Bogotá — La frontera entre Colombia y Venezuela reabre este lunes luego de siete años de un flujo comercial interrumpido entre estos dos antiguos socios comerciales que vuelven a juntarse tras la llegada al poder del izquierdista Gustavo Petro, quien dio un giro a la política exterior colombiana.
Colombia comparte con Venezuela una frontera de más de 2.219 kilómetros, siendo el Puente Internacional Simón Bolívar, que conecta a los territorios colombianos de Cúcuta y Villa del Rosario con los venezolanos San Antonio y San Cristóbal, uno de los puntos más estratégicos.
A continuación, cinco claves para entender por qué este movimiento es clave para Latinoamérica:
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1. Fuerte mensaje político: ¿será duradero?
La reapertura de la frontera representa un fuerte mensaje político de cara a los cambios que quiere marcar Gustavo Petro no solo con la anterior Administración sino también de cara a Latinoamérica, que ha dado un giro a la izquierda en países como Chile, Perú, México, Argentina y Bolivia.
“La prueba de este proceso será cuando se vaya el presidente (Gustavo) Petro y esa normalidad prevalezca más allá de las diferencias o cercanías político-ideológicas que pueda tener el próximo mandatario de los colombianos. Si bien la izquierda democrática de Petro puede lograr niveles de diálogo con la izquierda autoritaria de Nicolás Maduro, eso no quiere decir que eso se sostenga más allá de su Gobierno, por eso hay que trabajar en la estructucturación de una respuesta de Estado”, dijo a Bloomberg Línea Ronal Rodríguez, investigador y vocero del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario.
Rodríguez agregó que hay que buscar un equilibro en esta nueva era de las relaciones bilaterales entre ambos países, sin llegar a dinámicas proteccionistas y controladoras por parte del Estado. “Recordemos que el diálogo y las dinámicas que se dieron entre Colombia y Venezuela en materia comercial se vieron seriamente afectadas cuando el régimen venezolano decidió controlar la economía y ampliar los espacios de control que tenía el Estado”.
“En ese orden de ideas ahí está el reto más grande para lograr que, independientemente de la reapertura y de la ampliación de mercado del lado colombiano, se pueda dar continuidad a los procesos de recuperación económica que tiene el sector privado venezolano”, apuntó.
2. Se abre un importante espectro comercial
De acuerdo a cifras del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo colombiano, el año pasado el intercambio comercial entre Colombia y Venezuela cerró en US$394 millones y este año alcanza los US$383 millones a julio.
El ministro Germán Umaña ha dicho que la reapertura fronteriza mejora las expectativas puesto que la cifra del comercio binacional podría ubicarse al finalizar el año en los US$1.000 o US$1.200 millones.
De hecho, y en línea con las previsiones del Gobierno de Venezuela, Colombia sí ve posible que al ritmo de recuperación de esa economía el comercio entre ambos países pueda alcanzar los US$2.000 millones en 2023 y que al final del cuatrienio se logre la meta de entre US$4.000 y US$4.500 millones.
3. Renace el turismo entre ambos países
A pesar de compartir frontera, el turismo entre ambos países se extinguió prácticamente dado que los vuelos estaban suspendidos debido a la restricción operacional emitida por el INAC de Venezuela desde marzo del 2020.
Pero el turismo toma un segundo aire con la reactivación del sector a partir de este lunes cuando despegue el primero de 27 vuelos previstos hasta el 30 de diciembre. Este lunes despegará desde Venezuela un vuelo de la aerolínea venezolana Turpial con destino a Colombia. Y el próximo 4 de octubre despegará el primer vuelo comercial desde Colombia a Venezuela tras la reapertura a través de la aerolínea local Wingo.
Según cifras de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (Anato), solo entre 2014 y 2015 unos 380.000 colombianos (promedio anual) viajaron a Venezuela, mientras que 250.000 venezolanos ingresaron al país en el mismo lapso.
En Venezuela los principales destinos elegidos por los colombianos fueron Caracas, Isla Margarita, Archipiélago Los Roques, Colonia Tovar, entre otros, mientras que del lado colombiano destacan Bogotá, Norte de Santander, Antioquia, Bolívar y Atlántico.
“El restablecimiento de las rutas aéreas aportará a la dinamización de la oferta de las agencias de viajes. Eso, sumado a las buenas condiciones comerciales y al trabajo que se realice en temas de inversión y seguridad, harán posible un buen desarrollo de esta industria entre las naciones”, según Anato.
4. Mejoran condiciones para transitar la frontera
Con el cierre de la frontera, millones de venezolanos y colombianos que transitan por el paso fronterizo se vieron forzados a movilizarse por rutas alternas ilegales, en muchos casos exponiéndose a diversos tipos de peligros en medio de la actividad de las bandas criminales por el control del narcotráfico y el contrabando.
De acuerdo a la Encuesta Pulso de la Migración, del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), el 7,5% de los migrantes venezolanos padecieron o presenciaron algún incidente como una riña, robo, secuestro, capturas, entre otros, durante el cruce de la frontera. Y el 8,2% de las personas de entre 25 a 54 años padecieron o presenciaron algún incidente.
“Respecto al tipo de incidente, el 40,3% dijo que padeció o presenció hurto o robo, el 37,4% fue testigo de cobro de dinero o sobornos de otros actores (diferentes a funcionarios venezolanos y colombianos) y el 20,7% reportó sobornos y maltratos de funcionarios venezolanos”, informó el Dane.
El restablecimiento de las relaciones entre ambos países significará un alivio para cerca de 1,8 millones de venezolanos que viven en Colombia y que permanecieron desconectados de los servicios consulares. Muestra de esta realidad es que el consulado de Venezuela en Bogotá está abandonado y prácticamente en ruinas desde que el ahora expresidente colombiano Iván Duque rompiera relaciones con ese país en 2019.
5. Complementariedad en tiempos de crisis
En medio de la crisis logística global, de disponibilidad de fertilizantes y de altos precios de los alimentos, Colombia podría recuperar un aliado comercial estratégico que le permita por lo menos apagar algunos incendios.
En este sentido, el viernes el embajador colombiano en Venezuela, Armando Benedetti, informó sobre la llegada del primer buque con fertilizantes importados desde ese país para poder afrontar la escasez de esos productos y luchar contra la inflación.
“Ya llegó a Barranquilla, al muelle 1 de Monómeros, el buque con más de 16.000 toneladas de urea, a US$600 la tonelada. Es una gran noticia para los campesinos, porque se ahorrarán US$100 por tonelada”, indicó el embajador en su cuenta de Twitter.
El plan de Colombia apunta a que esta reapertura de la frontera desencadene “un proceso de complementación industrial, productiva y de servicios entre los ciudadanos binacionales”, lo que derivaría, según el ministro de Comercio, Industria y Turismo colombiano, Germán Umaña, en una mejora en la lucha contra flagelos históricos en la zona como la pobreza o la informalidad.
Señaló en este sentido que la estrategia es “profundamente institucional” y apunta también a “hacer permanente una relación” que proyecta en el largo plazo, según lo manifestó en una entrevista con Bloomberg Línea tras su viaje a Caracas.