Bolsonaro impulsa el gasto público en la recta final de la campaña electoral

Muchas de las mediedas apuntan a grupos demográficos con los que Bolsonaro, de 67 años, ha tenido problemas durante mucho tiempo: las mujeres y los pobres

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Bloomberg — Jair Bolsonaro ha impulsado el gasto público en la recta final de la campaña electoral en Brasil, implementando distintas medidas destinadas a mejorar la percepción de la economía del país y reducir la ventaja de su contrincante, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Bolsonaro ha impulsado estas medidas, algunas de cientos de millones de dólares, desde que sorprendió con resultados mejores que lo esperado en la primera vuelta electoral, el 2 de octubre.

Podría estar empezando a ver los primeros resultados. Las principales encuestas de esta semana mostraron una menor diferencia entre ambos candidatos, y una de ellas dio un empate técnico.

Bolsonaro, que llegó al poder hace cuatro años prometiendo responsabilidad fiscal, redobla ahora sus planes de seguir reduciendo impuestos y repartiendo dinero a los más necesitados de Brasil si consigue ganar la segunda vuelta del 30 de octubre.

Mauricio Santoro, politólogo de la Universidad Estatal de Río de Janeiro, dice que si bien los gobiernos anteriores habían lanzado obras públicas o proporcionado estímulos en años electorales, había una sensación de improvisación dado que las iniciativas comenzaron tan cerca del día de las elecciones.

“Lo que está ocurriendo ahora es más bien la entrega de dinero público a grupos de interés específicos que pueden ayudar a Bolsonaro a ganar las elecciones”, dijo.

Las medidas incluyen: añadir 500.000 familias más al programa de ayuda insignia de Bolsonaro, Auxilio Brasil; aumentar la asistencia a los taxistas; proporcionar crédito a las mujeres empresarias y la condonación de la deuda a las empresas y los individuos, ambos a través de la entidad crediticia estatal Caixa Económica Federal.

Muchos apuntan a grupos demográficos con los que Bolsonaro, de 67 años, ha tenido problemas durante mucho tiempo: las mujeres y los pobres. Todavía no está claro cuánto están ayudando a su posición con ellos, pero el presidente está ganando impulso.

Una encuesta publicada por Datafolha el miércoles mostró que Bolsonaro obtuvo el 48% de los votos válidos, que excluyen los votos nulos y en blanco, un punto porcentual más que cuatro días antes. Mientras tanto, el líder de la oposición, de 76 años, obtendría el 52%, un punto menos, aunque el movimiento quedó dentro del margen de error de 2 puntos porcentuales de la encuesta.

Datafolha entrevistó a 2.912 personas en todo Brasil entre el 17 y el 19 de octubre.

Donativos y reducciones de impuestos

La avalancha de gastos se suma a lo que ya era uno de los mayores programas de gastos preelectorales en 37 años de democracia brasileña. A principios de este año, Bolsonaro aprobó un paquete de ayuda por un total de casi US$8.000 millones. La mayor parte se dedicó a la entrega de dinero en efectivo a los pobres y a recortes de impuestos para reducir el precio de la gasolina, una de las principales preocupaciones de los votantes.

Bolsonaro y sus aliados han rechazado las críticas de que sus esfuerzos tienen como objetivo las elecciones, diciendo que son necesarios para ayudar a combatir el hambre y amortiguar el golpe de la inflación, que se sitúa por encima del 7% anual.

Si bien el presidente está ganando impulso con algunos grupos, los recientes esfuerzos aún no han logrado un favor significativo entre los brasileños más pobres. Un 55% de los que ganan más del equivalente a diez salarios mínimos, el grupo más rico encuestado, apoya a Bolsonaro. Sólo el 37% de los que ganan menos apoyan al presidente.

Independientemente de quién gane a finales de este mes, ambos candidatos se han comprometido a mantener o ampliar la ayuda en efectivo a los pobres. Sin embargo, el intento de Bolsonaro de cultivar el apoyo a través de un mayor gasto estatal corre el riesgo de erosionar su estatus de candidato favorable al mercado.

“Ha continuado la tendencia que hemos visto a lo largo de su presidencia: su lado populista ha pasado a primer plano”, dijo William Jackson, economista jefe de mercados emergentes de Capital Economics. “Parece bastante probable que eso continúe si es elegido”.

Sólo el miércoles, Bolsonaro anunció que, si es elegido, planea mantener a cero los impuestos federales sobre el combustible y aumentar la financiación a las ciudades brasileñas el próximo año. Aseguró, también, que su zar económico planeaba eliminar los gravámenes a miles de productos manufacturados para finales de 2023 para revitalizar la industria.

“Haré mi parte, si Dios me da fuerzas, y la terminaré”, dijo en un acto en Brasilia ese día.

-- Con la ayuda de Martha Beck, Isadora Calumby y Guilherme Bento.

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