“Es un momento complicado para hacer un IPO”, dice VP de Legales de MercadoLibre

En entrevista con Bloomberg Línea, Jacobo Cohen analizó la irrupción del mundo cripto, el momento de los mercados, y los vaivenes regulatorios de América Latina

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Montevideo — Jacobo Cohen Imach fue el primer abogado de MercadoLibre (MELI). Los fundadores de la empresa que dirige Marcos Galperin lo contactaron en 1999 cuando todavía era un estudiante tucumano próximo a recibirse. En el inicio realizó el acuerdo original de “Términos y Condiciones” del ahora gigante del comercio electrónico latinoamericano, más adelante trabajó dos años en la preparación de la salida a bolsa (2007), y con el tiempo se consolidó como una pieza fundamental de la empresa que busca avanzar también en el mundo cripto.

En entrevista con Bloomberg Línea, Cohen, que ahora es vicepresidente senior del Consejo General a cargo de Asuntos Legales y Públicos de MercadoLibre, explicó cómo la empresa navega los vaivenes regulatorios en América Latina. Además dijo que, para la empresa que lanzó en Brasil su propia criptomoneda, comprar y vender cripto es entendido como “parte de la vida diaria”.

Consultado sobre el actual momento de los mercados, el jefe de legales del unicornio argentino opinó que el capital sigue disponible, pero “es mucho más selectivo”. Y también opinó que el momento actual no es el mejor para hacer una salida a bolsa (IPO por las siglas en inglés de Oferta Pública Inicial).

“Es un momento súper complicado con los mercados como están. El mercado de los IPOs se desinfló. En algún momento se hacían muchos SPACs, que era la manera en que los inversores hacían el IPO de una empresa. Después juntaba a un startup, hacían como una fusión por adquisición, y después quedaba hecho el IPO de una manera mucho más fácil. Con todo lo que pasó en el mercado, y sobre todo en las tecnológicas, ese mundo de acuerdos se fue apagando. Hoy es un momento complicado para hacer un IPO”, dijo durante la entrevista.

Cohen es presidente de la Asociación Latinoamericana de Internet, que la semana pasada realizó en Montevideo un encuentro sobre economía digital. En ese marco, Cohen conversó con Bloomberg Línea.

La siguiente entrevista fue editada por motivos de extensión y claridad.

Usted habló durante su presentación en el evento de la necesidad de una confluencia entre sector público y privado. ¿Ve de cierto modo que falte proactividad en los gobiernos de la región?

No creo que falte proactividad. Por ahí lo que falta es tener una visión más abierta en el sentido de asegurarse de tener todos los stakeholders en la mesa de discusión. Por ahí el policy maker arma algo pensando en lo que es mejor, no digo que no tengan especialistas porque los tienen, pero a veces hay cierta desconexión entre lo que necesita el mercado y lo que el regulador o el que hace las leyes cree que necesita. A veces pasa por ahí. No me parece que falte proactividad porque todos los gobiernos tienen de una u otra manera planes para estos temas. Me parece que falta escucha y falta participación de todos los actores en estas conversaciones. En el antes, el durante y el después de la implementación de ciertos programas.

Habló en particular de la necesidad de formación, de la integración digital como un concepto amplio, del desafío de la bancarización. ¿Hay algún punto que defina como crítico para América Latina?

Es crítico el desarrollo de las fintech y de la infraestructura logística. Las fintech te permiten inclusión financiera. Estamos en economías muy informales donde el que no está en la economía formal no puede acceder a un crédito, no puede tener una cuenta bancaria, no puede tener una tarjeta de débito. Toda esa gente termina accediendo a cierto servicio a través de las fintech. Lo que termina pasando a veces es que el regulador está acostumbrado a mirar más binariamente entre lo que conoce, que son los bancos, y lo que no es banco. Punto. Lo que no es banco es de otro mundo, y apareció este jugador nuevo que es la fintech. Por un lado, eso es clave para el desarrollo de las economías. Y, en el desarrollo del comercio electrónico, la infraestructura logística es fundamental. Eso está en lo fácil que es mandar una encomienda por tierra o avión hasta cuándo se puede entregar un paquete. La gente también compra cosas y las quiere ya, y el que vende también quiere despacharlo lo antes posible, porque eso implica cobrar más rápido y vender de nuevo. Por otro lado, me parece que es clave darle una vuelta a qué tipo de profesiones se impulsan desde los estados. Deberíamos ser países donde los chicos quieran ser ingenieros, no quieran ser ni abogados ni contadores. Si a eso le sumamos un espíritu emprendedor, creo que cambiaría la manera de ver las cosas y generaría nuevos ecosistemas.

