Cuatro venezolanos beneficiados por nuevo proceso migratorio aterrizan en EE.UU.

Mientras tanto, miles se encuentran en refugios e iglesias de las ciudades fronterizas de México, a la espera de resolver su estatus, alegando que intentaron cruzar antes de la medida impuesta por Biden

Por

Caracas — Los primeros cuatro venezolanos beneficiados por el nuevo proceso migratorio impulsado por la administración de Joe Biden, aterrizaron este domingo en aeropuertos de Estados Unidos, según un comunicado de la embajada virtual de ese país en Venezuela.

“A menos de una semana después de la puesta en marcha del portal, el DHS informa que los primeros cuatro ciudadanos venezolanos llegaron a los aeropuertos de los EE.UU. de manera segura, ordenada y legal”, es parte del mensaje difundido en las redes sociales, por la Oficina Externa de los EE.UU. para Venezuela.

El anuncio de una nueva medida migratoria para venezolanos que intentaran cruzar por las fronteras estadounidenses de forma irregular, se efectuó el pasado 12 de octubre, en conjunto con una nueva opción de ingreso legal, a través del portal del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos, que activó la inscripción de solicitudes el pasado miércoles, con una máxima de 24.000 plazas.

Las autoridades de EE.UU. publicaban a la par el reglamento, con los requisitos correspondientes, que incluyen a un patrocinante en ese país, que sea quien suscriba la solicitud, con documentación que permitan comprobar la posibilidad de que este responda económicamente o de otro tipo por el migrante venezolano.

El parole humanitario anunciado por Estados Unidos, obedece a una crisis migratoria de venezolanos, que ha escalado en los últimos meses, registrando una cifra de al menos 180.000 cruzando la frontera sur durante el último año. El gobierno de Biden activó entonces la ampliación de la norma conocida como Título 42, promovida durante la era de la pandemia que permite la expulsión de migrantes ilegales hacia México por motivos de salud pública.

Desde que fue oficializado el decreto, EE.UU. había devuelto hasta el miércoles, a 1.768 ciudadanos venezolanos. Según el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, el número se fue redujendo durante los primeros días, sin embargo, durante su intervención con la prensa, no hizo referencia a los miles que se mantienen en ciudades fronterizas de México esperando una medida que revierta su situación.

“Quedénse donde están, no intenten cruzar”

“A los que están en movimiento, yo les quiero decir claramente que se queden donde están, que no entren a México y que no traten de cruzar nuestra frontera con México o no van a ser elegibles por este proceso legal que tiene muchos beneficios para los individuos que lo utilizan”, decía el subsecretario Interino de Política Fronteriza e Inmigración del Departamento de Seguridad Nacional, Blas Núñez-Neto en una conferencia de prensa telefónica, el 13 de octubre, un día después del anuncio.

Miles de venezolanos que cruzaban la selva del Darién, en su trayecto por América Central, o tomaban embarcaciones desde San Andrés en Colombia para llegar a Nicaragua, y desde allí continuar el camino hacia México, no conocieron sobre la medida hasta pisar territorio mexicano. Muchos de ellos aseguran que ya habían intentado cruzar incluso antes de que autorizarse la prohibición, y aun así, fueron devueltos.

“Los pueblos están colapsados, aquí se va a formar un problema más grave. Hay miles de migrantes venezolanos en cada pequeño refugio que han habilitado”, dijo Wilfrander Marín, uno de los migrantes venezolanos varados en México, en contacto con Bloomberg Línea.

Ni él ni su familia se sienten en capacidad de retroceder. Luego del esfuerzo de llegar hasta allí, entre autobuses, algunos coyotes y alimentación reducida, con la esperanza de reencontrarse con otros familiares en Estados Unidos, esperan que pueda dárseles otra opción.

Los funcionarios migratorios de México, así como la policía migratoria siguen órdenes de trasladarles hasta puentes internacionales, uno de ellos cerca de Matamoros, para evitar el colapso en estas zonas fronterizas, donde la mayoría ha solicitado ayuda en refugios, iglesias u organizaciones sin fines de lucro.