Guatemala — A finales del año 2021, el país tuvo un crecimiento exponencial en inversión extranjera directa de 31.3% al lograr captar más de US$3.400 mil millones, pero se debió, en gran parte, a la transacción de Millicom, cuando adquirió el 100% del capital de la empresa Comcel (Tigo) en Guatemala.
Como es un evento único, es poco probable que esa cifra se repita este año, por lo tanto, la meta establecida para el 2022 fue de US$1.500 mil millones.
Según, el último dato compartido por el Ministerio de Economía de enero a septiembre el país atrajo US$1.450 mil millones de inversión extranjera directa, acercándose así al objetivo del presente año.
El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei participó en el Investors Summit, organizado en Nueva York, Estados Unidos, que formó parte de su gira de trabajo en el marco del 77 Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Durante el evento, el gobernante guatemalteco resaltó que el país se ha caracterizado por tener una histórica macroeconomía estable, “esto es una buena base para la evaluación de cualquier inversionista”, mencionó.
Además, indicó que se podrían levantar unos US$5.000 o US$6.000 mil millones de inversión extranjera para el próximo año, este monto cuadriplicaría el actual.
El ministro de Economía, Janio Rosales, quien lo acompañó en la gira por Estados Unidos, comentó, que las más de 200 empresas que han visitado el país con intención de invertir van a aumentar sustancialmente los números para el presente año.
Meta del 2022 quedó corta
“El monto captado, hasta la fecha, es congruente con la meta fijada, de lograrlo representaría un crecimiento de un 22.6%, comparado con el año pasado. La inversión extranjera directa incluye factores, tanto económicos como institucionales, que pueden ser beneficiosos”, comentó Fernando Spross, investigador Asociado del Área Económica de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa).
En el caso de los factores económicos, el país reflejaría una mayor estabilidad económica, en cuanto a los niveles de apertura comercial y competitividad en algunos costos de producción, y que son determinantes de la inversión extranjera directa, explicó el analista.
Sin embargo, Spross señaló que hay otros países de la región que superan los US$2.000 mil millones en inversión extranjera, quiere decir que el monto aún puede incrementarse hasta lograr alcanzar a sus pares.
Los planes de inversión están contemplados en el proyecto Guatemala no se Detiene, que es un esfuerzo conjunto con el sector privado como resultado de la pandemia del Covid-19, para incentivar la economía y aprovechar las tendencias de nearshoring a nivel global.
Este plan, agregó el dignatario, contempla cinco pilares principales que trazan una hoja de ruta para lograr la creación de 2.5 millones de empleos de calidad en los próximos 10 años.
Las perspectivas para el año entrante en cuanto a la economía y la inversión extranjera van creciendo cada vez más, afirmaron los funcionarios.
Apoyo de otras entidades
El presidente Giammattei mencionó en Nueva York que el buen desempeño del país ha permitido que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) destine US$800 millones para créditos a inversionistas que quieran generar negocios en Guatemala.
Otros US$200 millones fueron ofrecidos por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
Es lo que muchas veces les hace falta a las empresas: poder movilizar los fondos, que los tienen en sus países, pero no tienen cómo acreditarlos en Guatemala. “Ahora los pueden acreditar desde sus países de origen con créditos a través de los dos bancos”, añadió el gobernante.
Por último, Giammattei hizo énfasis en el paquete de leyes promovidas desde el Organismo Ejecutivo para dar certeza jurídica a los inversionistas, así como el plan de transformación y digitalización de los servicios para agilizar cualquier trámite.