Por qué los unicornios latinos optan por la deuda en vez del venture capital

Clara, Clip, Kavak y Konfio son algunos de los unicornios que han recurrido, en forma de deuda, al dinero de los bancos internacionales para seguir creciendo

La deuda es una forma mucho más simple de obtener recursos sin comprometer la valuación de las empresas.
22 de septiembre, 2022 | 05:09 PM

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Ciudad de México — Las rondas de inversión de riesgo en startups en etapas avanzadas están siendo más cautelosas en un entorno de crisis del sector tecnológico. Esto ha influido en que los unicornios, como se le llama a las startups valuadas en más de US$1.000 millones, recurran a deuda con bancos internacionales para seguir creciendo.

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En México hay ocho startups con la categoría de unicornios mexicanos: Clara, Clip, Kavak, Konfio, Stori, Bitso, Merama y Nowports.

Clara, Clip, Kavak, Konfio y Stori han optado en los últimos meses por la deuda y Goldman Sachs y HSBC han sido un común denominador, mientras que Bitso, Merama y Nowports no han recurrido al endeudamiento.

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Mercado Libre y el neobanco brasileño Nubank también han recurrido a este recurso incluso después de cotizar en bolsa. Y la startup chilena Xepelin, que actualmente se encuentra en una serie B, lo ha hecho en dos ocasiones.

Sin importar la etapa en la que se encuentren, las startups latinas están optando por este instrumento de inversión para obtener liquidez.

En la primera mitad del año, la venture debt representó el 13% del total de la inversión, superando incluso los niveles de 2019, que estaba en 11%, de acuerdo con datos de la Asociación para la Inversión de Capital Privado en América Latina (LAVCA).

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En momentos de crisis las startups empiezan a verse apretadas de capital porque no planearon bien la parte financiera, por lo que buscan levantar rondas de capital, pero para eso tienen que pasar meses y en ese intervalo se pierden muchas compañías, opina Jerónimo Peralta, managing partner de Maquia Capital.

Peralta resalta que en esos casos las startups llegarían a una mesa de negociación en una posición desfavorecida necesitando urgentemente el cash. Por eso están optando por la deuda porque “el venture debt es mucho más estable, mucho más seguro”, dijo a Bloomberg Línea.

Sin embargo, la deuda también tiene sus desventajas porque el costo no es barato, se está elevando a medida que las tasas de interés de los bancos centrales están subiendo hasta que se establezca la inflación.

Un inversionista que conoce el comportamiento de las tasas de los créditos, que prefirió no ser nombrado, calcula que en Estados Unidos el año pasado las tasas oscilaban entre un 15% y 17%.

Denis Yris, director general de Wortev Capital, es un poco más conservador con el porcentaje de las tasas. Él calcula que están en alrededor del 10% anual.

La deuda evita los down rounds

Con el alza de tasas de interés de la Reserva Federal, las tecnológicas de nueva cuenta arrastran a la baja las acciones de EE.UU.

“Este año ha habido un reajuste a nivel global de valuaciones en las startups por varias razones, entre las que se encuentran las altas tasas de interés, la inflación y de alguna manera que se rompió la burbuja de las startups en Estados Unidos”, afirma Luis Felipe Treviño, managing director de la firma de inversión privada Beamonte Investments.

En Estados Unidos el venture debt es algo muy común, aunque no en Latinoamérica. “Y aunque tiene muchos años, relativamente es algo nuevo para el mercado en México y en Latinoamérica”, apunta Treviño.

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Regularmente estos fondos de deuda se utilizan como capital de crecimiento y, si se colocan estratégicamente, los emprendedores pueden planificar la consecución de determinados hitos antes de las rondas de capital utilizando estos fondos, lo que a su vez reforzará sus posibilidades de ganar la ronda de capital.

Este mecanismo de capitalización evita que las startups pierdan valoración, además de que no se diluyen los accionistas.

Al observar lo que está ocurriendo en Latinoamérica con estas startups, Treviño recuerda el caso de WeWork que valía US$47.000 millones cuando era un unicornio, pero que sufrió una revalorización de aproximadamente US$9.000 millones tras la fusión con la SPAC, BowX Acquisition Corp.

“Estos son los tipos de ajustes que estamos viviendo que ese es el mercado”, recalca Treviño. Y “una de las razones por las que están buscando deuda más que capital es porque hoy en día es muy difícil ponerle el precio a una operación”.

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Las valuaciones de las empresas unicornio y la manera de analizarlas ha cambiado en lo que va del año. Antes los fondos se enfocaban mucho en métricas en función del usuario; en el crecimiento y en la adquisición, apunta Treviño.

Yris, de Wortev Capital, agrega que con la deuda se trata de evitar un down round porque también perjudica mucho a los inversionistas de riesgo pasados y no sólo a la startup.

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“En esos casos es posible que las startups esperen a que llegue un siguiente inversionista y compre esa deuda”, dice Yris.

Esto ahora que, sobre todo en Estados Unidos, los fondos están volteando a ver de nuevo las métricas tradicionales. Treviño agrega que ahora importa la capacidad de una empresa para generar ventas, cómo monetizar a los usuarios y los márgenes, algo que se había descuidado.

Muchas de las startups que han levantado capital no están aún en el punto de equilibrio ni generan utilidades, aunque tienen crecimiento siguen en números rojos por eso no pueden demostrarle al mercado la capacidad que tienen como empresas de generar flujo de caja y ventas, que es lo que se necesita para salir a bolsa, señala Treviño.

