Bloomberg — Para los investigadores de la Universidad de Nuevo México en Albuquerque, el impacto de la minería del bitcoin (XBT) sobre el clima es equiparable al de la cría de reses o la utilización de gasolina. Esto en relación con el valor del mercado que tienen estas tres áreas.
El minado de criptodivisas es un proceso que requiere un gran consumo energético, puesto que precisa de computadoras sumamente sofisticadas. Gran parte de la energía que se consume proviene de la utilización de combustibles fósiles. Un artículo publicado este jueves en Scientific Reports (Reportes Científicos) revela que los daños económicos asociados al clima ocasionados por la minería del popular token digital bitcoin excedieron su valoración en el mercado en el 6,4% de los días en los que se negoció entre los años 2016 y 2021.
La investigación ha determinado el costo climático de la actividad minera de bitcoin en relación con su cotización media en el mercado, y lo ha contrastado con el de materias primas como el petróleo, el oro o la carne de vacuno. Esto quiere decir que los valores no representan las emisiones totales de estas actividades, que serían muy superiores, sino su incidencia relativa.
Las consecuencias para el clima derivadas de la obtención de oro, al que suele compararse el bitcoin, ascienden a tan solo el 4% de su precio medio en el mercado durante un año cualquiera, mientras que en el caso de la criptodivisa más popular del mundo es del 35% entre 2016 y 2021. Además, la repercusión sobre el medio ambiente se ha incrementado a medida que el mercado de las criptodivisas ha ido evolucionando, cuestionando la viabilidad total del negocio.
“Si bien los defensores han ofrecido (bitcoin) como representación del ‘oro digital’, desde la perspectiva de los daños climáticos, funciona más como ‘crudo digital’”, dijeron los investigadores, señalando la necesidad de encontrar formas más eficientes de producir los tokens, o aumentar la regulación.
La minería de bitcoin, que representa aproximadamente el 41% del mercado mundial de criptomonedas, consumió más energía de la que se utilizó para abastecer a países enteros como Austria o Portugal en 2020. La minería de monedas bitcoin, ether (XET), litecoin y monero generó entre 3 y 15 millones de toneladas métricas de las emisiones de dióxido de carbono desde enero de 2016 hasta junio de 2018, según una investigación citada por el artículo. Eso equivale a las emisiones de Afganistán, Eslovenia o Uruguay en 2018.
La huella de carbono de bitcoin también crece con el tiempo porque, para extraer nuevas monedas, varios mineros compiten para verificar las transacciones en la blockchain. El hecho de que un número cada vez mayor de mineros compita para resolver operaciones cada vez más difíciles significa que el uso general de energía aumenta.
Es por eso que un bitcoin extraído en 2021 habría emitido alrededor de 113 toneladas métricas de CO₂ equivalente, 126 veces más que uno extraído en 2016, según los investigadores. El documento estima el valor económico de ese daño en US$11.314 por un solo bitcoin extraído el año pasado, mientras que el valor de los daños climáticos totales generados por todos los bitcoins extraídos entre 2016 y 2021 podría haber sido tan alto como US$12.000 millones.
En los últimos meses, la caída de los márgenes de beneficio de la minería de bitcoin ha empujado a los mineros a operar máquinas más eficientes, un movimiento que resultó en una disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero de la industria, según un informe diferente a principios de esta semana. Se estima que las emisiones de este año serán un 14,1% más bajas que las de 2021, lo que representa aproximadamente el 0,1 % de las emisiones humanas a nivel mundial y aproximadamente la mitad de lo que generan las empresas mineras de oro en términos absolutos.
Los mineros de criptomonedas también están intensificando sus esfuerzos para obtener una mayor parte de la energía que consumen de fuentes renovables como la geotérmica, la hidroeléctrica, la solar y la eólica. Investigadores de la Universidad de Albuquerque realizaron una simulación y concluyeron que, si las energías renovables como la eólica y la solar hubieran representado el 88,4% de la cantidad total de energía utilizada para extraer bitcoin entre 2016 y 2021, los daños climáticos se habrían reducido a solo el 4% del precio promedio del mercado.
Otra forma de reducir el impacto climático es cambiar a un mecanismo diferente para verificar las transacciones y producir monedas. Ether, la segunda criptomoneda más grande, este año pasó a un mecanismo llamado Proof of Stake (PoS, prueba de participación), que según el estudio debería reducir su uso de energía estimado en más del 99%.
Lea más en Bloomberg.com