Mujeres panameñas, relegadas como empresarias y emprendedoras

Representan el 40% de la ocupación total, el 35% de la población ocupada por cuenta propia y tan solo el 28% del sector patronal

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Ciudad de Panamá — Cerca de 200 mil mujeres en Panamá laboraban por cuenta propia en 2021 y 15 mil eran dueñas de un negocio, aunque las brechas de género continúan afectando la participación de las féminas como emprendedoras y empresarias.

Los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INEC) señalan que mientras que en el año de referencia las mujeres representan el 40% de la ocupación total, son el 35% de la población ocupada por cuenta propia y tan solo el 28% del sector patronal.

De igual manera, mientras que el 36% de los hombres ocupados lo hacen por cuenta propia y un 4% como dueños de un negocio, en el caso de las mujeres esos porcentajes descienden al 28% y al 2%, respectivamente.

María del Pilar Domínguez, con su empresa Unique, es una de ellas. Domínguez se dedica a la organización de eventos hace 12 años y asegura que el camino para emprender es largo y difícil, y en el caso de las mujeres la dificultad es mayor por las responsabilidades de la maternidad, además de las barreras socio culturales.

“A veces tienes reuniones con directivos varones y por ser mujer no llegas a captar la atención de ellos, no te toman en serio o quieren los precios más bajos...no es fácil ser emprendedora en Panamá y como mujer es mucho más difícil”, expresó.

Su experiencia se refleja en las estadísticas del INEC que son recogidas en el informe de Desarrollo de la Iniciativa Empresarial de la Mujer (WED), que utilizó una metodología que forma parte de la Organización Internacional Trabajo (OIT) y se ha puesto en práctica en 25 países de África, Asia y el Pacífico, Asia Central y el Cáucaso, y América Latina.

Aplicada ahora a Panamá, el programa ha apoyado evaluaciones nacionales de WED en Costa Rica, Chile, Uruguay, México, Nicaragua, Jamaica, Brasil, Honduras y Guatemala.

Partiendo de una situación bastante similar entre mujeres y hombres en la aceptación cultural de la actividad empresarial, se indica que las distancias se van incrementando conforme se avanza en las sucesivas etapas del proceso empresarial, llegando a alcanzar la máxima distancia, del 50%, en la del empresariado establecido; o, expresado de otro modo, siendo la tasa de empresarios establecidos en los hombres casi el doble que la de las mujeres.

De esta manera, se advierte que la inversión en capital humano realizada por las mujeres continúa viéndose descompensada, en el sentido de que su mayor rendimiento académico no termina de traducirse en una incorporación plena al mercado laboral. Todavía hoy son muchas las mujeres que no participan en la actividad económica.

Una de las principales barreras que enfrentan las mujeres para formar parte de la actividad económica continúa siendo la asunción mayoritaria de las responsabilidades domésticas y del cuidado, afirma el documento.

De esta manera, el 53% de las mujeres en edad productiva se declara estar en esta situación de inactividad económica y, dentro de ella, destaca la figura de las amas de casa o trabajadoras del hogar no remuneradas (suponiendo más de la mitad de las mujeres en esta situación).

Mientras, en los hombres, es la situación de estudiante (46%) o jubilado (38%) la que caracteriza mayormente la condición de inactividad económica.

De esa población de mujeres supuestamente inactiva en el plano económico, la mitad declaró que no piensa buscar trabajo en los próximos 6 meses, siendo la causa principal las responsabilidades familiares, cifra que no ha variado en los últimos años, siempre de acuerdo con el INEC.

Para las que se encuentran participando en el mercado laboral, emerge el fenómeno de la segregación laboral. De esta forma, las mujeres se concentran en el comercio (21% de la ocupación), la enseñanza (10%), el servicio doméstico, la salud, el turismo y la agricultura (con un 9% cada una).

Por su parte, los hombres destacan en tres sectores de actividad: la agricultura (20% de la ocupación), el comercio (16%) y la construcción (13%) ; y son las actividades con mayor concentración de mujeres las que presentan inferiores niveles de productividad -en 2019 el 77% de las mujeres labora en sectores de baja productividad vs. el 53% de los hombres-, según la Comisión Económica para América Latina (Cepal).