Bloomberg — Las pérdidas en la renta variable de los mercados emergentes han sobrepasado a las que se registraron durante el momento crítico de la pandemia de Covid-19 en 2020, en tanto que el debilitamiento de las divisas y de los bonos en moneda fuerte también superó el monto de las pérdidas registradas durante la crisis global de 2008.
Todos los tipos de activos de mercados emergentes se encaminan a mostrar rendimientos negativos en 2022, ya que la reticencia al riesgo a nivel mundial está borrando miles de millones de dólares de las valuaciones.
La renta variable se ha derrumbado ante el deterioro de las expectativas de crecimiento global tras las enérgicas subidas de tasas de interés anunciadas que buscan contener la inflación más elevada en una generación. Asimismo, los problemas geopolíticos, que van desde la invasión rusa a Ucrania hasta las cada vez mayores diferencias entre EE.UU. y China, apartan a los inversores de los mercados de con mayor riesgo.
“Los mercados de los países en desarrollo se mantienen sometidos a presión por el encarecimiento del costo del crédito, una liquidez mundial que se está acabando y una gama de dificultades exteriores, entre las cuales se cuentan los aspectos adversos de la guerra contra Ucrania y los malos resultados económicos chinos”, señaló el director de investigación económica de mercados emergentes de AllianceBernstein, con sede en Londres, Adriaan du Toit. “Si a esta ecuación se le añade la constante solidez del dólar de Estados Unidos, es aún más complicado vislumbrar un cierto remedio para los valores de los mercados de economías emergentes por el momento”.
El índice Bloomberg Emerging Market Hard Currency, un emblemático indicador de referencia de la deuda que incluye deuda denominada en dólares de emisores soberanos, cuasi soberanos y corporativos, ha caído un 22% desde su máximo de septiembre de 2021. Se trata de la mayor contracción frente a un máximo desde 2008. Equivale a una caída en el valor de mercado del índice de alrededor de US$670.000 millones. En términos anuales, el indicador ha perdido un 5%, la mayor caída desde 1994.
El fortalecimiento del dólar, la caída implacable del yuan y la guerra en Ucrania han sido una combinación tóxica para las monedas emergentes. El indicador MSCI de monedas de mercados emergentes ha caído alrededor de un 4% desde finales de agosto, rumbo a su mayor pérdida mensual en más de una década. Y se ha debilitado alrededor de un 9% este año, superando la caída récord de 8,7% registrada durante la crisis de 2008.
El índice MSCI para acciones de mercados emergentes ha caído un 29%, rumbo a registrar el peor año desde 2008. Solo en el último mes, el indicador ha reducido en alrededor de US$1,68 billones de su valor. El índice de fortaleza relativa en el gráfico mensual está por debajo de 30, un nivel que sugiere que está “sobrevendido”.
“El contexto global continúa a flote en un equilibrio muy frágil entre los temores a una caída del crecimiento global y datos macroeconómicos que aún muestran resiliencia en EE.UU. y otros lugares”, señaló Cristian Maggio, titular de cartera y estrategia ESG (por sus siglas en inlgés, ambiental, social y de gobernanza corporativa) de TD Securities. “Las correcciones repetidas del mercado no solo son posibles, sino que también es muy probable que ocurran nuevamente”
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