Bogotá — El aumento generalizado en los precios (inflación) está en constante crecimiento en la mayoría de países del mundo después de la crisis del 2020, sumado entre otras razones a temas logísticos, de producción y climáticas, lo cual está haciendo que el dinero no alcance para comprar lo mismo que antes.
Síguenos en las redes sociales de Bloomberg Línea Colombia: Twitter, Facebook e Instagram
Ante esta situación, las entidades encargadas de controlar la inflación (bancos centrales) están subiendo las tasas de interés y Colombia no es ajena a ese panorama. Desde septiembre de 2021 el banco central colombiano empezó a subir sus tasas desde el mínimo histórico (1,75%) hasta el 10% actual, para intentar contener el repunte inflacionario que se empezó a observar y que hoy en día se mantiene en niveles históricos.
Luego de que la inflación colombiana cerrara en 1,61% en 2020, la más baja de la historia estadística del Dane, los precios repuntaron a 5,62% en 2021, fuera del rango que tranquiliza al Banrep (2% - 4%). Y en septiembre de 2022 el indicador rompió un nuevo récord a 11,44%, cifra no vista desde inicios de 1999.
¿Por qué el Banrep sube las tasas?
Primero, en términos sencillos, hay que recordar que la tasa de intervención de política monetaria del Banco de la República sirve de referencia para otros créditos pues es la tasa a la que el banco central le presta al resto de bancos. Si el Emisor sube sus tasas es señal de que hay demasiado dinero circulando en la economía, mientras que si la disminuye indica lo contrario, que hay poco.
Cuando la tasa baja se hace más barato endeudarse y menos atractivo guardar el dinero o ahorrarlo, lo cual se traduce en mayor consumo, empleo y producción.
No obstante, si el consumo sobrepasa la oferta de bienes y servicios disponibles o si hay choques externos que inciden en dicha oferta, los precios suben y eso se traduce en mayor inflación, lo que significa que el dinero no alcanza para lo mismo que antes afectando principalmente a los más vulnerables que deben destinar más recursos para adquirir bienes y servicios básicos.
Si la inflación está subiendo demasiado, se toman medidas para intentar controlarla y una de esas es la subida de tasas de interés del BanRep que a la final se traduce en el encarecimiento del crédito, razón por la que la gente procura no pedir prestado. Ello lleva a una disminución del consumo, además de incentivar el ahorro.
Según expertos uno de los contras de subir las tasas es que se puede ralentizar el crecimiento económico trayendo consigo otros efectos, como menor dinamismo en el empleo. Pese a esto, desde el Banco de la República dicen que eso es un mito.
“Estas acciones, que pueden ser impopulares y no son fáciles de entender, buscan frenar impactos más adversos para el crecimiento económico en el mediano y largo plazo por los efectos tan nocivos de una inflación alta en el país”, explican a través de un post en su cuenta de Twitter.