Boric promete poner fin a largo periodo de “sequía” de reformas en Chile

El presidente de Chile se refirió a la conmemoración del tercer aniversario del estallido social

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Santiago — El presidente de Chile, Gabriel Boric, dijo este martes que no se han implementado las reformas exigidas por la ciudadanía tras tres años de las protestas masivas que sacudieron al país.

“Ha habido esfuerzos durante todos estos años, sin lugar a dudas, no pretendo negarlo, pero todavía no concretamos las reformas que resuelvan la debilidad de los derechos sociales de los chilenos y chilenas, y así nos los dice la gente permanentemente en la calle”, indicó el mandatario desde el Palacio de La Moneda.

Boric se comprometió a poner fin a ese “largo periodo de sequía” en que las reformas no se concretan por falta transversal de acuerdos en el mundo político y, además, de hacerse cargo de las “urgencias del momento”.

El jefe de Estado dijo que una de las razones que detonó la revuelta social del 18 de octubre de 2019 fue por la incapacidad en el mundo político de “acordar soluciones” para los problemas de los chilenos durante mucho tiempo. “Pasaron años y años, hubo muchas advertencias del malestar ciudadano y esos acuerdos no se produjeron. Y la verdad es que desde entonces hasta ahora hemos avanzado poco en cambiar las cosas en este plano”, explicó.

En un discurso, transmitido esta mañana, el presidente reflexionó sobre las causas del estallido social: “¿Cómo pudo pasar aquello, por qué y qué es lo que hemos hecho como sociedad y hoy día nosotros como Gobierno para remediarlo? En los carteles que portaban la gran mayoría de manifestantes pacíficos y en sus respuestas a las encuestas de la época se encuentran ideas que se repiten una y otra vez: dignidad, salud, pensiones, educación, salud mental, cuidado de la infancia, paz, el derecho de vivir en paz”.

Resaltó que la pandemia y la crisis mundial, causada por la guerra en Ucrania, aumentaron la fragilidad y las necesidades, y que reforma tributaria, impulsada por su Gobierno, tiene como objetivo financiar derechos sociales. “De eso se trata nuestra reforma previsional, de asegurar pensiones dignas que son urgentes; de eso se trata la reforma a la salud para que ésta sea oportuna, digna y sin listas de espera eternas”.

¿Cambió la percepción sobre el 18-O?

Según la última encuesta de Cadem, al comparar a Chile en la actualidad respecto a la realidad de hace tres años, antes de las manifestaciones masivas, los consultados piensan que todo empeoró.

Cae, en forma generalizada, el respaldo a las protestas como las “funas” a políticos (50%, unos 14 puntos menos), la primera línea (26%), las evasiones masivas (21%, unos 23 puntos menos), las barricadas y cortes de vías (10%, unos 17 puntos menos), entre otras acciones que se realizaron en el contextos de las protestas.

En cuanto al origen del estallido social, 61% continúa pensando que fue la expresión de un descontento social generalizado, pero la cifra cae 11pts respecto a octubre de 2019″, acota el sondeo publicado la noche del domingo.

El sociólogo y académico de la Universidad de Chile, Octavio Avendaño, comentó a Bloomberg Línea que después de la revuelta social hubo varios cambios, entre estos una mayor receptividad por parte de la clase política a promover procesos de transformación.

“Eso fue uno de los grandes aportes del estallido de octubre de 2019, independiente de lo que haya pasado posteriormente. También una mayor propensión por parte de la población a asumir estos procesos de cambio. La necesidad del cambio era una suerte de consenso y se asumió en amplios sectores de la sociedad, independiente también de lo que pasó posteriormente”, explicó.

Avendaño asegura que, a raíz de la prolongación de la crisis y de la falta de solución del proceso constitucional, se producen dos escenarios: “Hoy, el ánimo de la población es completamente distinto al que existía en octubre, diciembre de 2019 e, incluso, al inicio de la pandemia de Covid-19, donde observábamos esta propensión hacia el cambio (…) y reconocimiento de la necesidad de impulsar un proceso constituyente”. Y explicó que, actualmente, existe una “actitud más crítica al estallido social”.