Bogotá — El dólar en Colombia encadena una nueva jornada de subidas luego de que el martes tocara por primera vez los $5.000 en la historia, profundizando la depreciación del peso casi que jornada a jornada.
El peso colombiano cerró este jueves en $5.075, por encima de la Tasa Representativa del Mercado (TRM) de $5.015, e incluso llegó a tocar un máximo de $5.118.
La moneda colombiana reacciona aún a un entorno macroeconómico desafiante en el que las altas tasas de interés y la inflación son los predominantes.
El miércoles la Reserva Federal completó el cuarto aumento consecutivo de la tasa de interés de 75 puntos básicos, a un rango de entre 3,75% a 4%, su nivel más alto desde 2008.
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Con esto, la mayoría de las monedas de Latinoamérica se depreciaban al cabo de un día, con las caídas más pronunciadas por parte del peso colombiano (1,25%), sol peruano (0,50%), peso chileno (0,25%) y el peso argentino (0,19%)
En lo corrido del año, el peso colombiano ya es la cuarta moneda más depreciada entre los mercados emergentes, pues se ha restado un 19,60%.
A nivel local, a media noche el Senado colombiano aprobó la reforma tributaria, que busca recaudar $20 billones en 2023, con varias modificaciones.
El proyecto todavía le espera culminar su discusión en la Cámara de Representantes, que fue suspendida hacia las 10:40 de la noche y fue reanudada este jueves.
“Comienzo agradeciéndole al presidente del Congreso y a toda la mesa directiva, así como a los ponentes que nos han ayudado y a las comisiones por su arduo trabajo. Esperamos que termine su proceso en la Cámara”, dijo el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, una vez terminó la discusión.
De acuerdo a lo aprobado por la plenaria del Senado, al sector minero-energético se le pondrá una sobretasa de renta en función del precio internacional de los últimos 10 años. Para el petróleo esta sería progresiva: de 5%, 10% y 15%; y para el carbón de 5% o 10%.
La plenaria del Senado también votó este miércoles en segundo debate por mantener el artículo de la reforma tributaria que niega la deducibilidad de las regalías en el impuesto de renta, una medida que ha sido criticada por las empresas del sector de hidrocarburos.
Este era uno de los puntos más polémicos en la discusión en medio del debate que se ha dado en el país en torno al futuro de las industrias extractivas.
Las compañías del sector han manifestado que no tener este beneficio provocaría el cierre de empresas ante la supuesta inviabilidad del negocio.
Entre los cambios con los que fue aprobado el principal proyecto económico del Gobierno Petro destaca que ya no no habrá impuesto para las actividades comerciales de las iglesias.
De otra parte, se aprobaron los impuestos saludables, con lo que las bebidas empezarán a pagar desde julio de 2023 y los alimentos ultraprocesados desde septiembre de ese año.
De este impuesto se salvaron el pan, la leche, el yogur, el salchichón, la butifarra, la mortadela, el bocadillo, la miel y las obleas.
