Caracas — La dolarización de facto en Venezuela ha mostrado beneficios para el acceso a productos y artículos, simplificando tanto los pagos de gran escala como los de menor monto. El uso de dos monedas en el país ha sido adoptado por gran parte de la población, que entre las consecuencias, enfrenta el aumento de delitos.
La galopante inflación venezolana, que aunque registró un leve retroceso este año, ha regresado a altas cifras de dos dígitos mensuales, luego del intenso desembolso de efectivo que aplica la administración de Nicolás Maduro, lo que alimenta la disminución del valor del bolívar frente al dólar y eleva los precios.
La flexibilización del control cambiario, que ha estado en vigencia desde 2003, actúa en simultáneo a un acuerdo privado con empresarios y comerciantes para relajar precios, que aunque no serían accesibles para toda la población, permitirían paliar la escasez y el desabastecimiento.
Esa misma liberación no tan formal, se extendió al resto de la ciudadanía, permitiendo transacciones comerciales diarias, con mayor énfasis desde la emergencia que causaron los apagones en 2019 y el uso de divisas en efectivo se hizo cada vez más frecuente y común.
La relajación en la economía personal, familiar o comercial, es valorada por el abogado penalista Orlando Padrón, autor del libro ‘Secuestro, cuando la muerte acecha’, como una mayor tentación para delincuentes y criminales en la ejecución de acciones delictivas que les permitan ganancias, ahora en dólares.
Cinco años atrás, quien tuviese dólares en Venezuela, los resguardaba con empeño. En la actualidad, el temor de cancelar con divisas en efectivo, se ha disminuido, y a juicio de Padrón, ha traido consigo un incremento de ciertos delitos como el robo y el hurto.
“Anteriormente, aparte de que no era legar hacer transacciones en divisas se tenía el temor de quedar al descubierto como poseedor de riquezas y atraer a la delincuencia, pero ahora es algo cotidiano, es muy común utilizar dolares para cancelar cualquier servicio o insumos que se necesite lo cual nos coloca a merced del hampa, ahora bien, igual sucedía años atrás cuando nuestra moneda era fuerte y a cualquier persona lo asaltaban para despojarlos de los bolívares en efectivo”, comenta en conversación con Bloomberg Línea.
En cuánto a los delitos cometidos, el especialista los califica de acuerdo a los actores y motivaciones. La delincuencia común se enfoca en atacar al ciudadano trabajador para despojarlo de sus pertenencias, entre ellas las posibles divisas que pueda tener su víctima debido a la fácil adquisición de bienes y servicios que se pueden pagar con las mismas.
Se habla específicamente de los robos en los medios de transporte, el ingreso a las residencias en búsqueda de divisas en efectivo, y ‘motoladrones’ que se convierten en cazadores de dólares en medio del tráfico.
“Los extorsionadores han venido creciendo a pesar del enorme esfuerzo que hace el Estado con todo su aparato policial para combatirlo. Es un delito que afecta a cualquier persona que desarrolle una actividad comercial, industrial o profesional, te estudian ya sea por la publicidad que realice la víctima sobre su actividad comercial o profesional para hacerlo objeto de amenazas de muerte (...) Este delito ha dado pie para que el hampa común se organice y pase a ser delincuencia organizada”, señala el especialista, vinculando también estas actividades con las estafas digitales.
Claro que, para Padrón, la dolarización forma parte de una cadena de cambios en el país, que pasa también por la rápida recuperación económica, que explica debería estar acompañada de una política de seguridad y prevención dirigida a evitar crímenes de esta índole.
”Los delitos son cometidos por personas que al ver que cierta actividad económica está dando buenos resultados buscan entonces cómo hacer para despojar a los ciudadanos que la practican de sus ganancias (...) los delincuentes prefieren no secuestrar pero si extorsionar ya que representa menos peligro de quedar al descubierto y detenidos, como también lo hacen los estafadores de oficio quienes se trasladan a las redes sociales”, agrega Padrón, quien también hace hincapié en la migración de muchos delincuentes identificados y perseguidos por órganos de seguridad, lo que se traduce en un pequeño declive de ciertas y puntuales actividades delictivas.
“Siempre van a existir formas de controlar o prevenir estos actos criminales, actuar con mucha cautela cuando se obtenga algunas sumas de dinero en efectivo en cualquier moneda, tratar en lo posible de controlar las emociones que nos produce el obtener un pago o ganancia en un determinado momento, recordar que mucha gente puede estar necesitada de dinero o posee oscuras ambiciones y eso nos hace presa fácil de la delincuencia”, dice Padrón, como recomendación a la población para protegerse.
También hace referencia a la apertura de cuentas bancarias en la banca nacional en divisas para evitar hacer muchas transacciones en efectivo, depositando en ellas el efectivo en divisas recabado con su actividad comercial o profesional.
“No utilizar las redes sociales para informar que se compra o se venden dólares, eso nos hace vulnerables antes los grupos criminales de hampa común o de delincuencia organizada”.