MercadoLibre recién dio el paso de lanzar su criptomoneda. ¿Cómo convive esto desde la regulación, cuando gran parte de los países todavía no lo tiene muy internalizado en cómo lo va a tratar?

Si te referís a cripto, dejémoslo dos minutos por separado. En general MercadoPago ya está regulado en todos los países. Regularon los proveedores de servicios de pago, las billeteras o los que emiten dinero electrónico. En lo general, todo eso ya está regulado. No hay una regulación uniforme, entonces como que tenes que ir navegando por distintas regulaciones que pueden ser medio pendulares a veces. Hay algunas que son muy extremas y otras que pueden ser de alguna manera muy liberales. En lo de cripto, nosotros estamos innovando permanentemente y en nuestro ecosistema fintech queremos dar más y más alternativas. Lanzamos nuestra propia moneda hace un par de semanas en Brasil, que funciona como una manera de que, por cada compra que haces, recibís una parte en criptomonedas con cashback, y eso después te permite volver a usarlo para pagar algo en MercadoLibre. Pero en paralelo se permite ya, dentro de MercadoPago, comprar y vender distintas monedas: Bitcoin, Ethereum, etcétera. Ya es parte de la vida diaria. Obviamente eso puede generar algunas discusiones con reguladores, pero creo que estamos aprendiendo todos. El regulador obviamente tiene que escuchar lo que pasa en la calle. En materia fintech tiene la responsabilidad de fijar reglas de juego para que aquellos que manejan dineros de terceros no hagan nada indebido con ese dinero. Ahí es dónde está el trade-off entre dejar crecer una industria que es inclusiva por naturaleza y a la vez tener reglas que cuiden el dinero de la gente.

¿Esto que se hizo en Brasil podría extenderse a otros países?

Sin dudas. Dependerá de una serie de factores, pero sin duda puede en un futuro extenderse a otros países. No hay nada seguro, ni si se lanzará a otros países o no, ni cuándo. Si vos mirás el ecosistema de MercadoLibre, hay algunas diferencias entre los países. Hay algunos que tienen todo el ecosistema completo. Hay otros que, por distintas razones, por tamaño de mercado o por regulación, tienen servicios más acotados. Pero es algo que podría en un futuro analizarse para lanzarlo en otro país.

Yendo a la economía digital en la región, ¿cómo está viendo las empresas del sector teniendo en cuenta los temores de recesión en Estados Unidos y que eventualmente haya menos capital disponible?

No sé si hay menos capital. Lo que sí puedo decir es que hoy el capital es mucho más selectivo sobre a dónde va. Se pide al startup que crezca y por otro lado se le pide que sea break even. En algún momento, hace un tiempo no muy lejano, no importaba cuánto dinero gastabas siempre y cuando estés creciendo a un ritmo súper acelerado. Hoy el capital mira exactamente que crezcas muy bien pero que tengas un negocio sano y rentable. El dinero está, pero hoy es mucho más cauteloso y más selectivo sobre a dónde va a parar.

Marcos Galperin y también los fundadores de Globant han señalado los cambios regulatorios constantes en Argentina. ¿La empresa tienen medido de alguna forma cuánta plata ha perdido por esas modificaciones normativas?

Hay algunas métricas, pero creo que tiene que ver más con la seguridad jurídica en general, que con una cosa de poder medirlo. Sí el Banco Central en Argentina tomó una decisión sobre el dinero de los usuarios de MercadoPago que tenía que estar 100% encajado. Eso sí tuvo un impacto directo. No te puedo decir el número, pero sí tuvo un impacto. Y hay ciertas medidas que impactan. De cualquier manera, nosotros seguimos invirtiendo y es un negocio de muy largo plazo donde seguimos teniendo presencia en todos los países. Sabemos también que hacer negocios en Latinoamérica tiene a veces esos bemoles o que por ahí te pueden cambiar las reglas de juego de un momento a otro.

¿Entre las empresas de comercio electrónico manejan alguna cantidad de litigios que hoy en día tengan abiertos por distintas circunstancias? ¿Hay algún tipo de litigio que predomine sobre otro?

