Bloomberg — Vladimir Putin pasó años luchando contra el reloj demográfico ruso. Pero luego ordenó la invasión a Ucrania, catalizando un histórico declive poblacional.
Además de las bajas en el campo de batalla, el llamado a filas de 300.000 reservistas (y la huida de una cifra aún mayor al exterior para evitar la conscripción) están echando por la borda los esfuerzos de Putin para empezar a estabilizar los niveles de población.
Las disrupciones causadas por la guerra se están sumando a una crisis poblacional que se remonta a la década de 1990, un período de crisis económica tras la caída de la Unión Soviética que vio como las tasas de fertilidad se desplomaban en el país. El demógrafo independiente Alexei Raksha lo llama “una tormenta perfecta”.
El gobierno de Putin se había puesto el objetivo de comenzar a revertir el declive poblacional en 2022 y retomar el crecimiento en 2030. No obstante, semanas antes de la movilización de septiembre, un reporte interno mostró que funcionarios ya estaban concluyendo que los objetivos no eran realistas.
Citando las consecuencias del Covid-19 y las salidas migratorias, el informe proponía en cambio una revisión que preveía una disminución de 416.700 personas para 2030.
Si las operaciones militares continúan en los próximos meses, como se espera, Rusia podría ver menos de 1,2 millones de nacimientos el próximo año, la cifra más baja de la historia moderna, según Igor Efremov, investigador y especialista en demografía del Instituto Gaidar de Moscú. La media de muertes en Rusia se acerca a los 2 millones anuales, aunque el número aumentó durante la pandemia y se acercó a los 2,5 millones el año pasado.
“Fuerte golpe”
“El principal golpe a la natalidad será indirecto, porque la mayoría de las familias verán completamente destruido su horizonte de planificación”, dijo Efremov. “Y el impacto será más fuerte cuanto más dure la movilización”.
A Rusia le ha llegado la hora de la verdad en el plano demográfico, ya que su economía, privada de empleados jóvenes, corre el riesgo de estancarse o de algo peor mucho después de que haya terminado la guerra. Bloomberg Economics estima ahora la tasa de crecimiento potencial de Rusia en un 0,5%, dos puntos porcentuales menos que antes de la guerra, y la demografía es responsable de una cuarta parte de la reducción.
La demografía desfavorable en las zonas de Ucrania que Putin planea anexionar no hará más que aumentar los retos a los que se enfrenta Rusia debido a la creciente carga poblacional, dijeron los economistas de Renaissance Capital en un informe de este mes.
Aunque los traumas demográficos suelen prolongarse durante décadas, las consecuencias de la invasión están haciendo más probables los peores escenarios, y mucho antes de lo previsto.
Lo que dice Bloomberg Economics...
“La población de Rusia ha estado disminuyendo y la guerra la reducirá aún más. ¿Las razones? La emigración, el descenso de la fertilidad y las bajas relacionadas con la guerra. Esto erosionará el crecimiento potencial y pondrá a prueba la política fiscal, ya que el gobierno intenta revertir el descenso de la población activa con políticas pro-natalistas.”
-Alexander Isakov, economista ruso.
La movilización está trastornando a las familias en el momento quizá más tenso de la historia de la demografía rusa, ya que el número de mujeres en edad fértil se ha reducido en un tercio en la última década. También coincide con una de las tasas de mortalidad más altas del mundo y con un mercado laboral agotado y envejecido, junto con flujos de inmigración y dudas sobre la capacidad de Rusia para atraer trabajadores del extranjero.
Para Putin, que acaba de cumplir 70 años, la demografía rusa es desde hace tiempo una cuestión existencial, y el año pasado declaró que “salvar al pueblo de Rusia es nuestra principal prioridad nacional”. Ha presidido los esfuerzos para ganar tiempo con costosas políticas que han contribuido a un fuerte aumento de la longevidad y que han ido desde pagos para las nuevas madres hasta la reducción de las hipotecas para las familias.
Pero cuando Rusia se acercaba a la invasión de Ucrania en febrero, salía de su año más mortífero desde la Segunda Guerra Mundial -empeorado por la pandemia-, con la población en declive desde 2018. Llegó a 145,1 millones el 1 de agosto, una caída de 475.500 desde el comienzo del año y por debajo de los 148,3 millones de 1991, cuando la Unión Soviética se derrumbó.
La continuación de la campaña militar y la movilización hasta el final de la próxima primavera boreal sería “catastrófica”, según Efremov, lo que probablemente reduciría los nacimientos a sólo 1 millón en los 12 meses hasta mediados de 2024. La tasa de fertilidad podría llegar a 1,2 hijos por mujer, dijo, un nivel que Rusia sólo vio una vez en 1999-2000.
Se necesita una tasa de fecundidad de 2,1 para mantener una población estable sin migraciones.
“Es probable que, en condiciones de incertidumbre, muchas parejas pospongan tener hijos durante algún tiempo hasta que la situación se estabilice”, dijo Elena Churilova, investigadora del Laboratorio Internacional de Población y Salud de la Escuela Superior de Economía. “En 2023, es probable que veamos un nuevo descenso de la natalidad”.
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