Ciudad de Panamá — Una abultada planilla gubernamental, el aumento del pago a funcionarios, la necesidad de una reforma al sistema de seguridad social cuyas reservas están previstas a agotarse en 2024 y el pago de intereses de una deuda que está aumentando, fueron los factores que llevaron a Moody´s a cambiar la perspectiva de Panamá de estable a negativa en su calificación soberana y mantiene su grado de inversión Baa2.
La decisión de la calificadora de riesgo no sorprendió a los economistas Ernesto Bazán y Raúl Moreira, quienes al conversar con Bloomberg Línea coincidieron en señalar que Panamá aún está a tiempo para encaminarse.
“La falta de progreso en la reforma de las pensiones y las medidas para aumentar los ingresos fiscales denota una débil eficacia de las políticas, un elemento relacionado con la gobernanza, según el marco analítico ESG de Moody´s. Aunque las perspectivas de crecimiento económico de Panamá continúan siendo favorables en relación con sus pares”, cita el informe de la agencia.
A juicio de Bazán, experto en análisis de riesgo, esto “significa que la calificadora considera que a futuro el escenario más probable es una disminución en la calificación”.
Hay tres posibilidades que la calificación suba, se mantenga o disminuya.
“Si lo más probable es que la calificación suba entonces la perspectiva se asigna como positiva, si la calificación se va a mantener la perspectiva es estable y si la probabilidad es que disminuya se asigna perspectiva negativa. La perspectiva negativa sirve para dar una advertencia, aunque no podemos asegurar que va a bajar el mensaje es que lo más probable es que disminuya”, explicó Bazán.
Panamá se pondría en el nivel mínimo en el grado de inversión y con la amenaza de perder esa cualidad crediticia, que permite que el país se financie a niveles más bajos. Esto perjudicaría a todos los panameños, porque el país tendría que pagar más intereses en la deuda y esto implicaría reducir gastos y que los ciudadanos reciban menos servicios, agregó el economista.
“Existe un preocupante grado de incertidumbre acerca de cómo el gobierno ha de enfrentar situaciones que ejercerán fuertes presiones sobre nuestra estructura fiscal… El gobierno se congratula de sus “buenos” resultados frente a otros países, sin advertir a lo interno el deterioro de situaciones como su estructura fiscal y el nivel de precios, entre otros temas”, resalta por su parte el economista Moreira.
En su informe, Moody´s espera que el crecimiento del PIB en los próximos años sea menor que antes de la pandemia, y en este contexto de menor crecimiento “la incapacidad de las autoridades para abordar las presiones fiscales obstaculizaría la mejora de las métricas de deuda de Panamá”, una característica que la agencia ha identificado como “crítica” para apoyar el perfil crediticio, “tras el fuerte deterioro de la fortaleza fiscal que se registró durante la pandemia”.
Pero al parecer, no todo está perdido. De acuerdo con Bazán, la buena noticia es que estamos a tiempo de corregir el rumbo, lo que significa reducir los gastos, e implementar una real y auténtica política de austeridad.
“Somos un país que está gastando más y está invirtiendo menos, eso lo dice el informe, entonces esa es una tendencia que tenemos que revertir. Deberíamos desarrollar más las inversiones en infraestructura, pues son una fuente importante para la generación de empleos”, en vez de abultar la planilla estatal, enfatizó Bazán.
La planilla del sector público registra un total de 255,184 funcionarios y un sueldo bruto de US$412.0 millones, según las cifras oficiales más recientes, de julio de 2022.
La planilla de julio de 2022 respecto a julio de 2021 se incrementó en 6,196 funcionarios, o sea 2.5%, y un aumento de US$15,3 millones (3.8%) en cuanto al sueldo bruto.