Fugas de gas del Nord Stream pueden ser un desastre climático “nunca antes visto”

Se desconoce la razón de las tres fugas registradas prácticamente a la vez, aunque algunos funcionarios de Alemania y los Estados Unidos han señalado que el suceso parece un acto de sabotaje

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Bloomberg — En el Mar Báltico, la piscina de 700 metros de ancho de agua efervescente provocada por la ruptura de tres enlaces del enorme gasoducto Nord Stream augura una catástrofe climática.

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De las tres principales fugas de gas producidas en los ductos que enlazan Rusia con Alemania, esta es la que más se aprecia. La comunidad científica está tratando de establecer el volumen de metano, considerado uno de los gases de efecto invernadero más fuertes, que ha sido liberado en la atmósfera. El temor es que pueda ser una de las peores fugas de gas de todos los tiempos.

Aunque se desconoce la razón de las tres fugas registradas prácticamente a la vez, algunos funcionarios de Alemania y los Estados Unidos han señalado que el suceso parece un acto de sabotaje.

A pesar de que el Nord Stream 1 se paralizó y el Nord Stream 2 ni siquiera se puso en marcha, ambos albergaban gas natural a presión, que en su inmensa mayoría es metano.

“Dado que, durante veinte años, una tonelada de metano tiene un impacto climático más de 80 veces mayor que el CO₂, el potencial de un evento de emisión masivo y altamente dañino es muy preocupante”, dijo David McCabe, científico principal de Clean Air Task Force (Grupo de Trabajo de Aire limpio), una organización climática sin fines de lucro. “Hay una serie de incertidumbres, pero, si estos oleoductos fallan, el impacto en el clima será desastroso e incluso podría no tener precedentes”.

Estimar la cantidad precisa de metano que se ha escapado a la atmósfera es una tarea extremadamente desafiante. Muchos de los llamados eventos de super emisión (grandes descargas continuas de metano) son capturados por imágenes satelitales sobre tuberías terrestres o sitios de producción de combustibles fósiles. Pero capturar datos precisos sobre el agua es mucho más desafiante dada la luz que se refleja en la superficie.

Hay una serie de otras incertidumbres clave: cuánto gas había en las tuberías en ese momento, a qué temperatura y presión se mantenía, y qué tan grande era la ruptura en las tuberías. Incluso cuando el gas escapa, es probable que parte se haya disipado en el agua, pero eso también depende de la densidad de vida microbiana, así como de la profundidad. Para obtener lecturas precisas, un avión probablemente tendría que tomar medidas desde el aire.

A pesar de eso, los científicos en las redes sociales se apresuraron a hacer algunos cálculos sobre cuánto metano podría haber escapado. Andrew Baxter, director de estrategia energética del Fondo de Defensa Ambiental (Environmental Defense Fund), estimó que se escaparon unas 115.000 toneladas de metano, equivalentes a unos 9,6 millones de toneladas de dióxido de carbono. En términos reales, ese es el mismo impacto climático que las emisiones de 2 millones de autos a gasolina en el transcurso de un año, o dos y media centrales eléctricas de carbón.

Si eso está cerca de ser exacto, sería una de las mayores fugas de metano de la historia. La mayor liberación conocida en los EE.UU. ocurrió en la instalación de almacenamiento de gas en Aliso Canyon, Los Ángeles, en 2015, donde se emitieron aproximadamente 97,100 toneladas métricas de metano durante varios meses. En comparación, las fugas de Nord Stream pueden haber ocurrido en el transcurso de varias horas.

La expulsión de metano se produce en medio de una creciente conciencia pública de sus efectos sobre el clima. En la cumbre COP26 en Glasgow, Escocia, más de 100 países se comprometieron a reducir drásticamente las emisiones. La Unión Europea también está en el proceso de legislación que aumentaría la obligación de las empresas de reducir la quema de gas, realizar inspecciones periódicas para detener las fugas y aumentar la transparencia de las fugas asociadas con las importaciones.

En un evento en el Parlamento Europeo el martes por la noche para lanzar la “semana del metano”, los legisladores, científicos y ambientalistas discutieron cómo medir la escala de la fuga, pero coincidieron en una cosa: es probable que sea un desastre ambiental. La co-negociadora principal del grupo Verde para la regulación del metano del bloque, Jutta Paulus, señaló con el dedo firmemente hacia Rusia, la misma semana en que se inauguró el Oleoducto Báltico, que conecta Noruega con Polonia.

No creo que sea una coincidencia que esto haya sucedido el día en que se inauguró el oleoducto del Báltico”, dijo Paulus en el evento. El presidente Vladimir Putin nos dice “asegúrense de saber lo que están haciendo cuando nos aplican más sanciones. Tenemos que utilizar todas las posibilidades para aplicar la eficiencia energética y aumentar las energías renovables”.

Con la asistencia de Vanessa Dezem y Aaron Clark.

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