Rigoberta Menchú sobre crisis climática: “El ser humano también está en deterioro”

La premio nobel de Paz se refirió al posible incumplimiento de las metas frente al cambio climático en 2030, a la necesidad que tiene la humanidad de desaprender y a la paz en Latinoamérica

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Bogotá — La líder indígena guatemalteca y premio nobel de Paz, Rigoberta Menchú, advirtió sobre el posible incumplimiento de las metas propuestas para 2030 frente al cambio climático y resaltó que no solo se vive una crisis del medioambiente, sino que “el ser humano también está en deterioro”.

“No son solamente los pobres y los hijos de los pobres los que están bien fregados porque no tienen esperanza, o se van a la migración o se van a mirar luces en otros lados, pero aquí no. ¿Verdad?, sino también la juventud empresarial, también la juventud pudiente podemos decir. Llega un punto en el que el ser humano también está en deterioro”, dijo Rigoberta Menchú en su visita a Bogotá para participar en un diálogo sobre los retos del desarrollo sostenible al 2050.

Para la activista guatemalteca, “no es solamente el río el que está en deterioro, ni la montaña, ni la semilla”, sino también la calidad de vida humana.

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“En nuestra reflexión profunda debemos ver qué es lo que no funcionó en realidad y no querer sostenerlo allí, enriquecerlo y tratar de desaprender. Es lo que hago yo como mujer maya”, manifestó Rigoberta Menchú, quien obtuvo el Premio Nobel de Paz en 1992 por su lucha en la defensa de los derechos de los pueblos indígenas.

“Yo tengo algunas consignas que he tomado de los movimientos de mujeres, especialmente. A todo lado donde voy oigo a las mujeres. Y dicen: ‘Aprender a desaprender, para volver a aprender’. Es un concepto muy profundo, nos va a costar mucho desaprender”, apuntó.

El informe Planeta Vivo 2022, del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), advierte que tanto la velocidad como la escala del impacto negativo de las actividades humanas en la naturaleza se refleja en un descenso del 69% en promedio en la abundancia poblacional de mamíferos, reptiles, aves, peces y anfibios de todo el mundo.

WWF advierte que, si bien Latinoamérica y el Caribe es una de las regiones más biodiversas del planeta, también es una de las de mayor declive puesto que registra “una disminución de 94% en las poblaciones monitoreadas”.

“Los principales factores directos identificados como responsables de la degradación de los sistemas terrestres, marinos y de agua dulce son los cambios de uso del suelo, la sobreexplotación de plantas y animales, el cambio climático, la contaminación y las especies exóticas invasoras”, señala WWF.

Además, uno de los aspectos que más preocupan es la situación de la Amazonía, puesto que su cuenca ya ha sido deforestada en un 17% y otro 17% del bioma está degradado, con lo que se corre el riesgo de que al cabo de ocho años este bioma, “tal y como lo conocemos, puede haber desaparecido, lo que traería repercusiones devastadoras en el ámbito local e implicaciones negativas para la estabilidad climática del planeta, pues almacena entre 150 y 200.000 millones de toneladas de carbono”.

Rigoberta Menchú lamentó en su visita a Bogotá que nuevamente el mundo tenga que aplazar sus metas medioambientales y en ese sentido abogó por “una política global”, permeada de voluntad y también de sentir humano, según lo expresó.

“Vemos que ya se va acercando 2030, entonces tenemos que extenderlo a 2050 (el cumplimiento de las metas ambientales). No se trata de cambiar agenda porque no se ha cumplido lo que ya se determinó, pero sí se trata de buscar caminos para su cumplimiento”, resaltó.

En ese sentido, hizo un llamado para despertar liderazgos “con un conocimiento amplio de los impactos sociales” y crear rutas para el multilateralismo, para que a su vez este contribuya a sacar adelante estos diálogos.

“La agenda universal que plantea mejorar este mundo que tenemos no tiene límite de una década, porque estaríamos engañando. Hay profundos cambios que van a costar largos procesos. A algunos otros solamente nos toca dejar una huella”, señaló.

La paz y la experiencia de Guatemala

Durante su intervención en Bogotá, Rigoberta Menchú también habló de las experiencias de paz en Latinoamérica y aseguró que esta no esta completa solo con el “silencio de las armas”

“La construcción de la paz va más allá de eso. Significa transformaciones, garantizar la armonía de los pueblos y su desarrollo integral, la sostenibilidad que siempre hablamos”, dijo la nobel de Paz.

En 1996 la Unidad Nacional Revolucionaria Guatemalteca (URNG) y el Gobierno de ese país firmaron la paz después de 36 años de conflicto armado interno, que dejó más de 250.000 víctimas, entre muertos y desaparecidos, de acuerdo a cifras de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico.

En medio de las cicatrices que dejó el conflicto armado y los desafíos de este país centroamericano, que en 2020 afrontó una crisis política debido a un cuestionado presupuesto aprobado por el Congreso en medio de la pandemia, Rigoberta Menchú ve un incumplimiento de los acuerdos.

“Hay parte de los acuerdos que tenían que socializarse más con la población, con los diversos sectores. Más bien se almacenó, se archivó y eso nos hace daño, porque vuelve a permitir la impunidad, el crimen organizado, la delincuencia”, dice.

Rigoberta Menchú considera que los procesos democráticos en ese país “han tenido bastantes dificultades porque la gente no participa o participa a cambio de prebendas, a cambio de regalos, y muchas veces eso hace que lleguen autoridades que no son comprometidas con las transformaciones”.

“Yo creo que en Guatemala estamos en otra etapa de la historia; sin embargo, seguimos arrastrando algunas de las huellas de ese conflicto que nos hizo mucho daño”, complementó Rigoberta Menchú, quien advirtió además que “nunca hay que dar oportunidad a que surjan nuevos conflictos armados” y guerrillas.

“Cada país ha tenido un intenso proceso propio, muchas veces encontramos similitud y sí las hay, pero ver que los acuerdos son como propios de cada país. Guatemala fue confrontada por la guerra de una manera brutal, sobre todo por las víctimas del conflicto, sobre todo por esos estereotipos que se crearon, dañaron las mentes humanas y que ahora es un intenso trabajo para el acercamiento, para evitar la polémica innecesaria y tratar de escucharnos unos con otros”, afirmó.

La premio nobel resaltó los esfuerzos de Colombia en su camino para lograr la paz luego de haber firmado los acuerdos con la exguerrilla de las Farc en 2016 y de que el presidente Gustavo Petro anunciara que se retomaba el diálogo con el ELN.

“Yo siento que Colombia no está aislada de las profundas metas en América Latina y ya no (hay lugar a) la estigmatización de porque tuvo un conflicto entonces no va a salir adelante. Yo creo que sí hay pasos que se han dado muy fuerte”.