Bloomberg Línea — Elegido por tercera vez como presidente de Brasil en segunda vuelta con el 50,90% de los votos, Luiz Inácio Lula da Silva asumirá un Brasil polarizado y completamente diferente a sus anteriores mandatos, entre 2003 y 2010.
En su primer mandato, Lula tomó el control del poder ejecutivo ante una inflación del 12,53% en 2003, heredada del gobierno de Fernando Henrique Cardoso. En su segundo mandato consecutivo, en 2006, la inflación fue del 3,14%.
Al final de su mandato, en 2010, Lula terminó su gobierno con una inflación más alta, del 5,90%. Hoy, la inflación se sitúa en el 8,73% en lo que va de año, según la última lectura del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), de agosto de 2022.
La persistente subida de los precios ha puesto en jaque a los dirigentes y a las autoridades monetarias de todo el mundo, aunque la expectativa es que el Índice Nacional de Precios al Consumidor Amplio (IPCA) disminuya en el primer año del nuevo gobierno. Para 2023, se espera una inflación del 5%, más controlada, pero por encima del objetivo del Banco Central de Brasil del 4,75%.
Al igual que en 2022, los economistas esperan que el próximo gobierno no tenga un escenario favorable para las cuentas públicas.
Otros temas pendientes que deberían estar en el punto de mira del próximo gobierno son las políticas medioambientales, el desempleo, la educación y la política exterior. El plan de gobierno del nuevo presidente electo fue presentado como un “programa de reconstrucción y transformación de Brasil”, en una propuesta presentada ante el Tribunal Superior Electoral (TSE).
El documento destaca como primer compromiso del nuevo gobierno el “restablecimiento de las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población brasileña”. Para ello, propone políticas de apoyo a las familias afectadas por la crisis económica y el hambre. Entre los desafíos de Lula estará un Congreso con más aliados de Jair Bolsonaro y favorable a agendas de centro derecha.
1 - Economía
Entre las principales propuestas del gobierno de Lula para la economía están frenar la inflación, realizar una reforma fiscal, revocar el límite de gastos y revisar el actual régimen fiscal brasileño.
Para ello, el documento propone “la reanudación de las inversiones en infraestructuras y vivienda, la reindustrialización nacional sobre nuevas bases tecnológicas y medioambientales; la reforma agraria y el estímulo a la economía solidaria, la economía creativa y la economía verde inclusiva, basada en la conservación, restauración y uso sostenible de nuestra biodiversidad”, así como una reforma fiscal para que los pobres paguen menos y se tributen más los ricos.
También se menciona la legislación laboral vigente, y la intención de revisarla. “Debe ampliar el apoyo al cooperativismo, al espíritu empresarial y a las micro y pequeñas empresas”, según el programa.
2 - Educación
En su plan de gobierno, Lula confirma su intención de recuperar la inversión en educación, desde la educación básica hasta la superior, para “erradicar la brecha causada por la pandemia”. También está previsto conceder más becas científicas para estudios de grado y postgrado y mantener la política de cuotas.
Además, en un discurso, Lula dijo que el Fondo de Financiación Estudiantil (Fies) “volverá con fuerza”. También señaló un impulso al Programa Universidade para Todos (ProUni), que facilita el acceso a la educación superior a las personas con bajos ingresos.
3 - Medio ambiente
El plan de gobierno de la candidatura de Lula pretende combatir el uso predador de los recursos naturales y estimular las actividades económicas con menor impacto ecológico. Para ello, el documento señala que será necesario recuperar las capacidades del gobierno, la planificación y la participación social mediante el fortalecimiento del Sistema Nacional de Medio Ambiente y de la Fundación Nacional del Indígena (Funai).
El plan también cita el aumento de la competitividad de Brasil entre las prioridades del nuevo gobierno, que “construirá medidas efectivas para reducir la burocracia, reducir el coste del capital, ampliar los acuerdos comerciales internacionales relevantes para el desarrollo brasileño, avanzar en la digitalización, invertir en innovación, investigación científica y tecnológica, proteger el medio ambiente y aprovechar industrial y comercialmente nuestras ventajas competitivas como, por ejemplo, la biodiversidad de la Amazonia”.
Según Bloomberg News, se espera que Lula nombre a un secretario especial para el clima que ayude a reconstruir la imagen de Brasil en el extranjero en cuestiones medioambientales, según personas que trabajaron en su campaña.
Dicho secretario tendría una posición similar a la de John Kerry, de Estados Unidos, que podría establecer objetivos más audaces para Brasil cuando negocie con Estados Unidos y Europa.
4 - Política exterior
En cuanto a la política exterior, el plan gubernamental señala que la defensa de la soberanía nacional “requiere recuperar la política exterior activa y altiva que nos hizo protagonistas a nivel mundial”, y defiende la reconstrucción de la cooperación internacional Sur-Sur con América Latina y África, así como ampliar la participación de Brasil en los organismos multilaterales.
“Fortalecer nuevamente el Mercosur, Unasur, Celac y Brics. (...) trabajar por la construcción de un nuevo orden mundial comprometido con el multilateralismo, el respeto a la soberanía de las naciones, la paz, la inclusión social y la sostenibilidad medioambiental, que tenga en cuenta las necesidades e intereses de los países en desarrollo, con nuevas directrices para el comercio exterior, la integración comercial y las asociaciones internacionales”, dice el documento.
También se pretende retomar y ampliar las políticas públicas para los brasileños en el exterior y sus derechos de ciudadanía con base en acuerdos bilaterales, y la integración de América del Sur, América Latina y el Caribe como formas para mantener la seguridad regional y promover el desarrollo de la región.
5 - El papel del Estado
En una movilización, Lula llegó a decir que privatizar Petrobras (PETR3; PETR4) sería una “estupidez”, y que aún no se podía decir si se revisarían las privatizaciones. De hecho, su plan de gobierno se opone firmemente a la privatización de Petrobras, Eletrobras y Correos.
“Será necesario proteger el patrimonio del país y recomponer el papel inductor y coordinador del Estado y de las empresas estatales para que cumplan, con agilidad y dinamismo, su papel en el proceso de desarrollo económico y progreso social, productivo y ambiental del país”, según su plan de gobierno.
El documento también cita el fortalecimiento de los bancos públicos, como Banco do Brasil (BBAS3), Caixa Econômica Federal, Banco Nacional do Desenvolvimento, Banco do Nordeste, Banco da Amazônia y la Financiadora de Estudos e Projetos (Finep). También existe la expectativa de que Lula retome las inversiones del BNDES después de su reducción por el gobierno de Bolsonaro.
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