Cuando empecé a armar el equipo, en lugar de llamarle litigio le llamamos resolución de disputas. Todos los que se dedican a eso trabajan en un equipo que se llama resolución de disputas, y no litigio. Es un tema más filosófico. Desde el vamos yo entiendo que tenemos que tratar de resolver una disputa que tenemos con el cliente. Hay distintos factores por el cual nos reclaman. De cualquier manera, es un porcentaje ínfimo y ridículamente bajo en proporción a la cantidad de operaciones que tenemos. En cualquier empresa de consumo masivo estarían más que felices de tener unos números como los nuestros. Primero nosotros tratamos de evitar que el usuario llegue a un reclamo judicial o administrativo, tratando de usar nuestras propias herramientas, como es un programa de protección al comprador, y de protección al vendedor, donde lo cubrimos si tuvo algún problema. Aquellos casos que nos los cubrimos por determinada razón, tal vez son los que terminan yendo a hacer algún reclamo. Muchas veces son reclamos porque tal vez no tuvo una atención adecuada. Si tuviste algún fraude, lo cubrimos nosotros. Nos preocupa mucho la experiencia del usuario. Nuestro primer principio cultural es que agregamos valor al usuario.

Entiendo que su rol fue preponderante en la salida a bolsa de la empresa. ¿Si estuviera frente a una startup que está pensando en hacer un IPO qué le podría recomendar?

Primero que lo disfruten, porque es un proceso extenuante que lleva mucho tiempo, pero se disfruta. Y sobre todo le diría que hay que prepararse para llegar a ese momento. Desde lo legal, el día que nos hicieron el due diligence, yo ya tenía hace tres años todo digitalizado lo de mi equipo. En ese momento los abogados para hacer due diligence iban a las empresas a mirar contratos en papel y yo les dije: acá tienen todo digitalizado. Eso lo empecé a hacer en 2005 y el IPO lo hicimos en 2007. Fue una preparación de toda la compañía. Yo te muestro una partecita que es la legal. Sin todo eso no se podría haber logrado, pero el equipo de administración, de finanzas, de contabilidad, todo el mundo tuvo que prepararse. No se hace el IPO de un día para el otro. Lleva un periodo donde tiene que estar muy profesionalizado todo, ten´es que tener un norte, claramente a dónde queres ir, y para qué. El IPO no es el fin en sí mismo. Es un escalón que te lleva a hacer otras cosas. Porque ese dinero que te entra te permite llevar todo a ese nivel y a otra escala. No tiene que ser el fin último el IPO, sino para qué se necesita. Por eso te decía que es un proceso agotador pero que se disfruta muchísimo porque uno está haciendo historia.

¿Es momento ahora para hacerlo?

Es un momento súper complicado con los mercados como están. El mercado de los IPOs se desinfló. En algún momento se hacían muchos SPACs, que era la manera en que los inversores hacían el IPO de una empresa. Después juntaba a un startup, hacían como una fusión por adquisición, y después quedaba hecho el IPO de una manera mucho más fácil. Hoy con todo lo que pasó en el mercado, y sobre todo en las tecnológicas, ese mundo de acuerdos se fue apagando. Hoy es un momento complicado para hacer un IPO. Dependerá de cuán sólido sea el negocio, la idea, el equipo y cuánto apetito haya en el mercado por lo que ofrece esa empresa.

¿Cuando habló de los bemoles regulatorios de América Latina lo dice por un tema impositivo, por un tema cambiario o es un paquete general? ¿Ve algo particular que ocurra?

Veo que tiene mucho que ver con el desconocimiento, sobre todo, y el temor a lo distinto. Más allá de algún caso en particular, la mayoría de esos bemoles viene por el lado fintech. Y tiene que ver con cuán conservador es el Banco Central o la Superintendencia Financiera al momento de mirar el mercado. Hay un tema impositivo y un tema de que al comercio electrónico, por ser electrónico, le ponen algunas cargas adicionales. Lo que termina pasando con eso es que, en vez de lograr el efecto deseado que es formalizar la economía, o hacer que más gente adopte los medios de pagos digitales y que luche contra el efectivo… Porque la competencia de las fintech es el efectivo. No son los bancos. Las fintech compiten contra el efectivo. Entonces, al ponerle cargas más onerosas a las fintech, terminan generando el efecto contrario, que es que haya menos adopción y eso a la larga no cumple con el objetivo común que tiene el gobierno y las empresas. Creo que hay que aunar esos criterios y no tratar de cazar en el zoológico, sino tratar de que se genera mayor adopción y en el medio ir siendo como un tutor para conseguir los objetivos.