Inflación en Colombia sería más fuerte de lo previsto al cierre de 2022: equipo técnico de BanRep

El viernes, el Banco de la República elevó las tasas de interés un punto porcentual al 11%, un máximo de 21 años, en medio de la escalada de la inflación

La sede del Banco Central de Colombia en Bogotá, Colombia, el jueves 28 de julio de 2022.
01 de noviembre, 2022 | 09:06 AM

Bogotá — El equipo técnico del Banco de la República aumentó su proyección sobre el dato de inflación al cierre de año en Colombia al pasar del 9,7% previsto en el informe de Política Monetaria de julio al 11,3% en el documento que acaba de divulgar.

Para 2023 las previsiones también han aumentado puesto que en el informe pasado proyectaba que la inflación empezaría a ceder para cerrar en el 5,7%, pero ahora espera que el dato se ubique en el 7,1% el próximo año y en 2024 sea del 3,5%.

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Estos pronósticos tienen una incertidumbre elevada, relacionada en especial con el comportamiento futuro de las condiciones financieras internacionales, los choques externos de costos y de precios, la persistencia de la depreciación del peso, el ritmo de ajuste de la demanda interna, el grado de indexación de los contratos nominales y las decisiones que se tomen en cuanto al precio interno de los combustibles y de la energía eléctrica”, explica el equipo técnico del banco central colombiano.

El viernes, el Banco de la República elevó las tasas de interés un punto porcentual al 11%, un máximo de 21 años.

La decisión se tomó en medio de la escalada de la inflación, que llegó al 11,4% anual en septiembre, impulsada por el costo de los alimentos.

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A propósito de esto, el equipo técnico del Emisor señala que “las tasas de interés de varios de los principales bancos centrales del mundo siguen aumentando, algunas a un ritmo mayor del esperado por el mercado, como respuesta a los elevados niveles de inflación y de sus expectativas, las cuales continúan superando las metas”.

“Con esto, la proyección del crecimiento global se sigue moderando, las primas de riesgo han aumentado y el dólar continúa fortaleciéndose frente a las principales monedas”, agrega.

Por lo anterior, explica que un contexto macroeconómico de alta inflación, de pronósticos y expectativas de inflación superiores al 3% y de brecha de producto positiva “requieren una postura de la política monetaria en terreno contractivo, compatible con el ajuste macroeconómico necesario eliminar los excesos de demanda, mitigar el riesgo de desanclaje de las expectativas de inflación y garantizar la convergencia de la inflación a la meta”.

El viernes, el Banco de la República elevó las tasas de interés un punto porcentual al 11%, un máximo de 21 años.

“Frente a los pronósticos del informe de julio, la demanda interna ha sido más dinámica, con un mayor nivel observado del producto que supera la capacidad productiva de la economía. La inflación total y básica han registrado aumentos sorpresivos asociados con efectos de choques externos e internos sobre los precios más persistentes de lo anticipado, con excesos de demanda y con procesos de indexación en algunos grupos del IPC”, detalla.

Además, “la prima de riesgo país y las tasas de interés internacionales observadas y esperadas se incrementaron. En consecuencia, se acentuaron las presiones inflacionarias provenientes de la tasa de cambio y aumentó la probabilidad de que la tasa de interés real neutral sea más alta que la estimada en este Informe”.

A pesar de este contexto, en el informe de Política Monetaria destacan el desempeño de la actividad económica que “sigue sorprendiendo al alza”, por lo que la proyección de crecimiento para 2022 aumentó del 6,9% al 7,9%, pero se redujo para 2023 del 1,1% al 0,5%.

De todas formas se espera que “en el horizonte de pronóstico el consumo se reduzca desde los altos niveles actuales, en parte como consecuencia de unas condiciones financieras internas más apretadas, de una menor demanda represada, de mayores presiones cambiarias sobre los precios de los bienes importados, y de un deterioro del ingreso real por el aumento de la inflación. La inversión continuaría rezagada, sin alcanzar los niveles observados antes de la pandemia, en un entorno de altos costos de financiamiento y elevada incertidumbre”.

Asimismo, “en el contexto interno, la evolución de la política fiscal, así como las medidas futuras en materia de política económica y sus posibles efectos sobre los desbalances macroeconómicos del país, entre otros, son factores de incertidumbre que inciden sobre las primas de riesgo, la tasa de cambio, la inversión y la actividad económica del país”.

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