El fondo Breakthrough Energy, fundado por el estadounidense Bill Gates, anunció a fines de julio la inversión de US$30 millones en la empresa Vantem, una compañía con filiales en Estados Unidos, Uruguay, Brasil y Chile que elabora viviendas a partir de sistemas de construcción modular. ¿Cómo son estas viviendas sustentables y qué llamó la atención de los inversores?
El director de Vantem Uruguay, Humberto Moreira, dijo en una entrevista con Bloomberg Línea que el sistema tiene “un efecto real” en la eficiencia energética y reducción de la huella de carbono en todo el proceso, desde la construcción, hasta el montaje y el posterior uso. Así, Moreira consideró que la opción ofrece “un combo muy potente” entre costos, tiempos y ahorro energético.
La eficiencia energética y un modelo de producción sustentable, junto a la posibilidad de escalar la modalidad de construcción en otras partes del mundo, fueron los principales puntos que llevaron a la decisión de inversión de Breakthrough Energy, dijo el constructor uruguayo.
En este sistema de construcción modular el 95% del proceso se hace en una planta industrial, afirmó Moreira. Una vez terminado, el producto se coloca sobre un camión y se transporta. Lo que se hace en el terreno son las obras de base, encastres en caso de ser requeridos, y las instalaciones eléctricas y sanitarias.
Vantem trabaja a través de un sistema constructivo SIP (Panel de aislamiento estructural por sus siglas en inglés). El producto está basado en dos placas a base de cemento, que tienen en el medio una aislación térmica. Las placas son refractarias, inertes e ignífugas. Cada pieza tiene entre tres y cuatro metros cuadrados, por lo que se estima que en eso también hay un ahorro sobre otras construcciones tradicionales.
La construcción funciona como un encastre de placas, pero sin otras piezas intermedias, lo que por un lado llevaría a consumir más recursos al momento del montaje y, una vez la casa en uso, requeriría más energía para mantenerla.
Las claves de un sistema eficiente
Vantem Uruguay empezó en el año 2013 una investigación sobre distintos sistemas de construcción, con el foco en cómo generar mayor mercado y volumen de viviendas en el país. Allí diseñaron un catálogo de viviendas industrializadas y trajeron el sistema constructivo SIP, con una tecnología patentada.
El sistema de construcción seleccionado es seco e industrializado a partir de paneles termoaislantes que brindan una solución de alto rendimiento en materia energética y más rápida para la estructura y albañilería. Para su fabricación no se utiliza agua potable ni se generan desechos contaminantes, aseguró la empresa.
Según la compañía, la construcción en una planta industrial colabora con un mejor control y estandarización de procesos de gestión, uso de materiales y diseño para optimizar plazos, costos y calidad. A su vez, el proceso controlado genera menos desperdicios, menores alteraciones en el lugar de construcción y es más seguro.
Esa parte del ciclo permite reducir en un 80% la energía y los recursos de una obra tradicional, pero además acelera el ciclo de terminación, dijo Moreira. “Esto nos permite ser más eficientes en plazos y en costos y también en eficiencia energética”, resumió el director de Vantem Uruguay durante la entrevista con Bloomberg Línea en las oficinas de la empresa.
“En general el sistema húmedo es más ineficiente y más difícil de industrializar porque son procesos que requieren de plazos más prolongados. Los sistemas secos son de montaje, entonces tienden a ser más rápidos y más sencillos de replicarlos y escalarlos”, explicó.
Eficiencia energética y rapidez
El sistema tiene cuatro veces más aislación térmica que la obra tradicional, señaló el empresario. A su vez permite reducir el requerimiento de mano de obra y de recursos para el montaje. Luego, durante el uso el consumo de energía se reduce entre un 400% y un 500%. “Eso te da un impacto real en la reducción de huellas de carbono”, dijo Moreira.
La empresa tiene en Uruguay unos 300 mil metros cuadrados construidos. Según la compañía, eso implica 3.000 toneladas menos de gases de efecto invernadero arrojados a la atmósfera por el uso.
El costo por metro cuadrado de una vivienda de este tipo puede variar entre US$850 y US$1.250 en función de la gama.
La construcción de una casa standard de dos dormitorios y un baño lleva 30 días de construcción, sin contar la instalación en el terreno.
La empresa comenzó en Uruguay con trabajos de construcción puntuales, pero desde 2021 lanzó un catálogo de viviendas industrializadas para el mercado de consumidor final.
“Es cambiar las reglas de juego. Es pensar la vivienda como un producto y no como un servicio. No es que vos te vas a hacer una casa, sino que elegís una de las casas que ya están desarrolladas, ya tienen su modelo, sus condicionantes. Ahora estamos empezando a generar un stock propio y si hay alguna de las casas que tenemos ahí y te gusta, te la llevas”, dijo Moreira.
Los planes de expansión
Vantem tiene una inversión prevista de US$32 millones para una planta en Uruguay, en parte financiada con el dinero que recibirá la compañía a nivel global del fondo Breakthrough Energy, como informó El País.
La firma constructora está en conversaciones para su expansión en la región, tanto hacia Argentina como a Brasil. “El timing depende un poco de los partners y los pasos que vayamos dando en Uruguay”, dijo Moreira.
La planta de la compañía tiene capacidad para producir entre 15 o 20 casas por mes y apunta a producir hasta 50 viviendas en 2024.
El foco principal está en viviendas de hasta tres niveles, con especial interés en el interior del país. “Lo único que tenemos que medir es el transporte. No es que tenemos que trasladarnos 400 kilómetros con toda la industria para hacer una obra. Ese es el gran diferencial de por qué estamos apuntando a hacer proyectos de 200 o 300 viviendas que no tienen por qué estar en Montevideo o Canelones”, dijo Moreira.