Bloomberg — En la semana pasada, las oficinas de Nueva York y otras grandes ciudades de Estados Unidos se llenaron hasta alcanzar los niveles más altos desde que se produjo la pandemia, pero la ocupación todavía no ha superado el 50% en la mayoría de los lugares.
Las oficinas de Nueva York registradas por la empresa de seguridad Kastle Systems se llenaron en un 47,8% en la semana que terminó el 12 de octubre, frente al 44% de las dos semanas anteriores, en las que hubo vacaciones escolares que mantuvieron a algunos trabajadores en casa. Se trata de la mayor ocupación desde principios de marzo de 2020, justo antes de que entraran en vigor los cierres de Covid-19. El promedio de ocupación de Kastle en 10 ciudades también alcanzó un máximo después de la pandemia, con un 49%, impulsado por ciudades como Austin, Texas, donde las oficinas están llenas en casi dos tercios.
El número de pasajeros en los autobuses y el metro de Nueva York también ha aumentado. Por ejemplo, los trenes de Metro-North que transportan a los viajeros de las afueras a la ciudad alcanzaron el 74% de su promedio de pasajeros de 2019 el 11 de octubre, frente al 64% del mismo día de la semana anterior.
Aun así, los evangelistas de la vuelta al trabajo, como el alcalde de Nueva York, Eric Adams, probablemente no convocarán un desfile por estas cifras, ya que las oficinas de Nueva York todavía no están ni siquiera medio llenas a pesar de que los jefes se han puesto más serios en las últimas semanas sobre los llamados mandatos RTO. Un análisis más amplio de los trabajadores estadounidenses realizado por un consorcio de investigadores dirigido por el profesor de la Universidad de Stanford, Nick Bloom, ha descubierto que los patrones de trabajo se están estabilizando, con predominio de los horarios híbridos. Sólo un tercio de los que pueden trabajar desde casa están en la oficina a tiempo completo, mientras que casi la mitad tienen algún tipo de horario híbrido, y el resto trabaja a distancia.
Los datos de Stanford indican que el trabajo desde casa es mucho más común en las grandes ciudades que en las pequeñas. Aparte de algunas grandes empresas, como las de servicios financieros, los esfuerzos de las empresas por conseguir que más gente vaya a la oficina después del Día del Trabajo “han tenido poco o ningún impacto”, dijo Bloom.
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