Salario mínimo en Colombia: gremios destapan sus cartas y lanzan primeras propuestas

Las discusiones sobre el salario mínimo empiezan a tomar forma y desde ya se anticipa que será un pulso fuerte en medio de la escalada de la inflación y la pérdida de poder adquisitivo

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Bogotá — Aunque lo están manejando con extrema cautela, los gremios en Colombia ya han activado las discusiones con respecto al salario mínimo que tendrá el país el próximo año luego de que el Gobierno adelantara que este podría ubicarse en cerca de $1.110.000 (unos US$240).

El debate sobre el futuro del salario mínimo del próximo año será especialmente coyuntural debido a que la inflación colombiana llegó al 11,44% anual en septiembre, su mayor nivel en 23 años, por lo que las centrales de trabajadores le apuntarían a que la subida esté por encima de esa tasa.

La evolución de la inflación limita a muchos empresarios a ofrecer una expectativa sobre el aumento del salario mínimo desde ahora, ya que mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que cerrará este año en un 9,7%, entidades financieras como Bancolombia apuntan a que se ubicará en un 12%.

Entre tanto, de acuerdo a la Encuesta Mensual de Expectativas Económicas de los analistas consultados por el Banco de la República, la inflación podría rematar el año en 11,22%. Y el informe de Política Monetaria, que hace el equipo técnico del Emisor, plantea que “la inflación continuaría elevada y finalizaría en un 9,7%, pero a lo largo de 2023 empezaría a ceder para cerrar el año en el 5,7%”.

De hecho, la mayoría de las apuestas de los empresarios consultados por Bloomberg Línea se inclinan a que el salario mínimo debe subir solo un par de puntos por encima de la inflación y advierten que es importante esperar a que se conozca el dato de productividad.

Por ejemplo, el gerente general de la Federación Colombiana de Productores de Papa (Fedepapa), Germán Augusto Palacio, dijo a Bloomberg Línea que el incremento del salario mínimo “debe ser igual al IPC más dos puntos por productividad”.

Mientras que el director ejecutivo de la Federación Nacional de Industriales de la Madera, Juan Miguel Vásquez, dijo que seguramente la discusión “partirá de unas expectativas adaptativas por la inflación del 2022 + 1% de productividad, es decir cerca al 15%”.

“Concentrarse en ello es justo pues reconoce una pérdida de valor adquisitivo de las familias, pero no enfrenta racionalmente el problema de estanflación mundial del 2023. La discusión es cuál debería ser el escenario de inversión empresarial que amortigüe y genere riqueza social, y este actualmente se ve muy limitado por la reforma tributaria en actual discusión”, complementó.

El salario mínimo mensual se encuentra regulado a través del Código Sustantivo del Trabajo para garantizar el derecho de todo trabajador a sufragar las necesidades básicas propias y de su familia y corresponde negociarlo dentro de la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales (CPCPSL), integrada por representantes del Gobierno nacional, de los empleadores y los trabajadores, explica a Bloomberg Línea la presidenta de Aliadas, María Claudia Lacouture.

La reforma tributaria

Transversal a este tema de la inflación, se tiene que el Gobierno está tramitando la reforma tributaria para estabilizar las finanzas públicas del país y varios gremios se han mostrado críticos frente a varios puntos del proyecto, lo que le imprimiría más presión a estas discusiones con las centrales de trabajadores.

Por ejemplo, las compañías agremiadas en el Consejo de Empresas Americanas (CEA) se mostraron críticas frente a la derogatoria de un artículo que implementaba una de las obligaciones del TLC referente a los envíos urgentes de hasta US$200.

Otras de sus preocupaciones de estas empresas frente a la reforma tributaria se centran en la presunta afectación al sector de carbón y petróleo, y el “trato diferencial” a las empresas extranjeras (Presencia Económica Significativa) que operan en la economía digital.

El director del Departamento Nacional de Planeación, Jorge Iván González, manifestó en una reciente entrevista con Bloomberg Línea que el país no se puede “desbordar en el aumento del salario mínimo” y reiteró que debe haber un equilibrio para “evitar un deterioro de la calidad de vida de las personas”.

“Hay otro componente que es la productividad. Obviamente uno soñaría con que cada año la capacidad de compra de los hogares mejore, pero ese es un compromiso también colectivo. No nos podemos desbordar en el aumento del salario, pero tampoco podemos aceptar que las condiciones de vida de la población se deterioren. Entonces yo creo que ese es un reto”, dijo.

Las apuestas de los gremios

La líder de Aliadas, la alianza de 35 asociaciones y gremios de diversos sectores de la economía colombiana, recordó que en caso de no haber un acuerdo “el Gobierno está facultado a establecer el valor según criterios que garanticen la estabilidad económica, el control inflacionario y el poder adquisitivo”.

“Es un ejercicio de equilibrista en el que debe primar la sensatez”, señaló María Claudia Lacouture, quien reconoce que “no es un asunto fácil, porque es muy difusa la línea entre lo justo y lo debido”.

En este sentido, dijo que se requiere un balance entre “lo que necesitan y merecen los trabajadores y lo que pueden sus empleadores; entre lo que desea el Gobierno y lo que puede un Estado para mantener bajo equilibrio las finanzas públicas y el poder adquisitivo de sus ciudadanos sin desencadenar una inflación escalonada que pueda salirse de control”.

La directora ejecutiva de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi), María Alejandra Osorio, dijo a Bloomberg Línea que las afectaciones globales de la economía van a golpear la economía colombiana inevitablemente.

“Encarecimiento de materias primas, inflación, costos logísticos son algunos elementos de contexto. Se piensa que la negociación debe oscilar sobre el incremento inflacionario, pero sin subir mucho más de allí”, dijo la líder gremial.

Complementó que “la situación de las mipymes hoy no es la mejor y con el choque externo que se avecina los empresarios ven con preocupación la perspectiva económica, aún cuando el Ministerio Hacienda desestima esa posibilidad”.

En el 33° Simposio Mercado de Capitales, el presidente de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria), Hernando José Gómez, manifestó que si bien es temprano “para agitar el tema de las cifras”, es claro que “el salario mínimo va a tener que ajustarse al menos a la inflación observada para retornar la capacidad de consumo de los hogares que dependen de esos salarios más bajos”.

“Pero indudablemente en un escenario en el cual la expectativa es de una caída en el ritmo de crecimiento de la actividad económica, pues tenemos que ser muy prudentes frente a cuánto se puede incrementar el salario mínimo más allá de la inflación”, dijo.