Buenos Aires — La lluvia de dólares de la soja quedó atrás y ahora la sequía amenaza en el frente cambiario. Luego del éxito de liquidación que significó la puesta en marcha del “Programa de Incremento Exportador” en septiembre, que llevó al complejo sojero a ingresar US$8.123 millones y le permitió al Banco Central (BCRA) sumar US$4.966 millones, llegó el tiempo de “cuidar los dólares”, tal como anunció hace unos días el ministro de Economía, Sergio Massa.
Es que el éxito del programa que le permitía a los sojeros obtener $200 por cada dólar exportado, al menos en materia cambiaria, implicó un adelanto de exportaciones. Al obtener por un precio más alto por su cosecha, los exportadores de soja liquidaron en septiembre dólares que no ingresarán en estos últimos tres meses del año.
El problema con ello es que la sequía que afecta a buena parte del país impactó de lleno en la cosecha de trigo y ya está atrasando la siembra del maíz y la soja para la cosecha entrante. Esto implica que el “puente cambiario” que supone el ingreso de divisas de la cosecha fina de trigo podría quedarse corto.
Emilce Terre, jefa de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario, aporta cifras que permiten dimensionar el impacto de esta sequía. Según explica, para esta campaña de trigo están estimando que se van a exportar unas 10 millones de toneladas, por lo que la cosecha del 2022-2023 sería la más baja desde 2015-2016.
Dicha cifra implicaría que las exportaciones de trigo caerían 33% respecto de los niveles de la campaña anterior.
En ese contexto se entiende por qué Massa anunció, junto con los resultados del llamado dólar soja, la necesidad de cuidar ahora esos dólares. Para ello, de hecho, el Gobierno ya empezó a tomar cartas en el asunto.
Ajustando el torniquete cambiario
El martes, a través de la Resolución 26/2022, la Secretaría de Comercio eliminó licencias automáticas de importación para artículos que, según indicó el equipo económico, “no representan necesidad ni urgencia para su ingreso al país”. Entre ellos, pueden encontrarse desde pañales hasta palos de golf, pasando también por hidrolavadoras o esquíes.
La AFIP y la Aduana también dieron un paso en ese sentido, al endurecer los controles. Incluso, el miércoles Carlos Castagneto y Guillermo Michel pasaron por la Cámara de Diputados y reconocieron que ya son más de 1000 las empresas bajo investigación por supuesta triangulación, y hubo más de 2500 intimaciones a argentinos por cuentas no declaradas en el exterior.
Pero además, el Gobierno ya prepara un nuevo esquema para dejar atrás el Sistema Integral de Monitoreo de las Importaciones (SIMI) para aplicar mayores controles a los productos que ingresan al país.
Larga vida al cepo
Joaquín Pastor, economista de P&L, cree que tras el fuerte ingreso de divisas de la soja es probable que el Gobierno deba seguir aplicando el enfoque administrativo de la balanza de pagos. “El mensaje de pasar casi la mitad de las importaciones a licencia no automática está marcando el camino. No les sobra nada como para liberar importaciones”, explicó.
La variable de ajuste, por lo tanto, seguirá siendo la salida de divisas para importaciones, lo que impactará en el nivel de actividad. Es que dentro del Gobierno no parece haber lugar hoy para quienes plantean la posibilidad de equilibrar la balanza comercial mediante una devaluación.
“A diferencia de aquellos que creen que los problemas de la Argentina se arreglan mágicamente por una devaluación, nosotros entendemos que hay que tener responsabilidad porque cambiar de un día para el otro el valor del tipo de cambio representa empujar a 20 puntos de argentinos a la pobreza”, respondió hace 10 días Sergio Massa ante la consulta de si podía haber un salto del tipo de cambio.
Martín Vauthier, director de Anker Latinoamérica, cree que “con este nivel de tipo de cambio real no hay superávit posible”, y por ello considera que “es difícil que pueda haber algún tipo de apertura”.
“Ya sin el dólar soja, los flujos por la cuenta corriente cambiaria son negativos para el Banco Central. Por eso, de no haber una corrección en el tipo de cambio real, probablemente la administración de las reservas se va a tener que seguir haciendo con un cepo muy estricto”, expresó.
Es que para el economista, pese a la reciente recomposición, el nivel actual de reservas netas todavía es escaso. Por eso es que marca que “ahora el BCRA deberá administrar esas reservas y es difícil que pueda aflojar el cepo, en especial teniendo en cuenta que la cosecha de trigo viene golpeada por la sequía”.