Bloomberg Línea — El gobernador de Guanajuato, en el corredor industrial del centro de México conocido como el Bajío, reconoció que el gobierno federal, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, se podría anotar un acierto parcial en su política energética: la de procurar abatir la dependencia de México en la importación de combustibles.
Esto, dijo el miembro del opositor Partido Acción Nacional (PAN), porque México va entre 10 y 20 años rezagado en la adopción de una política de impulso a la electrificación vehicular respecto de regiones como Norteamérica, Asia y Europa, y necesitará varios años más de combustibles fósiles para su movilidad.
“No hay que polarizar más”, dijo Rodríguez en un foro de movilidad convocado por Toyota Motor Co. Al asumirse como líder político del estado más panista de México (en alusión a la racha de seis gobernadores emanados del PAN en la entidad), el funcionario conminó a todos los niveles de gobierno a resolver los temas pendientes para que el país, uno de los mayores productores, exportadores y consumidores de vehículos, pueda aprovechar la base industrial instalada para avanzar hacia la electrificación automotriz.
De acuerdo con Rodríguez, el hecho de que México tenga un rezago importante en la implantación de una política industrial que detone desarrollos en materia de vehículos eléctricos, implica que el país tiene por delante varias décadas de necesidad de combustibles fósiles. En este sentido, recalcó, tiene lógica la política del gobierno de Andrés Manuel López Obrador de pretender importar menos gasolinas y refinar más.
“Hace bien el gobierno federal en brincar esa transición (hacia los vehículos eléctricos) y rezago de 20 años”, dijo el mandatario estatal. Al tener más años por delante de un parque vehicular de combustión, la necesidad de gasolinas provenientes de fósiles continuará, explicó.
De acuerdo con datos compilados por IndexMundi, México es el mayor importador de gasolina del mundo, con 375.000 barriles diarios, y por ahora, la mayoría proviene de Estados Unidos. Pero Rodríguez advierte que, eventualmente, EE.UU. producirá menos gasolina y México tendrá que importarla de más lejos y pagar más por el combustible.
Sin embargo, advirtió que lo bueno que implica que México amplíe su poder refinador, se diluye al no fomentar en paralelo una política relevante de promoción de energías limpias.
“Falta ese riel paralelo de desarrollo de energías renovables”, dijo Rodríguez.
En este sentido, José Zozaya, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, el lobby que aglutina los intereses de armadoras en el país, dijo que el sector mantiene diferencias con el gobierno federal en cuanto a temas energéticos. La industria, dijo en un panel en el foro de Toyota, “busca energías limpias, disponibles en manera constante y a precio competitivo”.
Por su parte, Luis Lozano, presidente de Toyota Motor de México, dijo que industria y gobierno deben acercar sus posturas para detonar proyectos de transición energética al paralelo con sus mayores socios comerciales. “La transición viene sin importar quién gobierna”, dijo Lozano, quien afirmó que la actual asincronía entre gobierno y otras partes ha provocado la pérdida de oportunidades “como país, región e industria”.