El dólar se aprecia y alimentos se acumulan en los puertos, mientras crece el hambre

El Fondo Monetario Internacional ha advertido de una catástrofe al menos tan grave como la emergencia alimentaria de 2007-08

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Bloomberg — Importadores de alimentos desde África hasta Asia están haciendo lo imposible para conseguir dólares para pagar sus facturas, ante las dificultades que conlleva la apreciación de la divisa estadounidense en países que ya se enfrentaban a una histórica crisis alimentaria mundial.

En Ghana, los importadores advierten de la escasez de alimentos de cara a la Navidad. Recientemente, miles de contenedores cargados de alimentos se amontonaron en los puertos de Pakistán, mientras que los panaderos privados de Egipto subieron los precios del pan después de que algunos molinos de harina se quedaran sin trigo porque estaba varado en la aduana.

En todo el mundo, los países que dependen de las importaciones de alimentos están lidiando con una combinación destructiva de altos tipos de interés, la subida del dólar y los elevados precios de las materias primas, lo que erosiona su capacidad de pagar por los bienes que normalmente se cotizan en el billete verde. La disminución de las reservas de divisas en muchos casos ha reducido el acceso a los dólares, y los bancos tardan en liberar los pagos.

No se lo pueden permitir, no pueden pagar estos productos básicos”, dijo Alex Sanfeliu, jefe de comercio mundial del gigante de los cultivos Cargill Inc. “Está ocurriendo en muchas partes del mundo”.

El problema no es nuevo para muchos de los países -ni se limita a los productos básicos agrícolas-, pero la reducción del poder adquisitivo y la escasez de dólares están agravando tensiones más amplias en los sistemas alimentarios mundiales tras la invasión de Rusia en Ucrania.

Una catástrofe como en 2007 y 2008

El Fondo Monetario Internacional ha advertido de una catástrofe al menos tan grave como la emergencia alimentaria de 2007-08, la Secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet Yellen, ha pedido más ayuda alimentaria para los más vulnerables, mientras que el Programa Mundial de Alimentos afirma que el mundo se enfrenta a la mayor crisis alimentaria de la historia moderna.

Sobre el terreno, muchos importadores están luchando contra el aumento de los costes, la reducción del capital y la dificultad para obtener dólares que garanticen que sus envíos salgan de las aduanas a tiempo. Esto significa que los cargamentos se quedan atascados en los puertos o incluso pueden ser desviados a otros destinos.

“Siempre hubo una presión histórica para realizar estos pagos, pero en este momento es una presión insoportable”, dijo Tedd George, un consultor especializado en África y los mercados de materias primas.

En Ghana, donde el cedi ha perdido cerca de un 44% este año frente al dólar -lo que le convierte en la segunda moneda con peor comportamiento del mundo-, ya hay preocupación por los suministros de cara a la Navidad.

“Creemos que habrá escasez de algunos alimentos”, dijo Samson Asaki Awingobit, secretario ejecutivo de la asociación de importadores y exportadores de Ghana, que incluye compradores de cereales, harina y arroz. “El dólar se está tragando nuestro cedi y estamos en una situación desesperada”.

Sin duda, algunos países pueden verse amortiguados por sus compras en otras monedas como el euro, mientras que las naciones exportadoras de energía se beneficiarán de los ingresos en el extranjero. Los costes mundiales de los productos alimentarios también han bajado durante seis meses consecutivos, lo que hace esperar un alivio a los consumidores.

Pero la apreciación del dólar amenaza con erosionar parte de ese beneficio, según Monika Tothova, economista de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, que considera que la factura mundial de las importaciones de alimentos de este año alcanzará un récord.

El impacto de la guerra en Ucrania

La situación sigue siendo frágil. La preocupación por los suministros procedentes de la región del Mar Negro aumenta a medida que se intensifica la guerra en Ucrania y se cuestiona el futuro del acuerdo para el transporte de cereales desde los puertos ucranianos. Las perturbaciones meteorológicas han impulsado la volatilidad en los últimos meses, las existencias son escasas y la subida de los precios de los fertilizantes y la energía está disparando los costes de producción de los alimentos.

A medida que la Reserva Federal sigue endureciendo su política monetaria, la fortaleza del dólar frente a las monedas de los mercados emergentes y en desarrollo aumentará las presiones sobre la inflación y la deuda, dijo el FMI en su panorama mundial de esta semana.

En Pakistán, devastado por las inundaciones, las medidas del gobierno para evitar la salida de divisas hicieron que los contenedores con alimentos como garbanzos y otras legumbres se acumularan en los puertos el mes pasado, haciendo que los precios subieran, según Muzzammil Rauf Chappal, presidente de la Asociación de Cereales de Pakistán.

La situación se alivió tras el nombramiento del nuevo ministro de finanzas, que se comprometió a liquidar las transacciones pendientes de las empresas que se han retrasado por la escasez de dólares en su mercado interbancario.

Una situación peligrosa

La situación era bastante peligrosa”, dijo Chappal, cuya empresa es la mayor importadora de trigo del sector privado del país. “Esperábamos que el país se enfrentara a una grave crisis de cereales”.

En Egipto, uno de los principales importadores de trigo del mundo, la escasez ha afectado a los molinos del sector privado que suministran harina para el pan que no forma parte del programa de subvenciones del país.

Alrededor del 80% de los molineros se han quedado sin trigo y han interrumpido sus operaciones, ya que unas 700.000 toneladas de granos permanecen atascadas en los puertos del país desde principios del mes pasado, según la Cámara de la Industria Cerealista. El Ministerio de Abastecimiento dijo el miércoles que proporcionaría trigo y harina a los molinos y fábricas de pasta del sector privado.

Sanfeliu, de Cargill, dijo que espera que el flujo comercial mundial de trigo se reduzca hasta un 6% en los próximos meses, y que los flujos de maíz y harina de soja caigan hasta un 3%, ya que los países en desarrollo luchan por pagar los alimentos y los piensos.

En Bangladesh, el conglomerado empresarial Meghna Group of Industries podría verse obligado a reducir la cantidad de trigo que tenía previsto importar antes de que estallara la guerra, en medio de un aumento de al menos el 20% de los costes de importación de trigo debido a la fortaleza del dólar, declaró Taslim Shahriar, responsable de compras de la empresa.

“Las fluctuaciones monetarias están generando enormes pérdidas para la empresa”, dijo Shahriar. “Nunca habíamos visto esto antes”.

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