de la Casa Blanca de los Estados Unidos había borrado un tuit luego de que este posteo fuera expuesto a la verificación de datos, Musk le respondió: “El sistema está funcionando” y añadió un emoji risueño. La cuenta oficial del Gobierno de los Estados Unidos destacaba el crecimiento de un indicador económico, sin tomar en cuenta la inflación.
Por otro lado, Musk bromeó con todas las consultas que recibe respecto de si su gestión admitirá la vuelta del expresidente estadounidense Donald Trump, cuya cuenta fue eliminada por las anteriores autoridades de Twitter. “Si tuviera un dólar por cada vez que alguien me pregunta si Trump va a volver a esta plataforma, ¡Twitter estaría acuñando dinero!”, escribió.
Pelea contra los bots y spams
Otra de las interacciones que tuvo Musk en la semana se dio cuando un usuario le escribió que la insignia azul “no les iba a gustar a los bots”. Al respecto, Musk apoyó y señaló: “Sí, esto destruirá los bots. Si una cuenta blue pagada se involucra en spam/estafa, esa cuenta será suspendida. Esencialmente, esto eleva el costo del crimen en Twitter en varios órdenes de magnitud”.
Por otro lado, el famoso youtuber español Rubén Rubius Doblas Gunderse le preguntó a Musk qué sucede cuando un usuario aleatorio paga US$8 y cambia su nombre para mostrarse como, por ejemplo, Elon Musk, usando su misma foto de perfil y comienza a twittear como si fuera él.
Ante ese cuestionamiento, el magnate respondió: “Eso ya pasa con mucha frecuencia” y luego añadió: “Si las cuentas verificadas violan los términos de servicio, por ejemplo, con spam/estafas/suplantación de identidad, serán suspendidas, ¡pero Twitter se quedará con su dinero! Definitivamente agregaremos cosas geniales como las que sugieres a Twitter Blue”.
Encuestas
Otra de las formas con la que Elon Musk relevó el sentimiento de la tuitósfera fue con encuestas para que voten los usuarios. Por ejemplo, en una de ellas preguntó si la gente quería de vuelta a Vine, la app de videos cortos de Twitter que fue eliminada por la gestión anterior.
También preguntó si los anunciantes de Twitter debían pedir tener que soportar “libertad de discurso” o “corrección política”.