Buenos Aires — Excelerate Energy (EE) es una compañía estadounidense fundada en 2003 que brinda soluciones en Gas Natural Licuado, desde unidad flotante de almacenamiento y regasificación a terminales de GNL y también desarrollo, ingeniería, construcción, instalación y operación.
Este año y tras un proceso que se inició en 2020, la compañía salió a la bolsa de Nueva York, en un contexto complejo por el impacto que la invasión rusa en Ucrania tuvo en la matriz energética mundial y frente a una alta volatilidad en los mercados, producto de las subas de tasas de los distintos países para frenar la inflación.
En ese contexto, la vicepresidenta para Latinoamérica de Excelerate, y general manager para Argentina, Gabriela Aguilar, recibió a Bloomberg Línea en las oficinas en Buenos Aires y analizó el escenario que enfrenta la compañía y los proyectos en el país.
El primer contacto entre Excelerate y Argentina fue en 2008, con el barco de Bahía Blanca que abandonó el puerto bonaerense en 2018. Actualmente la empresa sostiene el barco de regasificación en Escobar y analiza proyectos para exportar GNL.
Sobre las oportunidades que tiene Argentina en esta materia, Aguilar sostiene que “es una enorme oportunidad y ventana para tomar estas decisiones”, pero que deben darse “condiciones que acompañen a la industria en su conjunto a largo plazo”.
Estamos ante la ventana de oportunidad que tiene Argentina para posicionarse como el proveedor de gas y energía eléctrica regional pero también para Europa y el resto del mundo.
Gabriela Aguilar, vicepresidenta de Excelerate Energy para Latinoamérica
La siguiente conversación fue editada por motivos de extensión y claridad
Este año Excelerate salió a la bolsa. Desde la salida en abril, la acción registra una variación negativa algo superior al 3%. ¿Cuál es el balance que hacen desde la compañía?
La compañía siempre fue creciendo. Fue capitalizada, pero fue creciendo no solo en cantidad de barcos (que era uno y hoy son diez y prospectos de tener más), y en el camino cambió también la estrategia, de ir adaptándose a los cambios en el sector energético y las necesidades respecto al GNL. Con este crecimiento vinieron los mercados y nos exigieron también vender el downstream de gas. Para llevar adelante todo esto se se necesita capital, capital para inversión. El sueño de salir a la bolsa estaba siempre presente hasta que se empezó a trabajar fuertemente en el 2020 y salir a la bolsa en el 2022. No imaginábamos el contexto que se iba a tener. Se atrasó por cuestiones mundiales. El objetivo fue el crecimiento. Estamos contentos con el resultado, no estaba saliendo a la bolsa ninguna compañía energética. Esa baja tiene más que ver con el contexto que con la acción de Excelerate, que no está por debajo del valor en el que salió inicialmente.
¿Qué se puede esperar del invierno europeo y cuál será el rol de la empresa?
Siempre hablamos de seguridad energética e independencia energética. Eso estaba presente pero nunca fue tan palpable luego de lo que fue la invasión rusa en Ucrania, en la cual los países de Europa se vieron con estos dos conceptos de frente. Claramente el gas ruso era un beneficio en términos económicos, pero la cuestión de la independencia tiene un valor importante. El rol de Excelerate ─y de otras compañías que brindan este servicio─ es el de demostrar que estos barcos, sumado al valor agregado, también son muy importantes.
¿Y qué papel pueden jugar los países de Latinoamérica productores de energía?
Argentina tiene un rol central, con las reservas que tiene, es la ventana de oportunidad que tiene Argentina para posicionarse como el proveedor de gas y energía eléctrica regional pero también para Europa y el resto del mundo. Tenes a Europa con una demanda que van a estar necesitando, independientemente de lo que suceda con el gas ruso. Tenés una situación de un Brasil con un 64% de matriz energética hidráulica pero con una intención de balancear y tener una base más térmica, que puede ser con gas propio, con el desarrollo offshore, pero hoy se prioriza la reinyección de ese gas natural para apalancar la producción de petróleo. Bolivia está declinando, que es una cuestión más geológica. Tenes un principio de cómo evolucionará el suministro de gas de Bolivia. Y acá aparece la oportunidad argentina de suplir ese gas natural a la región, vía gasoducto pero también a través de GNL.
¿Cómo están las operaciones de la empresa en Argentina?
La primera operación en el país fue en Bahía Blanca en 2008. Se descontinuó en 2018.
Se tomó como un triunfo en su momento dejar de depender de ese barco.
