Piratería de luces navideñas, un mercado negro de US$157 millones en México

Al menos la mitad de las ventas de luces navideñas son robadas o de mala calidad.

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Ciudad de México — La piratería de luces eléctricas para decoración navideña en México representa un mercado negro de MXN$3.150 millones o US$157 millones anuales en México, estimó la Confederación Nacional de Asociaciones de Comerciantes de Material y Equipo Eléctrico (Canacomee).

El problema viene del contrabando aduanal con luces navideñas de mala calidad y asalto a transportistas para después revenderlas en tianguis, mercados, incluso en tiendas y ferreterías, señaló el presidente del grupo empresarial, Gabriel García Corona.

“Se vende más en el mercado informal y de lo que se detiene en aduanas y que luego llega al mercado negro, que lo que se fabrica de forma legal”, declaró en conferencia de prensa.

Canacomee estima que cada año se venden 73,5 millones de series de luces navideñas con un valor de MXN$6.300 millones o US$314 millones, de los cuales la mitad de la venta es piratería.

Para este año, García Corona estimó una caída de 30% en las ventas comparadas con 2019 ante un déficit “importante” para el consumo en la temporada navideña ante la situación económica, el temor de un recibo eléctrico más costoso, además de un incremento de 40% en las materias primas de luces navideñas.

García Corona señaló que la Confederación tiene problemas con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) al momento de detectar luces navideñas en tianguis, pues la autoridad no actúa porque los vendedores no están registrados, cuya consecuencia es que los pequeños comerciantes que pagan impuestos migren a la clandestinidad porque no hay consecuencias.

“La autoridad tiene que poner reglas y procedimientos más severos”, expresó.

Uno de los principales riesgos de comprar piratería es que las luces navideñas que ingresan al país de contrabando incumplen con las normas de calidad e incrementan el riesgo de incendios al colocarse principalmente sobre pinos navideños que van secándose.

“Si alguien no valora su vida que siga comprando donde hay dudosa procedencia de los productos”, mencionó.