Bloomberg — Con fuertes fluctuaciones y retrocesos exacerbados por una Fed decidida a aplacar la inflación en Estados Unidos, la renta variable en el país norteamericano ha sido particularmente impredecible este 2022, un reto ilustrado esta última semana por 2 de los más prominentes estrategas de Wall Street.
En opinión de Mike Wilson, de Morgan Stanley (MS), la renta variable de Estados Unidos se encamina para una subida de corta duración dada la inexistencia de una capitulación de los resultados corporativos. Se trata de una rara apreciación positiva por parte de un veterano bajista que anticipó acertadamente el desplome del 2022.
Por el contrario, Marko Kolanovic, de JPMorgan Chase & Co. (JPM), una de las voces más alcistas, se ha mostrado más prudente de cara a los meses que vienen, aludiendo a los cada vez mayores riesgos derivados de las políticas monetarias de los bancos centrales, así como de la situación geopolítica. De hecho, Kolanovic ha disminuido el tamaño de sus posiciones de sobreponderación en acciones y de infraponderación en bonos.
Esta variación y diferencias de opinión ponen de manifiesto la gran incertidumbre a la que se expone la renta variable en lo que queda de este 2022. De acuerdo con el más reciente sondeo realizado por Bloomberg entre estrategas, el máximo objetivo de cierre de año apunta a una subida de casi el 39% para el S&P 500 con respecto al cierre de este lunes, y el mínimo sugiere una bajada de aproximadamente 13%.
A pesar de sus perspectivas modificadas a corto plazo, Wilson aún conserva su postura general negativa a largo plazo sobre las acciones, mientras que Kolanovic prevé que las acciones suban considerablemente en algún momento el próximo año.
Las acciones han comenzado la semana con una nota fuerte. El S&P 500 avanza el martes, extendiendo un amplio repunte después de que el índice cerrara por encima de un nivel de soporte técnico clave el lunes. En un momento de ayer, más del 99% de las empresas en el índice de referencia de acciones de EE.UU. subieron.
Wilson, de Morgan Stanley, escribió en una nota el lunes que “no descartaría” que el S&P 500 suba a unos 4.150 puntos, una subida de casi el 13% desde el cierre de ayer lunes, y agregó que esto estaría “en línea con los repuntes del mercado bajista este año y anteriores.” Aún así, el estratega jefe de acciones dijo que ve que el mercado bajista eventualmente tocará fondo en alrededor de entre 3.000 y 3.200 puntos.
Kolanovic de JPMorgan se mostró pesimista en un informe a los clientes publicado el lunes por la noche. Su decisión de recortar las asignaciones de riesgo en la cartera modelo sigue una nota a principios de este mes, cuando citó los riesgos de los bancos centrales agresivos y la guerra en Ucrania. Señaló entonces que el S&P 500 puede tardar más en alcanzar el objetivo de fin de año de la empresa de 4.800.
Los precios en lo que va del año se han disparado de una sesión a la siguiente, más aún a la baja, lo que indica la angustia que sienten los estrategas y los inversores. Un análisis de Bespoke Investment Group mostró que durante los últimos 200 días de negociación, el S&P 500 solo cerró al alza en el 43% de ellos, una de las lecturas más débiles observadas en los últimos 70 años.
Otros alcistas de Wall Street están modificando sus predicciones para que se acomoden con los desafíos de la economía estadounidense. John Stoltzfus, estratega jefe de inversiones de Oppenheimer Asset Management (OPY), recortó su objetivo del S&P 500 el lunes, pero dejó en claro que sigue siendo optimista con respecto a las acciones.
“Creemos que los fundamentos económicos de EE.UU. siguen siendo notablemente resistentes, aunque se ven desafiados en un entorno altamente transitorio por niveles persistentemente altos de inflación, una política monetaria cada vez más restrictiva para abordar la inflación y los problemas de la cadena de suministro que también persisten”, dijo en una nota.
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