Bloomberg — El yen se depreció más allá del las 150 unidades por dólar estadounidense, un nivel muy vigilado, lo que aumenta las especulaciones de nuevas intervenciones para apuntalar la moneda japonesa.
La caída llega mientras los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU. se disparan a máximos de varios años, expandiendo la brecha con sus equivalentes japoneses.
De esta manera, la moneda cayó a un mínimo de 32 años pese a los esfuerzos de las autoridades para apoyarla mediante intervenciones en septiembre. Poco después revirtió las pérdidas y volvió a ubicarse por encima del umbral.
“Es una situación complicada para las autoridades japonesas. Puede que quieran evitar transmitir el mensaje de que hay una línea en la arena en 150 o en cualquier otro nivel, ya que es un movimiento arriesgado en un entorno tan volátil, dijo Francesco Pesole, estratega de divisas de ING Bank. “Pero el riesgo es que lo dejen volar por encima de 150 y ahí se produzca la volatilidad al alza que estaban tratando de evitar en primer lugar. Creo que ahora tendrán que intervenir”.
Funcionarios del gobierno japonés, incluido el ministro de Finanzas, Shunichi Suzuki, declinaron comentar el jueves si las autoridades habían intervenido, pero Suzuki dijo que seguiría vigilando el mercado de divisas, ya que el país no toleraría movimientos especulativos en la moneda.
El máximo responsable de divisas del país, Masato Kanda, declaró a la prensa en Tokio que los movimientos excesivos en los mercados de divisas son cada vez más intolerables y que los recursos para la intervención son ilimitados.
Estos comentarios se hacen eco de los de otras autoridades japonesas, como el gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, que han dicho que actuarán si se producen movimientos extremos en la divisa en lugar de fijarse en un nivel concreto.
El yen ha borrado las ganancias del mes pasado, impulsadas por la intervención, a pesar de que el gobierno confirmó un gasto de casi US$20.000 millones y desató un aluvión de advertencias para disuadir a los operadores de poner a prueba su determinación. Este año ha caído un 23% frente al dólar, ya que los operadores se han centrado en el aumento del diferencial de rendimiento entre EE.UU. y Japón, que favorece a los activos en dólares.
“Los responsables de la política monetaria se han visto acorralados. La intervención en el mercado de divisas no ha tenido un impacto tan duradero como todo el mundo pensaba”, dijo Stuart Bennett, jefe de estrategia de divisas del G-10 en Santander CIB. “Es muy probable que se produzca otra intervención, ya que es lo que ha sucedido en el pasado, pero es difícil que funcione y, sea cual sea el nivel al que se haga, probablemente se convertirá en un objetivo para el mercado”.
Aun así, los mercados de opciones sugieren que el mercado se está preparando para otra tanda de intervenciones de compra de yenes, con apuestas que apuntan a un giro de la moneda japonesa a corto plazo.
Intervención furtiva
La continua caída del yen también está alimentando la especulación de que las autoridades están interviniendo sutilmente, ya que los operadores observan repentinos y breves estallidos de fuerza cuando se producen nuevos mínimos. La llamada intervención encubierta suele consistir en entrar en el mercado a menor escala, lo que resulta más difícil de detectar, en lugar de los bruscos cambios repentinos que se asocian a una intervención más regular.
La intervención furtiva “es una pérdida de tiempo y no aborda realmente el problema de fondo”, dijo Bipan Rai, jefe de estrategia de divisas del Canadian Imperial Bank of Commerce. “Para estabilizar realmente el dólar y el yen, la venta de las tasas de interés a largo plazo en EE.UU. debe frenarse o invertirse. De no ser así, el Banco de Japón tendría que modificar su programa de control de la curva de rendimiento”
Dada la actual subida de los rendimientos de los bonos estadounidenses, muchos en el mercado esperan que el dólar continúe su ascenso frente al yen, y Alvin Tan, jefe de estrategia de divisas en Asia de RBC Capital Markets, cree que un empuje hacia los 160 yenes en los próximos meses “no es descartable”.
Mientras que los rendimientos del Tesoro son libres de subir, el índice de referencia a 10 años de Japón está limitado por la política de control de la curva del Banco de Japón, que trata de mantenerlo en un nivel igual o inferior al 0,25% en un intento de impulsar la economía. Las consecuencias de esta política se pusieron de manifiesto una vez más el jueves, cuando el banco central anunció compras de bonos no programadas, al tiempo que el rendimiento a 10 años superaba brevemente ese límite.
“El Banco de Japón tiene que elegir entre el control de la curva de rendimiento o la lucha contra la debilidad del yen”, dijo Kristoffer Kjaer Lomholt, jefe de investigación de divisas de Danske Bank en Copenhague. “Por ahora, la preferencia revelada sigue indicando una preferencia por mantener el control de la curva de rendimiento”.
--Con la ayuda de Ryotaro Nakamaru, Yuko Takeo, Greg Ritchie, Libby Cherry, Mary Biekert, Ruth Carson y Vassilis Karamanis.
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