Bloomberg — Los efectos económicos de las agresivas alzas de las tasas de interés comienzan a extenderse por Brasil, el país más grande de América Latina.
El índice de actividad económica del banco central, un punto de referencia para el producto interior bruto, cayó un 1,13% en agosto respecto al mes anterior, por encima de la estimación media de una contracción del 0,70% de los analistas encuestados por Bloomberg. En la comparación interanual, la actividad aumentó un 4,86%, según los datos.
El mes pasado, los encargados de política monetaria dirigidos por Roberto Campos Neto pusieron fin a un ciclo de ajuste que sumó 11,75 puntos porcentuales a los costos de endeudamiento a lo largo de un año y medio para combatir una creciente inflación. La junta del banco señaló que mantendría las tasas estables mientras la esperada crisis económica ayuda a desacelerar los precios al consumidor.
En esa línea, los precios al consumidor cayeron por tercer mes consecutivo en septiembre, también debido a recientes recortes de impuestos, y la inflación anual disminuyó a 7,17%. El sábado, Campos Neto dijo que la dinámica inflacionaria está mejorando, aunque es demasiado pronto para celebrar.
En una encuesta semanal del banco central publicada el lunes, los analistas redujeron su estimación de precios al consumidor para 2022 por decimosexta semana consecutiva, a 5,62%. Los encargados de política monetaria apuntan a una inflación anual de 3,5% para este año y de 3,25% para 2023.
Los brasileños acudirán a las urnas el 30 de octubre para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales entre el mandatario actual, Jair Bolsonaro, y el exjefe de Estado Luiz Inácio Lula da Silva.
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