Bloomberg — Los planes de Elon Musk para Twitter podrían toparse con un gran obstáculo: la Unión Europea. Las regulaciones del continente han sido un dolor de cabeza para Silicon Valley durante años, y Musk —un llamado “absolutista de la libertad de expresión”— pronto podría sentir el dolor.
Horas después de que Elon Musk tuiteara que había “liberado” al pájaro, en referencia al logotipo de Twitter, el comisario de Mercado Interior de la Comisión Europea, Thierry Breton, advirtió que en Europa “el pájaro volará” bajo las normas de moderación de contenidos de la UE.
La Ley de Servicios Digitales de la UE, que se convirtió oficialmente en ley este mes, otorga al brazo ejecutivo del bloque, la Comisión Europea, poderes sin precedentes para vigilar las plataformas tecnológicas exigiéndoles que eliminen contenidos ilegales, desde propaganda terrorista hasta anuncios de juguetes inseguros.
Breton ya advirtió a Musk en primavera que su enfoque de la libertad de expresión tendría que seguir la DSA. “No me importa lo que haga fuera de Europa”, dijo Breton a Bloomberg Television en abril. “¿Quiere entrar en Europa? Estas son nuestras reglas”.
La UE nunca ha rehuido vigilar a las grandes empresas tecnológicas. La violación de las normas de protección de datos de la Unión, el Reglamento General de Protección de Datos, ya dio lugar a una multa de 450.000 euros (448.360 dólares) para Twitter en 2020, mientras que Amazon.com Inc., WhatsApp de Meta Platforms Inc. y Google de Alphabet Inc. han sido abofeteados con multas de decenas de millones de euros.
Pronto, la Comisión tendrá aún más poder para vigilar a las grandes empresas tecnológicas. La Ley de Mercados Digitales obligará a las empresas tecnológicas designadas como “guardianes” a cumplir las nuevas normas antimonopolio. Pero el mayor problema para Musk será su legislación hermana, la DSA.
Posibles multas
El objetivo principal de la legislación es garantizar que las empresas detecten y eliminen mejor los contenidos ilegales, pero lo que se considera ilegal puede variar considerablemente entre los 27 países de la UE. El Twitter de Musk, al igual que todas las empresas de redes sociales, tendrá que ser diligente a la hora de eliminar los contenidos ilegales, independientemente del país desde el que se hayan publicado, o se enfrentará a multas de hasta el 6% de su facturación anual global. Si Twitter incumple repetidamente las normas, se podría prohibir a la empresa operar en el sindicato por completo.
La moderación de contenidos siempre ha sido complicada para las empresas tecnológicas, que se basan en una mezcla de algoritmos y supervisión humana para retirar los contenidos. En la actualidad, Twitter cuenta con unas 1.500 personas que se encargan de la moderación de contenidos, frente a las 15.000 de Meta y las 10.000 de los productos de Google, según un estudio de la Universidad de Nueva York. Los expertos afirman que estos números no son suficientes para vigilar adecuadamente el contenido de las redes sociales.
En un momento dado, Musk planeó recortar el 75% de la plantilla de Twitter, según documentos vistos por el Washington Post. Aunque se ha retractado de estas cifras tan elevadas, cualquier plan para despojar a la empresa de moderadores de contenidos probablemente dificultará aún más el control de las publicaciones ilegales en los países de la UE, por no hablar del resto del mundo.
La DSA de la UE también obligará a las empresas a moderar los contenidos en los idiomas en los que operan. El viernes, Musk anunció que quiere crear un consejo de moderación de contenidos con “diversos puntos de vista”, pero si reduce la plantilla del equipo humano de moderación de contenidos de Twitter, la empresa podría confiar más en los sistemas automatizados. Sin embargo, estos sistemas tienden a tener dificultades para determinar el contexto de las publicaciones y tienen un historial de cometer errores de alto perfil.
Prohibiciones de por vida
Aunque el enfoque de la regulación tecnológica de la UE podría parecer que choca ampliamente con el amor de Musk por la libertad de expresión sin restricciones, hay muchos puntos en los que ambos se alinean. La DSA obliga a las empresas a hacer más transparentes sus algoritmos y les exige normas coherentes sobre la prohibición de acceso a la plataforma.
Tras el atentado del 6 de enero, fueron los líderes de la UE, entre ellos Bretón y la ex canciller alemana Angela Merkel, quienes se manifestaron en contra de las prohibiciones ilimitadas de Twitter y Facebook al ex presidente Donald Trump, una postura con la que Musk está de acuerdo. Deshacerse de las prohibiciones de por vida crea la posibilidad de que personas de alto perfil que fueron bloqueadas, como Steve Bannon, vuelvan a la plataforma.
Este tipo de alineación se puso de manifiesto cuando Breton visitó a Musk en Texas en mayo. En ese momento, Breton dijo a Bloomberg que los dos no tenían “ningún desacuerdo” en su enfoque del contenido. Musk dijo en un video viral que “estoy de acuerdo con todo lo que dijiste, realmente”, hablando con Breton. “Creo que estamos muy en la misma línea”.
Esa relación podría cambiar a medida que la comisión empiece a tomar medidas contra los contenidos perjudiciales pero no ilegales: por ejemplo, los algoritmos que sacan a la luz contenidos sobre trastornos alimenticios. La DSA otorga a la comisión poderes para pedir a las empresas que lleven a cabo evaluaciones de riesgo centradas en tipos específicos de material nocivo y, si no se establecen controles suficientes, obligarlas a bajar de categoría.
Aquí es donde los enfoques de Musk y Breton podrían diferir. En el contexto de la invasión rusa de Ucrania, la UE adoptó un enfoque mucho más intervencionista que Estados Unidos al prohibir los sitios de medios de comunicación rusos RT y Sputnik en un esfuerzo por acabar con la desinformación. Musk se opuso explícitamente a la prohibición de los sitios de noticias.
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