San Salvador — Hay tres factores que se destacan a la hora de analizar el difícil escenario para controlar la inflación en las economías más pequeñas de América Latina y el Caribe, según un análisis del Fondo Monetario Internacional (FMI) en un artículo en su blog. En concreto, son una menor diversificación, una mayor dependencia de importaciones y niveles más altos de deuda pública.
Existe “la posibilidad un shock inflacionario de larga duración” cuya potencial intensidad y duración no es clara, planteó el documento, firmado por los funcionarios regionales Emine Boz, Ilan Goldfajn, Jaime Guajardo y Metodij Hadzi-Vaskov.
El FMI abordó los casos de Centroamérica y el Caribe (CAPRD) a partir de las experiencias de Panamá y República Dominicana. En Sudamérica, tomó en cuenta a las economías más pequeñas: Bolivia, Ecuador, Paraguay y Uruguay.
“Durante el primer semestre de 2022, la inflación alcanzó niveles no observados en varias décadas en muchos de estos países. Los últimos datos de inflación disponibles para agosto muestran que la inflación general anual superó 9% en la región de CAPRD y 6% en las economías más pequeñas de América del Sur”, detalló el organismo.
Ante este escenario, el Fondo recomendó a las autoridades de las pequeñas economías seguir tres principios generales para “navegar en estos tiempos turbulentos”:
- Los precios internos deben ajustarse a los precios internacionales mientras se provee apoyo temporal y focalizado a la población más vulnerables fortaleciendo las redes de protección social
- Si no es posible aplicar medidas focalizadas, implementar mecanismos de suavización de precios siempre y cuando tengan claras estrategias de salida
- Considerar medidas compensatorias de gasto o impuestos para limitar el impacto fiscal general
La inflación en las economías pequeñas de la región
Los principales desafíos para enfrentar la inflación en los países más pequeños giran en torno a que están menos diversificados, dependen más de importaciones y tienen un margen de política más limitado, analizó el artículo.
“Los hogares más pobres son los que más se han visto afectados, y la inseguridad alimentaria está aumentando”, señaló el organismo. Los rubros de alimentos y combustibles destacan por su mayor impacto en la inflación general.
A diferencia de las grandes economías que suelen echar mano de las tasas de política monetaria para contener la inflación, no todas las economías pequeñas tienen margen para implementar medidas similares.
Con herramientas de política monetaria más estrechas, estas naciones suelen han dirigido la mitad de sus programas fiscales a la atención de la población más vulnerable, con medidas generalmente anunciadas como temporales.
“La magnitud de las medidas fiscales ha variado según las economías: ha sido mayor en las economías con ponderaciones más altas de los alimentos y el transporte en la canasta de su índice de precios al consumidor (IPC), redes de protección social más débiles o ingresos per cápita más bajos”, analizó el FMI.