San Pedro Sula — Entre junio y agosto de 2022, alrededor de 2.6 millones de hondureños, equivalente al 28% de la población, se encontraban en emergencia de inseguridad alimentaria aguda, es decir, carecían de acceso regular a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para un crecimiento y desarrollo para llevar una vida activa y saludable.
La situación para estas personas se ha agravado en los últimos meses por la falta de empleo formal, el agotamiento de las reservas alimentarias, el alza de los precios de alimentos y la crisis de la cadena de suministros a nivel internacional, según un análisis elaborado bajo la coordinación de la Unidad Técnica de Seguridad Alimentaria y Nutricional (UTSAN) de Honduras.
La mayor severidad de inseguridad alimentaria aguda en condiciones de crisis o emergencia está en Gracias a Dios, La Paz, Lempira, Santa Bárbara e Intibucá, conforme al análisis hecho en los 18 departamentos de Honduras, con una población estimada de 9.6 millones de habitantes, según las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2022.
A este escenario se suma el reciente paso de Julia por Centroamérica, que, en Honduras, según el conteo más reciente de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), las pérdidas en el agro se cuantifican en 1.800 millones de lempiras (HNL), US$73.2 millones, siendo los sectores de banano, palma aceitera, arroz, maíz, plátano, caña de azúcar, café, apicultura y ganadería entre los más afectados por las inundaciones derivadas del ciclón tropical.
Propuestas para atender la crisis
La investigación liderada por la UTSAN recomienda una serie de acciones para fortalecer los comités locales de seguridad alimentaria y nutricional, los mecanismos de respuesta inmediata interinstitucional de protección social ya establecidos en poblaciones en crisis o emergencia, los sistemas de información de alerta temprana sobre seguridad alimentaria para incentivar las acciones coordinadas y focalizadas de cooperación internacional y de gobierno.
También de brindar apoyo a las comunidades afectadas por los fenómenos y sociopolíticos contribuyendo a su recuperación, identificando necesidades inmediatas y con pronta solución local, mediante apoyo de organismos de cooperación y de mecanismos de ayuda gubernamental.
Además, de elaborar y ejecutar un plan de inversión para recuperar o crear fuentes de empleo sostenibles para poblaciones de alta vulnerabilidad, dirigido a fortalecer la resiliencia, reducir riesgos y proteger sus medios de vida para recuperar los hogares en situación de emergencia alimentaria.
La UTSAN propone evaluar los planes nacionales de salud preventiva y cobertura de vacunación para la contención del covid-19 y sus variantes y otras enfermedades estacionales.
Presencia de Honduras en la FAO
Esta semana, el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), QU Dongyu, recibió a la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, en la sede de la FAO para una reunión bilateral al margen del Foro Mundial de la Alimentación (FMM), donde la mandataria participó como oradora a inicio de semana.
La presidenta dijo que su gobierno se ha centrado en adoptar medidas para garantizar la seguridad alimentaria nacional. Para ello, mencionó la importancia de reactivar los sectores agrícolas, impulsar la producción ganadera y proteger los bosques.
Castro agregó que el país comenzará una iniciativa para abordar la pobreza extrema a través de un programa que involucra a familias de pequeños agricultores, que se prevé que llegue a alrededor de un millón de personas. El objetivo es distribuir semillas y fertilizantes, así como implementar medidas para aumentar el acceso al mercado.
La presidenta también dijo que los impactos del cambio climático han aumentado la intensidad de las inundaciones y sequías en el país, y señaló que el Congreso Nacional discutirá próximamente un proyecto de ley sobre el clima.
Dongyu afirmó que la FAO está dispuesta a seguir trabajando estrechamente con Honduras para apoyar al país a transformar sus sistemas agroalimentarios y promover el desarrollo rural, creando más oportunidades para los jóvenes y las mujeres de las zonas rurales.
El alto funcionario también destacó la importancia de mejorar la competitividad para atraer inversiones privadas y aumentar el acceso al mercado para los pequeños agricultores, que deberían organizarse mejor para hacer uso de la innovación y las herramientas digitales.