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Sin embargo, para el directivo de Beamonte Investments el asunto no es que startups como Clip, Clara o Kavak no puedan levantar capital sino que les está costando trabajo levantarlo con las valuaciones históricas que traían.

Kavak, el unicornio que más deuda adquirió

Kavak, el unicornio valuado en US$8.7 mil millones de dólares, captó más deuda (US$810 millones) que los US$700 millones que levantó en su última ronda de venture capital con fondos como General Catalyst, SoftBank, Tiger Global y Founders Fund.

Con esta deuda, el unicornio más valioso de la Latinoamérica, se está convirtiendo en la empresa con el mayor monto de financiamiento otorgado por instituciones financieras a empresas con menos de 10 años de creación en la región.

La línea de crédito, aunque se desconocen los términos, es mayor a la suma total de la deuda que han adquirido algunas startups latinas -principalmente mexicanas- en el último año (US$733 millones).

Goldman Sachs ha prestado US$140 millones a la fintech chilena Xepelin, US$150 millones a la firma mexicana de gestión de préstamos y gastos Clara, US$233 millones a Mercado Libre (MELI) y US$160 millones a la fintech mexicana Konfio en febrero de 2021.

Además, a principios de septiembre, otro unicornio, la fintech mexicana de pagos Clip obtuvo una línea de crédito renovable no garantizada a tres años por US$50 millones con Morgan Stanley (MS), J.P.Morgan (JPM), y HSBC.

El capital de deuda no siempre denota crisis

Adquirir deuda no siempre se hace en momentos de crisis, sino también cuando hay un crecimiento acelerado y se requiere liquidez para sostenerlo, de acuerdo con los expertos en capital emprendedor consultados por Bloomberg Línea.

“Este tipo de deuda se va a compañías seguras, que tengan esa capacidad de generación de cash para hacer el repago de la deuda”, resalta Peralta de Maquia Capital.

El venture debt (para startups en etapas iniciales) o deuda (para startups en crecimiento acelerado) es una solución para las empresas en crecimiento, pero que les va a costar más trabajo un runway hasta cinco veces más para levantar las rondas, explica Peralta.

Para Yris, de Wortev Capital, la deuda es un mecanismo muy usado en mercados más avanzados como Estados Unidos. “Grandes empresas que antes fueron startups iban levantando entre venture capital y deuda”.

En etapas avanzadas, para los bancos es una garantía que otros fondos de riesgo ya hayan invertido en estas startups, afirma Yris.

Sólo que “en América Latina no habíamos tenido casos de empresas que hubieran sido tan fuertemente impulsadas por capital de riesgo, y se tenía un desconocimiento de este proceso de inversión”, dice el inversionista.

Apenas en el 2020 se dieron los primeros unicornios en México y en otros países de la región, cuando en Brasil y Argentina ya existían algunos. “Justo ahorita el ecosistema emprendedor mexicano (y latinoamericano) está madurando”, resalta Yris.

Cuando el unicornio de soluciones de gestión de gasto corporativo, Clara, recibió financiamiento de US$150 millones de Goldman Sachs, Gerry Giacomán, su CEO, dijo a Bloomberg Línea que este financiamiento era muestra del potencial que existe en la región.

Giacomán agregó en agosto pasado que el préstamo también representaba la confianza que tienen los inversionistas internacionales en el potencial de las startups tecnológicas y en el futuro de este sector en Latinoamérica, incluso en un momento que presenta grandes retos para su desarrollo.

Combinar la deuda con el venture capital

Un ejemplo de este vaivén entre venture capital y deuda es Konfío, el unicornio valuado en US$1,3 mil millones. La fintech ha estado combinando ambos instrumentos en sus inyecciones de capital más recientes.

En julio de 2018, la fintech de David Arana captó una Serie C por US$25 millones. En septiembre de 2019 obtuvo un préstamo de Goldman Sachs de US$100 millones y en diciembre levantó una Serie D por otros US$100 millones liderada por SoftBank.

Más tarde, a inicios de 2021, Konfío recibió US$160 millones de Goldman Sachs previo a la serie E de US$110 millones que le dio el estatus de unicornio en septiembre del año pasado con respaldo de Tarsadia Capital, y QED Investors.

Otro ejemplo es el de la fintech de créditos personales Stori, el unicornio mexicano más reciente. En julio alcanzó un valor de US$1.200 millones, tras recibir una extensión de su Serie C por US$150 millones, que se sumó a los US$125 millones de capital de riesgo que recibió en octubre de 2021, en una ronda codirigida por GGV Capital y el inversor en etapa de crecimiento GIC.

La Serie C de Stori estuvo acompañada de US$75 millones en financiamiento de deuda por parte de Community Investment Management. Y la extensión por una línea de crédito de US$100 millones de Davidson Kempner.

Pero, acota Treviño, el tema de la deuda tiene sus bemoles, pues al momento de pagar podría afectar al flujo de la startup en momentos de hipercrecimiento. A esto se le añade las diferencias en el tipo de cambio cuando los préstamos son de bancos estadounidenses.

Esta historia se actualizó el 23 de septiembre a las 16:20 hrs. para corregir en el párrafo 40 las cantidades de financiamiento que ha obtenido Konfío.

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