Claro. Y está muy bien. No forzamos a nadie a contar con nuestros servicios. Y por eso era un contrato de largo plazo pero con terminaciones anticipadas gratuitas. Por el incremento de la producción con el Plan Gas y demás, realmente no era necesario contar con ese barco. La realidad demostró que hubiera sido más barato, porque se consumió más combustible líquido. Pero a efectos de impacto era correcta la decisión. Escobar es distinto porque el concepto es el de suministro de gas en el momento pico, en el invierno, pero también de seguridad energética en el resto del año. Aún con la producción incremental de Vaca Muerta y aún con el gasoducto Néstor Kirchner, y conversando con los distintos gobiernos, reconocen el valor dual de esta terminal.
¿Y en el futuro cómo ven la relación?
Vemos a Escobar manteniéndose y Bahía Blanca convirtiéndose en un hub de exportación y comportándose quizás como Estados Unidos, que dependiendo del invierno, del precio y la demanda pueda necesitar un barco de regasificación, o no. Es más una visión de largo plazo como exportador desde Bahía que como importador.
Hay al menos tres proyectos en carpeta para producir y exportar GNL en el país. YPF con Petronas, Tecpetrol tiene interés y también el proyecto modular de Excelerate con TGS. ¿Cómo ven el horizonte de esta industria, la del GNL?
Argentina es la segunda reserva de shale gas. Es una enorme oportunidad y ventana para tomar estas decisiones. Hoy es el momento para tomar las decisiones de ser exportador neto de petróleo crudo y de gas, y no tengo ninguna duda de que Argentina tiene la oportunidad de convertirse de acá, en pocos años, en ser exportador neto de energía. Sobre los proyectos, son tantas las reservas que está muy bien que haya alternativas, hasta por diversificación de recursos. Que haya distintos tipos de proyectos y desarrolladores. YPF es la empresa de bandera de Argentina y es importante que Argentina con YPF lleve un proyecto de esta magnitud. Y Petronas es una compañía muy seria. Con TGS [Transportadora de Gas del Sur] empezamos a pensar proyectos de otra manera, que puedan coexistir todos estos proyectos, de pequeña escala y en otros lugares del país.
¿En qué consiste el proyecto modular?
Que sea modular no significa pequeño, sino dar una solución al productor para que pueda tener un horizonte de producción estabilizado. Puede comenzar exportando 10 meses con un módulo de cuatro millones de metro cúbicos, o seis, pero el horizonte de crecimiento es de 16 millones. Hoy lo decimos, vamos a ver cómo va a evolucionar Argentina. La limitante estará dada no tanto por las decisiones de inversión sino por la infraestructura que acompañe los proyectos: gasoductos, producción de gas, plantas de procesamiento.
Actualmente, ¿en qué estado se encuentra?
Ya se hizo una prefactibilidad. Estamos actualizando los economics, porque la prefactibilidad se hizo pre invasión de Rusia a Ucrania y los números cambiaron. Al ser más pequeño tiene un plazo de realización más corto.
¿Cuáles son las condiciones que se necesitan para que Argentina aproveche esta oportunidad?
El GNL no está escindido a lo que es el mercado de hidrocarburos. Este mercado requiere de inversiones de largo plazo. No son capitales golondrinas. Lo que se necesita son condiciones que acompañen a la industria en su conjunto a largo plazo. Se hablaba de una ley específica para la exportación de GNL. Todo eso ayuda. Podemos tener ley, pero si no contamos con las condiciones necesarias, legal, regulatoria, impositiva, de la industria en su conjunto, no vamos a poder contar ni con el gas, ni con las plantas de procesamiento ni con el transporte necesario para sostener las plantas de licuefacción y exportación de GNL. No sé si se necesita una ley nueva, se necesita contar con un prospecto de largo plazo. Hoy no hay permisos de exportación firme. Y eso impacta en la exportación de gas por caño a los países vecinos. Y eso es fundamental. de ahí todo lo que se pueda mejorar es bienvenido.
También está el reclamo para poder contar con los dólares que generan.
Y sí, básico. Somos una empresa pública, con accionistas. Y tiene que ver con la posibilidad de repatriar dividendos. En la toma de decisiones necesitamos tener certidumbre. El plan gas hasta el 2028 es un gran incentivo. ¿Es suficiente? Lo ideal sería contar con un plan gas más extendido. Todo lo que sea promover inversiones y seguridad legal, regulatoria, va a ayudar al desarrollo de estos proyectos.