Ucrania advirtió que tienen lugar apagones masivos en el país luego de que una oleada de ataques con misiles por parte de Rusia afectaran los suministros de energía y agua en el país, incluyendo Kiev.
El Kremlin, por su parte, advirtió que los envíos de grano serían “mucho más riesgosos” tras echarse atrás de un acuerdo que permitía las exportaciones ucranianas de los puertos del Mar Negro, luego de ataques a la armada rusa en Crimea, hecho por el que Moscú culpó a Ucrania. Kiev no confirmó haber llevado a cabo el ataque.
“En circunstancias en las que Rusia habla de la imposibilidad de garantizar la seguridad de la navegación en estas zonas, por supuesto que un acuerdo de este tipo es difícilmente aplicable y adquiere un carácter diferente”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, a periodistas en una conferencia telefónica el lunes. “No podemos garantizarlo”.
Los ataques rusos dañaron infraestructuras ucranianas en 10 regiones y hay apagones en siete de ellas, dijo el primer ministro Denys Shmyhal en Telegram. Más del 80% de los residentes de Kiev estaban sin agua corriente y 350.000 departamentos sin electricidad, dijo el alcalde de la capital, Vitali Klitschko.
Con las fuerzas rusas en retirada en el campo de batalla a medida que la invasión se extiende hasta el noveno mes, Putin ha recurrido a repetidos ataques con misiles contra la infraestructura civil ucraniana en las últimas semanas. Los medios de comunicación estatales rusos han celebrado el cambio de táctica como un intento de obligar a Ucrania a rendirse matando de hambre y congelando a la población para que se someta mientras se acerca el invierno boreal.
El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, condenó la “absoluta brutalidad” de los ataques a principios de este mes y el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, los calificó de “otra escalada inaceptable de la guerra”, dijo su portavoz. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, dijo que los ataques rusos eran “crímenes de guerra”.
“En lugar de luchar en el campo de batalla, Rusia lucha contra los civiles”, dijo en Twitter el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, tras los últimos ataques. “Rusia lo hace porque todavía tiene misiles y la voluntad de matar a los ucranianos”.
Los ataques se produjeron después de que Moscú acusara a Kiev del ataque a su flota del Mar Negro en Sebastopol con drones aéreos y acuáticos el sábado. Rusia anunció rápidamente que se retiraba del acuerdo negociado por la ONU y Turquía que ha permitido el paso seguro de millones de toneladas de grano y productos agrícolas ucranianos desde los puertos del Mar Negro.
Rusia, que se anexionó Crimea en 2014, alegó que un dron podría haber sido lanzado desde un barco civil que transportaba grano, una afirmación que Ucrania negó rotundamente.
A pesar de la advertencia del Kremlin, los barcos cargados de cosechas salieron de los puertos ucranianos el lunes, mientras la ONU y Turquía trataban de salvar el acuerdo que se considera fundamental para aliviar los escasos suministros mundiales y combatir el aumento de los precios de los alimentos en el mundo. El paso continuo de los barcos por el Mar Negro pone a prueba la voluntad del presidente ruso Vladimir Putin de echar por tierra el acuerdo.
Doce buques salieron de los puertos ucranianos el lunes, dijo el ministro de Infraestructuras, Oleksandr Kubrakov, en Twitter.
Se están celebrando consultas diplomáticas con la ONU y Turquía sobre el futuro del pacto, dijo Peskov, que declinó comentar las condiciones que Moscú está poniendo para volver a participar en el acuerdo.
En las últimas semanas, Putin se ha quejado en repetidas ocasiones del acuerdo sobre cereales, afirmando que no se envían suficientes cargamentos a las naciones pobres. Rusia también ha dicho que sus propios cereales y productos agrícolas no estaban teniendo el mismo acceso a los mercados mundiales, aunque no están sujetos a las sanciones internacionales que han restringido otras áreas de su economía.
Sin embargo, las afirmaciones de que las naciones en desarrollo no se están beneficiando del acuerdo sobre el corredor seguro no están respaldadas por los datos, que muestran que un segmento considerable de los envíos ha ido a estos países.
Fragmentos de un misil ruso disparado contra Ucrania cayeron en la ciudad de Naslavcea, en la vecina Moldavia, causando la rotura de ventanas en varias viviendas, según informó el Ministerio del Interior en Chisinau en un comunicado. La ciudad está a 10 kilómetros de la presa ucraniana de Dnister.
La mayor compañía eléctrica privada de Ucrania, DTEK, se está quedando sin existencias de piezas de repuesto para reparar las infraestructuras eléctricas dañadas por los ataques rusos, según declaró en televisión su director ejecutivo, Dmytro Sakharuk. Los problemas de aprovisionamiento aumentan en medio de la subida de los precios, y DTEK también está trabajando para conseguir equipos donados por socios extranjeros, dijo.
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