Santiago — El dólar está experimentando un nuevo impulso al alza en las dos últimas semanas, acercándose ayer a los $ 990 en el mercado cambiario chileno. La caída de los precios del cobre en medio de temores sobre la economía de China y mayores perspectivas de alzas de tasas en Estados Unidos.
Sebastián Espinosa, analista senior de mercados de XTB Latam, dijo que será difícil conocer con certeza la posibilidad de que el dólar ropa la barrera de los $ 1.000 en un plazo determinado, aunque advierte que un cobre debilitado en los próximos días posiblemente llevaría a cotizar cerca de ese precio.
“Esta semana ha comenzado con una noticia importante: el Partido Comunista en China ha informado sobre la extensión del Gobierno de Xi Jinping por otro periodo más y el mercado especula que esto podría terminar con un mandato de por vida, algo que no gusta nada y que tiene a las acciones chinas con fuertes caídas, repercutiendo también en el precio del cobre”, explicó el analista.
Ante la fortaleza de la divisa estadounidense, el peso chileno se ubica como la segunda moneda con peor desempeño en los mercados emergentes monitoreadas por Bloomberg en las dos últimas semanas.
Operadores están atentos si el tipo de cambio llega a los 1.000 pesos por dólar, un nivel no visto desde hace tres meses, cuando el Banco Central aplicó una intervención cambiaria. “Son techos psicológicos para los inversionistas… Si llegase a generar un rompimiento por sobre los $1.000, es muy probable que intente alcanzar los máximos históricos de julio de este año, apoyado por un cobre a la baja”, dijo Espinosa.
Renato Campos, analista jefe de Admiral Markets, asegura que la reciente publicación de crecimiento en la economía China, por ahora, dan cuenta de un panorama “robusto y sólido”, que podría permitir solventar la demanda de materias primas y mantener un equilibrio importante en la cadena de suministros durante el cuarto trimestre del presente año y, al menos, el primer semestre de 2023, significando un impulso importante para los commodities y con ello “una estabilidad en economías exportadoras”.
Aunque la moneda local presenta desafíos, Campos dice que el respaldo que le pueda entregar las mejoras en las perspectivas que tiene el mercado respecto con las economías emergentes y las señales de recuperación de la demanda en el cobre, junto a una “baja” en las previsiones de producción, permiten apuntar a un escenario más favorable en el largo plazo para la divisa.
“Junto a esto y en el corto plazo, la probabilidad por conocer una moderación en la política restrictiva que lleva a cabo la FED de Estados Unidos durante el último trimestre del año y, una posible pausa a partir de los primeros meses de 2023, obligan a mirar con menor optimismo las cifras macroeconómicas de la primera economía del mundo, las que podrían determinar un menor rendimiento para la divisa americana a nivel internacional y con ello una visión lateral para el cruce local”, afirma.
El analista indica que, de momento, la probabilidad por superar los $ 1.000 se encuentra por sobre un 50%, considerando que “el posicionamiento del mercado señala valores futuros por sobre los máximos históricos junto a la próxima alza de tasas FED que podría alcanzar los 75 puntos básicos”. Y agrega que, sin embargo, los fundamentos cada vez indican una menor perspectiva para la divisa estadounidense, “donde el mercado especularía con una menor restricción y cambios incluso en la dirección de esta”.