Bloomberg — Este martes, Japón hizo una rara advertencia pública a sus ciudadanos. El gobierno difundió un aviso de que un misil norcoreano se dirigía hacia el norte del país. “Se ha lanzado un misil, se ha lanzado un misil”, fueron algunas de las advertencias que se leyeron en la televisión, en la que solo se mostraba una pantalla negra con texto blanco.
El mensaje advertía a los residentes de las zonas menos pobladas de algunas islas remotas -parte de Tokio, así como de las prefecturas de Hokkaido y Aomori- que se pusieran a salvo de un misil lanzado desde Corea del Norte.
De acuerdo con el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur, parecer ser que Corea del Norte disparó un misil balístico de alcance intermedio a las 7:23am (hora Japón) desde la provincia de Jagang, que sobrevoló Japón y habría caído en aguas del este del país. El portavoz del gobierno japonés, Hirokazu Matsuno, señaló en una sesión informativa que no había informes de daños; mientras que el primer ministro Fumio Kishida condenó el lanzamiento.
Este sería el primer misil sobre Japón desde 2017 y el de mayor alcance que lanzado por Corea del Norte desde el pasado mes de mayo. El lanzamiento se produce luego de que Pyongyang disparara a finales de septiembre una de sus mayores andanadas de misiles en una semana bajo el mandato de Kim Jong-Un.
Las tensiones sobre el programa nuclear de Kim han aumentado y se teme que puedan haber más provocaciones en el futuro, ya que Estados Unidos, Japón y Corea del Sur han advertido que el régimen de Kim se está preparando para probar su primer dispositivo nuclear desde 2017. Kim ha ignorado los llamamientos de Estados Unidos para volver a las estancadas conversaciones de desarme nuclear y ha disparado misiles balísticos desafiando las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, mientras la atención se desvía hacia la guerra de Rusia en Ucrania.
La presión de Estados Unidos para aislar a Rusia por la guerra de Vladimir Putin, junto con la creciente animosidad hacia China, ha permitido a Kim reforzar su disuasión nuclear sin temor a enfrentarse a más sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU. Es casi imposible que Rusia o China, que tienen poder de veto en el consejo, apoyen cualquier medida contra Corea del Norte como lo hicieron en 2017 tras una serie de pruebas armamentísticas que llevaron al expresidente Donald Trump a advertir de “fuego y furia”.
Ambos países vetaron a finales de mayo una resolución del Consejo de Seguridad redactada por EE.UU. para aumentar las sanciones a Corea del Norte por sus pruebas de misiles balísticos este año.
Corea del Norte ha hecho coincidir las pruebas armamentísticas con los acontecimientos políticos. Los últimos lanzamientos coincidieron con una visita a Japón y Corea del Sur de la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris, así como con la llegada del grupo del portaaviones USS Ronald Reagan a Corea del Sur para realizar ejercicios conjuntos. Corea del Norte lleva décadas erizando la piel ante las maniobras militares de Estados Unidos y Corea del Sur, calificándolas de preludio de una invasión.
--Con la ayuda de Jeong-Ho Lee y Ryotaro Nakamaru.