Bloomberg — Funcionarios británicos están discutiendo la manera de dar marcha atrás con el amplio plan de la primera ministra británica, Liz Truss, de recortar impuestos sin financiación alternativa. Esto en medio de fuertes presiones de los mercados financieros y miembros del Partido Conservador para recuperar credibilidad económica.
Los funcionarios están generando opciones para Truss, pero no se han tomado decisiones finales para cualquier marcha atrás, dijo a Bloomberg una persona con conocimiento del asunto. La persona pidió no ser identificada para hablar sobre discusiones privadas.
También están esperando a que el ministro de Hacienda del gobierno, Kwasi Kwarteng, vuelva a Londres desde Washington, donde ha estado participando en la reunión anual del FMI, dijo la persona.
La libra se disparó y fortaleció casi 2%, los bonos británicos extendieron su subida y los rendimientos de aquellos a 30 años cayeron 46 puntos básicos, a 4,36%.
Uno de los aspectos que se están analizando es el plan de congelación del impuesto de sociedades en el Reino Unido para el próximo año. Según una estrategia establecida por el anterior gobierno conservador, el impuesto sobre las empresas debía aumentar del 19% al 25% en abril. Pero la supresión de esta medida fue una de las principales de los planes fiscales de Kwarteng, anunciados el 23 de septiembre.
El paquete de medidas ha agitado los mercados, llevando a la libra esterlina a un mínimo histórico frente al dólar y obligando al Banco de Inglaterra a intervenir en el mercado de bonos para evitar un colapso. También dejó un agujero en las arcas públicas que el influyente Instituto de Estudios Fiscales estima en 60.000 millones de libras.
Después de que Kwarteng y Truss dieran marcha atrás en una de las medidas del llamado minipresupuesto -la promesa principal de eliminar la tasa del 45% del impuesto sobre la renta de los que más ganan en el Reino Unido-, ahora se enfrentan a peticiones para que den marcha atrás en más recortes fiscales, entre los que destaca el del impuesto de sociedades. Cuando Kwarteng dio a conocer esa medida el mes pasado, el Tesoro estimó que costaría 67.500 millones de libras en cinco años, es decir, más de 13.000 millones de libras al año.
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