Qué dijeron dos exministros uruguayos sobre cómo llevar inflación desde 100% a un dígito

Referentes económicos de anteriores gobiernos compartieron visiones ante la inflación, la política monetaria y el dólar

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Montevideo — Los exministros de Economía de Uruguay, Ignacio de Posadas (1992-1995) y Luis Mosca (1995-2000), recordaron este martes durante un evento en Montevideo el camino que Uruguay recorrió por esos años desde la inflación de tres dígitos hasta llevar el indicador a un rango debajo del 10%.

De Posadas fue designado en 1992 ministro de Economía del gobierno Luis Lacalle Herrera, padre del ahora presidente Luis Lacalle Pou. Por entonces, Uruguay ya había dejado atrás la inflación de tres dígitos que incluso superó el 130% en 1990, en el primer año de esa administración, pero todavía quedaba un trecho por recorrer.

El exministro de Economía del Partido Nacional dijo durante un evento organizado por Banco Santander que en ese momento el frente económico era “difícil”, con un déficit fiscal en 6% del Producto Interno Bruto, una situación “comprometida” de reservas en el Banco Central del Uruguay (BCU) y una inflación que en el arranque del período estaba en el entorno del 95% y que llegó al 130%. En este rango estuvo entre setiembre de 1990 y febrero de 1991.

“Hoy en día parecen cifras disparatadas. Eran unas de las fuentes de angustia mayor. Las medíamos a diario, lo cual era un disparate porque no servía para nada, pero uno estaba siempre pendiente de eso”, señaló de Posadas ante un auditorio de empresarios en el Hotel Carrasco. Antes de asumir como ministro, el abogado era senador.

En setiembre de 1991 la inflación se ubicó en el acumulado de 12 meses en 91% según datos del Instituto Nacional de Estadística, en junio de 1992 sobre 70%, y terminó el período en febrero de 1995 en 44%.

El siguiente gobierno continuó con la reducción, que llegó a un dígito en setiembre de 1998, en el segundo gobierno de Julio María Sanguinetti. “El gradualismo está hecho a la usanza del país, pero además las condiciones financieras no permitían que se diera de otra manera”, dijo a su turno Mosca, exministro de ese gobierno del Partido Colorado.

Entre los expositores también estuvieron los exministros Ricardo Zerbino, en el cargo durante el primer gobierno de Sanguinetti (1985-1990), y Mario Bergara, que encabezó la cartera y también el BCU en distintos momentos de los tres gobiernos del Frente Amplio sucedidos entre 2005 y 2020.

Gradual, con tropezones y reculadas

De Posadas dijo que el gobierno de Lacalle Herrera estaba ante un frente político complejo porque el Poder Ejecutivo estaba en minoría para conseguir votos que promuevan sus reformas en el Parlamento. Asimismo, señaló que “el camino fue gradual”. “Gradual quiere decir con tropezones y con reculadas. No quiere decir que uno siempre fue para adelante despacito”, dijo.

El exministro de Posadas también sostuvo que por ser un gobierno en minoría la coyuntura no permitía poner en práctica “mucho shock”. “Creo que una de las virtudes que hubo es que no se cayó en el encandilamiento de querer aplicar un modelo”, completó. “Es clave en este tipo de situaciones que un gobierno consiga convencer de que sus políticas van en serio y las va a mantener”, dijo.

El exministro remarcó que en el plano fiscal en su caso hubiera optado por un “shock”, aunque señaló que de todos modos se logró una reducción.

Precios y salarios

Además de una mejora fiscal, De Posadas dijo que “la batalla” contra los precios fue “constante”. “La economía uruguaya, más que hoy, tenía una cantidad de precios indexados o determinados políticamente, para empezar los salarios en buena medida, y eso requería de un esfuerzo permanente”, dijo. En la misma línea afirmó que “uno de los frentes más complicados era el salarial” y recordó que “el gobierno resolvió retirarse de la negociación salarial”.

“Creo que fue una medida acertada. Es un hecho de que los presagios de la catástrofe que se hicieron en ese momento no se cumplieron ninguno, y tan mala no fue porque los dos gobiernos sucesivos continuaron con ese mecanismo. Yo creo que fue fundamental”, dijo. Luego señaló que quedó pendiente “una reforma laboral que aumentará la desregulación”.

Bergara, del Frente Amplio, dijo durante su intervención que no compartía “ese enfoque” y, según señaló, “un esquema de negociación colectiva permitió que los trabajadores también se apropiaran de los frutos del crecimiento”.

El ancla del plan de estabilización de Uruguay fue el tipo de cambio bajo un régimen de flotación entre bandas móviles, como consignan distintos economistas en trabajos académicos.

Desde el lado de la política monetaria y cambiaria, según de Posadas, en el Poder Ejecutivo hubo un ida y vuelta entre el Banco Central, que promovía mayores restricciones, y el Banco República, que buscaba hacer negocios. Además, mencionó la apertura comercial y la adhesión al Mercosur.

Días atrás, a través de un mensaje en Twitter, el economista Gabriel Oddone, señaló entre otros asuntos el efecto del “ancla cambiaria” sobre el tipo de cambio real. El sistema fue dejado atrás por uno de libre flotación en medio de la crisis de 2002.

Hacia un dígito

El exministro Mosca enumeró un conjunto de pasos que, según aseguró, lograron encausar la inflación hacia un dígito cuando ya estaba entrado el año 1998.

El exministro de Economía del Partido Colorado dijo que el presupuesto de 1995 introdujo una reducción de las unidades ejecutoras del Estado, aunque el ahorro de gasto debía solventar la transición de la reforma de seguridad social de 1996 y una promovida reforma educativa. Los cambios en las pensiones despejaron el frente fiscal, precisó. Una característica de su período fueron rendiciones de cuentas (la instancia presupuestal anual) sin aumento de gasto.

También remarcó que “no hubo financiamiento ni abundante ni barato”. Uruguay obtuvo el grado inversor en 1997 y aprobó una ley de inversiones. Además recordó la desmonopolización del crédito hipotecario como un mecanismo que generó mayor competencia, así como la habilitación a privados para vender energía a la estatal UTE.

“Con todas estas circunstancias, más rendiciones de cuentas de un artículo, tuvimos la posibilidad de que no hubiera modificaciones presupuestales acumuladas a lo que fue el Presupuesto, y nos permitió llegar en setiembre de 1998 a la inflación de un dígito”, cerró Mosca.

En los hechos, Uruguay tampoco pudo avanzar más allá. Durante los años siguientes y hasta el presente, la inflación se mantuvo en el rango de entre el 7% y 10% la mayor parte del tiempo.